Cultura

Fotografiando el aire serrano

  • La localidad de Villamartín celebra el I Certamen de Fotografía Aérea, a la que acuden fotógrafos para inmortalizar desde tierra las demostraciones de los pilotos

A la orden del instructor, las hélices del pájaro mecánico se ponen en marcha rumbo al cielo. Es un ultraligero con menos de 450 kilos encima. Será objeto de deseo de los fotógrafos que, a pie de pista, inmortalizan durante tres horas cada demostración que hagan ésta y otras naves.

Ésta fue ayer una de las secuencias que centraron el I Certamen de Fotografía Aérea Villamartín 2010, una iniciativa de la Escuela de Pilotos Ultraligeros VuelaCádiz, que se celebró en el aeródromo Tomás Fernández, de la localidad serrana, y que estuvo patrocinado por Diario de Cádiz.

Fotógrafos venidos de distintos puntos de la geografía andaluza se dieron cita en este evento para captar con sus equipos demostraciones y piruetas de los pilotos de los aviones que concurrieron al lugar. Tras las oportunas deliberaciones, el jurado decidió otorgar el primer premio al participante Jesús Benítez Sánchez, de Fuengirola (Málaga); el segundo galardón se lo llevó el benjamín de los fotógrafos, Manuel Estévez, de 8 años y de Cádiz; y el tercer premio fue para Ángel Rumeu Carmona, también vecino de Cádiz. Hay que hacer una mención especial a la labor del pequeño Manuel Estévez, quien con su cámara NiKon al hombro, y cerca siempre de su padre, derrochó profesionalidad y tesón para no perder puntada y fijar en su máquina los movimientos de los pilotos. Y eso, que el calor apretaba lo suyo. También elogios para el resto de fotógrafos, que realizaron su labor sin perder atención a las medidas de seguridad puestas para garantizar la buena marcha del evento.

El director de la escuela VuelaCádiz, Roberto Goltzman, actuó como presidente del jurado, acompañado de José Joaquín Espada, director de la Escuela Volando al Sur y los pilotos del club.

Pero antes de llegar a este punto, los fotógrafos ya habían enderezado sus objetivos decenas de veces para capturar todas las imágenes posibles de esta concentración aérea que reunió en el aeródromo Tomás Fernández a ultraligeros, avionetas y aviones veleros (sin motor que van remolcados por otros con cables). La jornada se inició sobre las diez de la mañana con las instrucciones pertinentes para afianzar la seguridad de todos en el emplazamiento. Acto seguido, lo importante era coger espacio para disparar tantas veces como fuera necesario. Unos, los fotógrafos, sin perder ojo al objeto más reclamado: el avión. Y otros, los pilotos, subidos a bordo de sus naves contemplando, en toda su extensión, sinfonías de colores: los campos de trigo y girasoles a 300 metros de altitud, la silueta blanca de Villamartín y otros pueblos, y el azul grisáceo de las aguas del Guadalete. Y es que Villamartín se consolida como un punto importante para la práctica área por sus condiciones geográficas para el vuelo sin motor y reclamo para este tipo de turismo activo. El aeródromo cuenta con alojamientos en el Hotel La Antigua Estación. El primer premiado al I Certamen de Fotografía Aérea recibirá un curso de piloto de seguridad de ultraligero; el segundo un bautizo de vuelo en velero y el tercero, un bautizo de vuelo en ultraligero. Diario de Cádiz, como patrocinador, publica en la página siguiente las tres fotografías ganadoras.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios