"Quisiera que Carlos Cano se sintiera orgulloso de este trabajo"

Pasión Vega · Cantante

La intérprete clausura mañana los 'Conciertos para la libertad' donde presenta 'Pasión por Cano'.

Pasión Vega.
Pasión Vega.
Julio Sampalo

21 de agosto 2015 - 01:00

No existe mejor broche de oro, o de seda -como su voz- para la serie de Conciertos para la Libertad que se han venido celebrando durante este verano 2015 en el Castillo de San Sebastián de Cádiz. Pasión Vega clausura mañana, a partir de las 22.30 horas, un ciclo de espectáculos que ha tenido como protagonistas a CantaJuegos, Pablo Alborán, Vanesa Martín, El Barrio y Joan Manuel Serrat, con el que la propia intérprete malagueña -y gaditana- pudo compartir música y emociones sobre el escenario, en concreto una preciosa versión de Es caprichoso el azar. Vega se cita esta vez con sus paisanos para recordar a Carlos Cano, gran inspiración en su larga trayectoria y figura insustituible de la música popular. Desde Andalucía para el mundo, Cádiz sumida en esta Pasión por Cano será mucho más que magia.

-En Cádiz de nuevo y cantándole a Cano, 'gadita' confeso y amante de esta tierra. Esta cita debe de ser muy especial ¿no?

-Va a ser un concierto importante, siempre cantar en casa es especial y me pongo más nerviosa, por supuesto. Y también por la figura de Carlos Cano, en la que Cádiz y Granada se unen para siempre. Él demostró su amor por esta tierra, por su gracia, de la que era fanático. En el concierto recordamos temas emblemáticos, con aroma a Cádiz.

-Ambos, Cano y Vega, son dos gaditanos que han nacido donde les ha dado la gana. ¿Por qué la música de Carlos es universal?

-Siempre he sido forofa de Carlos pero al adentrarme en su repertorio he encontrado los porqués de su música y entiendo también por qué era tan querido. ¡Y tan poco conocido para lo que podía haber sido! Se marchó muy joven pero nos dejó un legado importantísimo, su carrera fue muy prolífica y con canciones que han sido éxitos para la gente, letras que son una maravilla, poesía pura y viva, con una sensibilidad muy especial. Y siempre desde la sobriedad, sin aspavientos, que es lo difícil. Creo que este trabajo ha sido muy importante para mí, me ha dado la fuerza para recordar por qué estoy aquí, por qué he hecho las canciones que he hecho. A Carlos lo he escuchado desde pequeñita. Es un referente importantísimo para los que hacemos música popular.

-Música sin fronteras pero muy andaluza, en eso coinciden también. ¿Qué puede descubrir el público hoy sobre nuestra tierra a través de sus canciones?

-Muchísimo. Lo digo en cada concierto: Carlos tenía la capacidad de hacer de cosas muy pequeñas historias universales. Temas como Romance a Ocaña o María la portuguesa, que nace a partir de la noticia de un periódico, son crónicas bellas de Andalucía. Carlos Cano era un tipo elegante en todo lo que hacía, no caía en la vulgaridad, y un gran defensor de Andalucía, le dolía esta tierra. Porque uno puede amarla y ensalzarla pero él, desde su trinchera, intentó cambiar las cosas, que es lo que cuenta al final. Era muy coherente.

-Es cierto que su voz se posicinó contra las injusticias. ¿Sigue vigente ese compromiso social en la música ahora? ¿Dónde?

-Hoy es mas complicado porque mi generación se ha encontrado las cosas más fáciles, más cómodas. Los que vinieron antes pelearon mucho pero creo que siempre se puede hacer algo, desde cada puesto de trabajo, desde la música, en cada concierto... No hablo de estar comprometido con la política, sino como ciudadano, apoyando, promoviendo o protestando si algo no nos gusta. Carlos le cantó a aquello que no le gustaba de la forma más bella.

-Este álbum podría definirse como un disco de encuentros. El primero, por supuesto, el suyo con Cano. ¿Qué etapas o discos de su carrera han marcado especialmente su trayectoria?

-Me ha marcado mucho, en todas las etapas de mi vida, desde mi infancia. Cuando volvía de la playa en el coche con mi familia escuchábamos Alacena de las monjas, María la portuguesa... Y de su última etapa en la copla destacaría la masculinidad, la sobriedad, su capacidad de hacerla tan bonita, su homenaje a Lorca... En cada momento de mi carrera he ido captando cosas de sus mensajes y, bajo mi punto de vista, ha sido un acierto reencontrarme con él ahora, en un momento precioso y después de 20 años de trayectoria, aunque siempre lo he tenido muy presente. Antes de Pasión por Cano ya había cantado en directo las Habaneras de Cádiz, María la portuguesa, el Tango de las madres locas en Argentina, Que desespero... Ha sido siempre un faro que me ha alumbrado.

-¿Y el primer tema que cantó de él en directo?

-Habaneras de Cádiz, en un programa de televisión. En otras ocasiones me ha acompañado el coro de Julio Pardo, el coro de la Viña o la comparsa de Martínez Ares. Es una canción que siempre me ha traído mucha suerte. También tuve la oportunidad de grabarla con María Dolores Pradera para su disco de duetos y para este trabajo hemos hecho una nueva versión con los arreglos de Fernando Velázquez, un gran compañero de viaje, un compositor y arreglista con una carrera increíble. Me siento muy honrada de trabajar con él. De hecho, estamos preparando el próximo álbum que aparcamos para crear Pasión por Cano. Me sorprendió mucho que a alguien que viene de la música clásica y el cine le gustara tanto Carlos Cano.

