Rafael Marín | Escritor

"La gesta de Magallanes se parece a un relato de ciencia-ficción"

  • El autor narra en forma de novela la primera vuelta al mundo en ‘Victoria’ (Dolmen)

  • En el relato, trata de rellenar los huecos que deja el fantástico relato del cronista Pigafetta

El escritor Rafa Marín.

El escritor Rafa Marín. / JESÚS MARÍN

–¿El viaje de Magallanes se quedó corto con la aventura gráfica?

–La aventura de la I vuelta al mundo fue un proyecto ilusionante de aventura gráfica que terminó siendo libro ilustrado con fragmentos de cómic. Tras pasarme investigando un montón de tiempo, la novela la tenía prácticamente hecha.

–Sobre todo, partiendo de un escenario cercano en la época, como el de Don Juan, que también noveló.

–De hecho, la primera escena, la de la llegada de la nao Victoria a Sevilla y el desembarco de los pobres supervivientes, sale en Don Juan. “Un muchachito nos observaba”, cuenta el narrador de este libro. Quería contar mi voz, mi versión de la historia.

–¿La voz era, inevitablemente, la de Pigafetta, el relator oficial?

–Lo tenía que ser casi a la fuerza. Me permitía, además, un principio y un final claro, porque después toda la gesta de la primera vuelta al mundo tenía un montón de connotaciones. Estuve tentado de narrarlo desde la voz del esclavo, Enrique, pero hubiera tenido que terminar mucho antes. Al tomar a Pigafetta, también quería dar un punto de vista diferente, de testigo imparcial que termina implicándose y sintiendo. Si lo hubiera hecho en tercera persona, hubiera terminado convirtiéndose en una especie de lección de cómo funcionaba un barco.

–Pero el Pigafetta original miente más que habla.

–Miente descaradamente, la mayor parte de las veces, para arrimar el ascua a su sardina. Ni siquiera sabemos si el relato que nos ha llegado es el original o lo reescribió una vez aquí por se perdió.

–En su defensa:la aventura era, literalmente, increíble.

–Si se parece a algo, es a un relato de ciencia-ficción o de aventuras en el espacio. Llegan hasta donde nadie había llegado antes, fuera de todo límite. Tienen el asombro del que se enfrenta a lo desconocido. Por eso la coda final a la aventura es: ¿cómo encajo el libro auténtico? Tengo que mentir para que me hagan caso.

–Un poco como Marco Polo...

–Que dicen que nunca estuvo en China.

–¿Qué es lo que Pigafetta no cuenta y llama la atención?

–Nunca se cuenta la animadversión entre Elcano y Magallanes. Tenemos al primero como al bueno de la historia, porque era español, pero se enfrentó directamente a Magallanes: podría haber sido ejecutado. Pigafetta miente, inventa, pero nos ayuda en la crónica. En mi versión, le doy más protagonismo porque lo sitúo en los espacios de “aventura”:cuando están aislados con los leones marinos, o cuando van de vuelta al puerto San Julián, el que va con la carta es Pigafetta. Hay dos o tres crónicas que se contradicen, y que no podemos medir porque se perdió el cuaderno de a bordo de Magallanes.

–Peor para los historiadores, mejor para las historias.

–Hay cosas muy suculentas, que no se explican, y he intentado darles una explicación racional. Todo el mundo pone de pasada que se dedicaban a la piratería. ¿Algo ocasional? No. ¿Qué iban a hacer, casi a la deriva, sin provisiones, comiendo ratas? A Magallanes no lo matan de un lanzazo a treinta metros:lo ensartan y descuartizan porque se despoja de la coraza justo antes, en el agua. Esa es una de las grandes incógnitas, porque quedaba referido que Magallanes no se quitó la coraza desde prácticamente el principio del viaje.

–¿Algún personaje suculento que crea que la historia ha ocultado?

–A mí, el personaje que más me gusta es Enrique el Negro. Me gusta mucho ese contraste en el que Enrique, el esclavo, es el listo, y Pigafetta, el europeo, el que no tiene idea de nada. No creo que los traicionara. Realmente, no se sabe qué ocurrió en la emboscada en la que desapareció. Para traición, la del San Antonio, la nave que desertó, llegó antes a España y denunció a Magallanes por maltrato porque había ejecutado a un noble. La familia de Magallanes, de hecho, murió en la ruina, se le negó su parte del botín. También dijeron que Elcano había robado, y tuvo que demostrar que el clavo se seca y abulta menos. Moriría de escorbuto intentado dar de nuevo la vuelta al mundo.

–La pregunta que nos haremos ya siempre es por qué se lanzaron a ese suicidio colectivo.

–No eran héroes. Llegaron hasta donde llegaron a fuerza de puro bruto, de hacer lo que no había hecho nadie. Eran gente muy desesperada. En su mayoría muertos de hambre que, de repente, veían que podían tener el mundo a su alcance. Fue una machada. Drake hizo la misma ruta medio siglo más tarde. En el momento en que España y Portugal son el mismo país, ya no necesitan evitar África. El frío, la nieve, las tormentas... para ellos fue tremendo encontrarse todo eso con las esperanzas ya medio perdidas, y luego los 120 días en la nada del Pacífico... Aunque creo que lo más duro fue el tramo de la vuelta.

–Da la sensación de que si a Magallanes no lo hubieran matado de un lanzazo, habría caído en algún motín.

–Siempre hubo muchas suspicacias en torno a su figura, debido sobre todo a su origen portugués. El cabreo de los capitanes españoles estaba justificado. Coloca a toda su familia y a un montón de portugueses, era fácil pensar que estaba operando para Portugal. Cuando en Sevilla izaron la bandera de su familia, que se parecía a la portuguesa, se armó un lío tremendo. Pero una de las cosas más destacables de la gesta es que, llegando como llegan, vuelven al punto de partida. Elcano no desembarca en Sanlúcar y pide que lo lleven hasta Sevilla.

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