En sus últimos años de vida, y debido a la enfermedad que padecía, la estatura de Manolo Caracol comenzó a disminuir. Al genial cantaor le encantaba tirar de la lengua al ingenioso gaditano el Cojo Peroche. Y en una de aquellas porfías y tras una salida de tono del temperamental flamenco, el Cojo le respondió: "Caracol, como sigas menguando vamos a tener que enterrarte en una cajita de dominó".

El productor Ricardo Pachón ríe cada vez que recuerda esta historia "tan de Cádiz". Ríe pero con un fondo de tristeza. ¿Por qué? "Pues porque la historia de estas grabaciones se parece mucho a la historieta del Cojo con Caracol". La historia de un proyecto llamado Legado de los cantes de Cádiz que surgió en 2008 "como una ambiciosa idea de una tirada de 1.000 estuches que contenía diez discos, un libro sobre los cantes de Cádiz y una guía de escucha. En 2010, "ya con la crisis encima se nos pidió reducir el proyecto a la mitad", explica Pachón que se conformó con la idea de suprimir el libro y la guía de escucha, quedando reducido el estuche a solo seis discos. "Finalmente, en la primavera de este 2012 conseguimos llegar a la cajita de dominó: una tirada de 100 estuches con tres discos cada uno".

El productor está contento con el contenido pero, inevitablemente, siente impotencia por lo que este Legado de los Cantes de Cádiz podría haber sido. "En un principio, en ese año 2008, la idea me la lanza Enrique Montiel (entonces asesor de la concejalía Cádiz 2012 del Ayuntamiento de Cádiz) y, la verdad, que nos entusiasmó y nos pusimos manos a la obra para dar forma a este proyecto", recuerda Pachón.

El primer esbozo (ese monumental legado inicial que contemplaba más de 200 cantes) se entregó a finales de 2008 al Ayuntamiento de Cádiz. "Poco después ya me dijeron que la cosa, económicamente, no estaba para algo así y, finalmente, en 2010 me llamaron del Ayuntamiento para que redujera el proyecto a menos de la mitad y se suprimía el libro que lo iba a escribir el musicólogo Faustino Núñez. Y, bueno, en 2012 terminamos por firmar un contrato con el Consorcio Bicentenario y el Instituto Andaluz de Flamenco además del patrocinio de varias empresas y, bueno, se ha quedado en lo que tienes entre las manos. Algo muy bonito, y para mí muy satisfactorio por la parte artística pero el proceso ha sido un poco un desastre", explica el profesional al frente de Estudio Flamenco Vivo.

De hecho, de su nutrido fondo - compuesto por más de 1.000 cintas magnetofónicas grabadas desde los años 60 cuando Pachón recorría los festivales flamencos de la geografía española acompañando a Camarón de la Isla, a quien producía-, sale el contenido de buena parte de Legado de los Cantes de Cádiz.

Así, los compactos dos y tres contienen grabaciones inéditas de Chano Lobato, Juanito Villar, El Chato de la Isla, Santiago Donday, Rancapino y Manuel Agujetas, entre otros grandes intérpretes. "Estas obras tienen un valor tremendo porque será la primera vez que se escuchen", aprecia Pachón que ha digitalizado "con gran esfuerzo" estos cortes procedentes de sus cintas analógicas . También, en este apartado, el productor ha querido "rendir un homenaje a las guitarras" incluyendo unos cortes "muy exclusivos y sorprendentes" de Diego de Morón, Rafael Riqueni y El Niño Miguel, además de "un toquecito carnavalero que no sé si pega mucho pero que me apetecía". Del Carnaval de 1984, 'Los llaveros solitarios' y de 1996 una pieza del coro 'Buque Escuela' "porque viene muy a tono ya que habla de los chorizos que tenemos a nuestro alrededor".

El valor patrimonial de este Legado de los cantes de Cádiz también reside en el primer compacto ya que está dedicado "a las grabaciones más antiguas en soporte de pizarra y algunos vinilos", informa. Grabaciones de los años 20, 30 y 40 del pasado siglo que nos devuelven los sonidos de cantaores como Aurelio Sellés, Pericón de Cádiz, Canalejas de Puerto Real, La Perla de Cádiz y sevillanos con lazos indudables con el cante de Cádiz como Manolo Caracol o La Niña de los Peines.

Los discos han sido sometidos, primero, a un software de limpieza para eliminar las frecuencias más molestas y luego se ha subido el nivel de la señal, este último proceso también se ha seguido con las grabaciones de los festivales, tomadas "desde un magnetofón profesional suizo que yo tenía en aquella época", recuerda Pachón.

Joyas en cajita de dominó y en edición limitada. Solo 100 estuches. Solo 100 afortunados. "Me gustaría mucho que se comercializara o que se hicieran nuevas tiradas para que más personas puedan disfrutar de este legado", acierta.