-La selección de temas para este trabajo habrá sido complicada, a nivel de repertorio y sentimental. ¿Le ha guiado más la cabeza o el corazón?

-Siempre el corazón. Soy una mujer de impulsos y de intuición y es fundamental no perder eso. Es un repertorio que ha formado parte de mi vida, con temazos como María La Portuguesa, Habaneras de Cádiz o Luna de abril. Y otras menos conocidas como Sonata de la luna de Marrakesh, El último bolero y Aires de cuna, un tema que casi no recordaba y que en estos momentos de mi vida, en los que he sido madre, he redescubierto y me ha llegado mucho.

-Muchas cosas han pasado desde su anterior disco. Una de las más felices su maternidad, como comentaba. ¿Cómo le han sentado a Pasión Vega esos Aires de cuna? ¿Cómo le inspiran?

-Me he sentido más alegre y eso que ya soy una persona alegre. Tengo una fuerza diferente, me despierto muy contenta teniendo a mi niña cerca y viéndola sonreír. Ya la conoce todo el barrio porque es muy graciosa y va diciendo "hola" a todo el mundo (pone voz de niña y ríe). La maternidad te hace vivir las cosas de manera distinta, renovadas en todos los sentidos. Y tengo ahora incluso más ganas de cantar, a ella le canto siempre porque le gusta mucho la música. Cuando tienes un hijo no hay lugar para el egoísmo, te cambia las preferencias y te quitas de encima muchas mochilas y superficialidades.

-Dicen que cada canción tiene su momento. ¿El suyo en la grabación de este disco?

-Ha habido varios momentos, pero grabar con María Dolores Pradera es un recuerdo imborrable. Hubo magia y guardo esa tarde como oro en paño en mi corazón. Ella es un espejo donde todos deberíamos de mirarnos. Es discreción, elegancia y compañerismo y si su salud se lo permitiera, estaría todos los días encima de un escenario. Es un mito.

-Más reencuentros. El único tema inédito del álbum, Soy del sur, viene firmado por Antonio Martínez Ares. ¿Cómo ha funcionado la química entre ustedes después de tanto tiempo? ¿Por qué se entienden tan bien?

-Ha sido muy curioso porque han pasado diez años. Nos enfadamos, cosas que pasan, pero los dos teníamos ganas de volver a hablar, de volver a sentarnos y trabajar juntos. Cuando empecé a hacer este disco, pensé en él porque no se le había compuesto ningún tema a la figura de Carlos Cano. Antonio es una persona que escribe letras muy directas y supo captar bien el espíritu de Carlos. Esta canción no deja indiferente a nadie, cuando la canto pienso en las cosas tan duras que dice de Andalucía, porque no se le canta de una manera amable y Antonio decidió hacerla más complicada, más comprometida. Extrajo de varias entrevistas a Carlos algunas de sus frases.

-Y otro reencuentro más, con el escenario y en formato clásico. En los últimos tiempos le ha cantado a Falla, ha revisitado la copla en Azabache, descubrimos cómo sonaban Dos pianos con Pasión y ahora se acompaña de una orquesta para cantarle a Cano. ¿Una nueva senda a recorrer en su carrera?

-Ha sido una etapa más clásica, de volver a los orígenes, a nuestra música. Esta última etapa con Carlos es como un paso a la renovación, para coger impulso. El disco está grabado con una orquesta sinfónica y en la gira lo hacemos con una banda de nueve músicos. La intención es volver pronto a esa Pasión Vega de los primeros discos, más pop. Espero que sea para el año que viene con el nuevo álbum. Este año ha sido fantástico, he estado dos días en menos de un año en el Teatro Real, también en el Liceo, en el Palau de la Música, estaré en la Alhambra... Y mañana en el Castillo de San Sebastián.

-Creo que usted y Carlos Cano estuvieron a punto de conocerse hace muchos años pero al final no pudo ser. ¿Qué le diría hoy si se lo encontrara?

-Es difícil decirlo. En los conciertos lo tengo a modo de lucecita, justo ecima de mí, y le estoy diciendo cosas. Por eso creo que si me lo encontrara no le diría nada, sólo me gustaría que se sintiera orgulloso de este trabajo, del cariño con el que lo hicimos y con que lo recibe el público. Porque las giras no son un éxito si no hay un público que te aplaude. Y a Carlos la gente lo adora, de todas las edades. Sus textos, esa ironía y gracia escribiendo... A los que les gusta la música de calidad y con mensaje, no el reggaeton, les gusta Carlos Cano. Y especialmente a los gaditanos.

-Y regresamos a Cádiz entonces. ¿Qué rincón de la ciudad le sabe siempre a Cano?

-Siempre que paso por La Caleta o por la Alameda le mando fotos a Fernando Velázquez, cuando salgo a pasear con mi niña en el carrito, a hacer ejercicio, y veo el Castillo, su placa, el árbol milenario... Lo siento en La Caleta, a mí me bautizaron allí, como a Carlos Cano.

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