Cultura

El Museo de Orsay explora la frontera entre la locura y el genio de Van Gogh

  • París acoge una exposición del genio impresionista con los textos que le dedicó Antonin Artaud

El Museo de Orsay explora la frontera entre la locura y el genio de Van Gogh en una exposición que reúne cerca de 40 cuadros del gran impresionista holandés, tomando como hilo conductor el análisis de su obra realizado por el pintor y escritor francés Antonin Artaud, uno de los locos más célebres de la historia del arte, quien -como recuerda la comisaria de la muestra parisina, Isabelle Cahn- acusó a la sociedad de su tiempo de ser responsable del "trágico destino" de creadores innovadores como Vincent van Gogh (1853-1890).

En el texto El suicida de la sociedad, escrito con motivo de una retrospectiva sobre el pintor organizada por el Museo de la Orangerie de París en 1947, Artaud argumentó que la falta de apoyo social empujó al holandés "a la desesperación y a la miseria", hasta llegar finalmente al suicido. En esta nueva muestra, titulada elocuentemente Van Gogh/Artaud. El suicida de la sociedad, las citas de ese documento acompañan la selección de pinturas, elegidas porque eran bien conocidas por Artaud y entre las que destacan obras emblemáticas como Noche estrellada, La habitación o Autorretrato delante del caballete. Lo expuesto plantea el debate sobre los difusos límites que separan el arte de la locura, algo que "traza la sociedad y que varía a lo largo del tiempo", apunta la comisaria de la exposición, que se podrá visitar desde hoy hasta el 6 de julio.

"¿Un loco Van Gogh?", se preguntaba Artaud, para quien bastaba con contemplar alguno de los autorretratos de este artista para darse cuenta de que "ningún psiquiatra sabría escrutar el rostro de un hombre con tanta fuerza". El escritor francés admiraba la "fina capacidad de observación" del impresionista y consideraba que tenía una gran sensibilidad y una "extraordinaria lucidez", la cual le permitía "ver más lejos, infinita y peligrosamente más lejos, que la realidad inmediata y aparente de los hechos".

Para Cahn, Artaud estaba en lo cierto, porque la pintura de Van Gogh parte de escenas simples y no de mitos literarios, por ejemplo, para hablar de "verdades y realidades cósmicas, sobre todo en los grandes paisajes". "Van Gogh es sólo un pintor y nada más -escribió el literato francés-. Nada de filosofía, de mística, de rito, de ocultismo, de liturgia, de Historia, de literatura o de poesía, pero para entender una tormenta en la naturaleza (...) únicamente podremos acudir a él". El propio pintor, según Cahn, "veía las crisis [psiquiátricas] que sufría como una enfermedad que le impedía trabajar y que le hacía perder fuerzas, pero no se reconocía como parte de la comunidad de locos".

Esta exposición "invita a comprender lo esencial de su pintura y a desembarazarse de la leyenda en torno a Van Gogh", explicó la comisaria, que rehuye de la imagen estereotipada del artista holandés, moldeada con episodios violentos como el de su pelea con Paul Gauguin, en la que terminó cortándose una oreja. Esos hechos excesivos de su biografía, concluyó la experta, contribuyeron a forjar un mito que justificaba "unas pinturas que se consideraban excesivas en relación al arte de su época".

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