Las ponencias matinales de ayer sábado en el Shorty se vieron alteradas por una ausencia de última hora, la del especialista en efectos especiales John Baker, artífice de las primeras películas de la saga de La Guerra de Las Galaxias, quien a ultimísima hora excusó su presencia.

Por ese motivo las dos ponencias anteriores, la de Marc Martínez y la de Fernando Polanco, se alargaron cada una de ellas y se prolongaron hasta casi las dos de la tarde, por lo que la intervención del último de los ponentes, el director de cine Manuel Iborra, se vio un tanto mermada de público debido a lo tardío de la hora.

Manuel Iborra se encuentra en Cádiz desde el pasado mes de noviembre, inmerso en el rodaje de un largometraje documental sobre Cádiz. En total son un equipo compuesto por seis personas, tres de ellas dedicadas a la producción, que está resultando complicada debido a la variedad y cantidad de entrevistas que se están desarrollando en estos meses, desde directivos de banca o altos cargos de la Iglesia a traficantes del Cerro del Moro.

La idea de este rodaje surgió tras el cambio político llegado al Ayuntamiento de Cádiz, después de 20 años de gobierno del Partido Popular y su relevo por Podemos. Este punto de partida sirvió a Iborra de argumento para hacer una completa radiografía sobre el Cádiz de hoy, con más de 80 entrevistas a personas de todos los estamentos y condiciones sociales.

Precisamente el festival de cortometrajes Sorty Week permitió ayer al cineasta palpar la realidad de otro sector de la provincia, el de los estudiantes de cine y el de aquellos jóvenes que aspiran a trabajar en el sector de la audiovisual. Así, Iborra planteó su intervención como un toma y daca, de manera que mientras él y su equipo iban desgranando algunos de los contenidos y anécdotas de sus días de grabación en Cádiz, ellos iban preguntando también a los estudiantes de cine y jóvenes interesados por este sector sus inquietudes y sus puntos de vista sobre el futuro que les espera.

Entre las entrevistas que Iborra ha realizado estos días en Cádiz se han tocado cuestiones como la de los sin techo, la precariedad laboral, el abandono escolar... Como explicó el director "es un rodaje con voluntad de hacer cine político, un tipo de cine que hace años, cuando yo era joven, sí que se hacía pero que ahora ha sido exterminado. En estos tiempos creo que no es desechable la idea de rescatar no solo el cine social, sino también el cine político", afirmó.

Por parte de su equipo sus compañeros definieron el trabajo como "un experimento sociológico curioso" y tan solo adelantan de su contenido que "se nota que es Cádiz en cada una de sus historias y en la manera de contarlas".