Patrimonio del Museo de Cádiz

Conociendo al Pinocho más gaditano

  • El estreno en los cines este viernes de una nueva versión del clásico de Collodi nos anima a acercarnos a la marioneta de la colección de La Tía Norica

Restauración de la marioneta Pinocho en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico

El muñeco de madera que quería ser un niño, el mentiroso al que le crecía la nariz, el hacendoso carpintero que ansiaba tener un hijo... ¿Quién no conoce la extraordinaria historia de Pinocho? Un relato de Carlo Collodi popularizado (y fagocitado) como otros cuentos clásicos por el gigante Disney, que este viernes llega a las salas de cine en una nueva versión del relato, esta vez, en live action, es decir, interpretado por personas de carne y hueso. Sin embargo, no son los actores de este filme (entre ellos el simpar Roberto Benigni dando vida a Geppeto) los que protagonizan estas páginas sino otra marioneta de madera, otro Pinocho, uno muy gaditano que actualmente descansa en el Museo de Cádiz.

Este Pinocho gaditano, una marioneta de hilo en madera tallada que se levanta del suelo en 64 centímetros y ocupa una anchura de otros 15, fue construido en la década de los 30 por Miguel Martínez Couto, director en aquella época de la compañía de títeres La Tía Norica, a imagen y semejanza de los dibujos de Salvador Bartolozzi, quien dio una nueva y sólida vida al personaje italiano en España en la editorial Calleja (sí, sí, la de los cuentos de Calleja).

La investigadora Désirée Ortega Cerpa, autora de la tesis Historia crítica y revisada de la Tía Norica de Cádiz, conoce bien a este personaje que forma parte del patrimonio cultural gaditano y que se expone desde 1979 en la sala de Etnografía del museo de la plaza de Mina.

“Es muy curioso que el diseño de este Pinocho sea más fiel a las ilustraciones de Bartolozzi que los guiñoles que el propio Bartolozzi realizó para su espectáculo”, ríe Ortega Cerpa que recuerda que el historietista madrileño de padre italiano (de ahí su exótico apellido) sacó un absoluto rendimiento a su popular Pinocho para el que no sólo creó infinidad de historias en la editorial de Rafael Calleja sino que incluso realizó un teatro de marionetas (Teatro Pinocho, 1929-33) “y hasta un intento de una obra teatral con actores”, explica la investigadora que insiste en que “las marionetas de guante” que creó Bartolozzi para sus obras estaban “mucho menos conseguidas que las marionetas de hilo de La Tía Norica” que seguían “exactamente” el diseño de las historias ilustradas de Pinocho.

La marioneta Pinocho durante el proceso de intervención en el IAPH. La marioneta Pinocho durante el proceso de intervención en el IAPH.

La marioneta Pinocho durante el proceso de intervención en el IAPH.

Sin embargo, no se puede afirmar que la compañía de La Tía Norica utilizara finalmente estas marionetas para algún espectáculo “o, al menos, la prensa del momento no recoge ningún estreno ni tenemos noticia de ello”, se lamenta la experta.

Con todo, en el Museo de Cádiz, además de las marionetas de Pinocho de la compañía gaditana, se conservan varios manuscritos mecanografiados con las historias que Bartolozzi representaba en su teatro como Rataplán, rataplán o una historia (o hazaña) de Pinocho; Pipo, Pipa y el dragón y Taholí o taholá y el brujo pipirigallo, ésta última firmada por Enrique Castillo, colaborador del ilustrador, y con el sello oficial del Teatro de la Comedia donde, presumiblemente, se estrenaría.

Pero aunque el Pinocho de La Tía Norica parece que no llegó a escena, sí llamó la atención hace unos años del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico que lo convirtió en protagonista de una pequeña historia con la que el organismo dependiente de la Junta de Andalucía pretendía acercar a los más pequeños al oficio de la restauración. Y es que la pieza fue sometida a estudio en 2013 en las dependencias del IAPH en Sevilla dando lugar no sólo a la creación de material didáctico sobre el proceso de restauración (un cómic y un recortable con sus instrucciones) sino también a la obtención de datos inéditos, hasta entonces, sobre esta historia como que Bartolozzi le concedió al director de la compañía la exclusiva para Andalucía de la explotación del Pinocho del teatro de la Comedia.

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