Cádiz, la ciudad de los piropos

CÁDIZ ha recibido infinidad de piropos de toda clase, con más o menos fortuna, basta un pequeño repaso:

Que si Emporio del Orbe, que si Cádiz ilustrada, que si blanco pañuelo que dice adiós a los navegantes... Uno de los que más fortuna ha alcanzado -dígalo si no la culta Cádiz- es el de la ciudad más antigua de Occidente, título que parece que se lo puede disputar Larache, con el mismo origen cananeo que nuestra ciudad, según le he leído a Leonor de Bock Cano en su "El templo de Hércules gaditano: realidad y leyenda", salvo que se piense que Larache no está en Occidente.

Otros: Perla de Andalucía y que no se olvide aquel de La ciudad de Hércules. Tantos como nombres han tenido estas islas gaditanas: Gadir Gadeira, Gades, Calis, Cádiz... También están los de cuna: cuna de la Libertad, cuna de la prensa moderna, cuna de la lotería nacional, cuna del liberalismo, cuna del toreo a pie, cuna del tanguillo, cuna del flamenco, cuna y sede del constitucionalismo y hasta cuna del Tribunal Constitucional. Todos estos se pueden remitir en uno: Cádiz, casa cuna.

Lo de ciudad de la gracia, por fortuna, se lo queda Sevilla, pero el rey de los piropos, el más caletero, el inequívoco es Cádiz, tacita de plata.

¿Quien fue el primero que dio lustre a la taza? Manuel Machado dio el timbre plateado a Jaén, de Cádiz alabó su salada claridad, pero nada de tacita de plata. Excelentísimos académicos de la Española han utilizado la frase, no digo Pemán. Mucho antes Daniel de Cortázar, en 1915, en su discurso de recepción pública del académico gaditano Pedro de Novo y Colson. Dice Cortázar del nuevo académico que "pasa su niñez divisando de continuo aquella taza de plata".

También utilizó el piropo Pedro Antonio de Alarcón con anterioridad y mucho antes, en 1839, Diego Coello y Quesada en "El Semanario Pintoresco Español", cuando llamó a nuestra ciudad la taza de plata de nuestra nación por lo que el más comparsista de los piropos tiene que ser más antiguo, de plata pero muy vieja.