Entre 1987 y 1990, Carlos Edmundo de Ory y Rafael Pérez Estrada mantuvieron una fluida correspondencia llena de humor y dolor existencial. Los sueños que tenían, los libros que leían o pequeños actos cotidianos han quedado recogidos en un pequeño tesoro del archivo de la Fundación que lleva el nombre del autor gaditano. Antonio Soler, discípulo del segundo y conocedor de estas cartas, estará hoy martes, 14 de noviembre, en dicha Fundación hablando de ellas junto a su director, Salvador García. Será a las 19.00 horas en su sede de la calle Ancha, en un acto que cuenta con la colaboración del Centro Andaluz de las Letras de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte.

El centro participa así en esta cita literaria que será la primera de un ciclo organizado por la Fundación con motivo del centenario del nacimiento de Carlos Edmundo de Ory. Se titula ‘Las amistades celestes’, y gracias a él se podrán conocer algunos de los epistolarios más interesantes del poeta gaditano. Concretamente este epistolario, como escribe Salvador García en el artículo ‘La correspondencia entre Carlos Edmundo de Ory y Rafael Pérez Estrada’, “está compuesto por 17 envíos postales de Pérez Estrada y nueve de Ory. En él confluyen y divergen dos poéticas que compartían el desarraigo. Aquí tenemos otro de los rasgos comunes que los unía, ambos eran exiliados a su manera”.

“El gaditano”, añade, “pasó más de 50 años de su vida en Francia, el malagueño siempre residió en su ciudad natal, pero le confiesa: ‘También yo sé del destierro que empieza en uno mismo”. Una de las características más evidentes de estas cartas es el humor, el “toque humorístico”, que “salpica toda la correspondencia”. De todo esto hablarán Antonio Soler y Salvador García dentro de Las amistades celestes.

El escritor malagueño Antonio Soler publicó su primera novela en 1992. Doce años después, escribió ‘El camino de los ingleses’, con la que ganó el Premio Nadal y que además fue llevada al cine. Entre sus obras están ‘Sur’ o ‘Las bailarinas muertas’. Y, entre sus premios, el de Crítica de Narrativa Castellana en dos ocasiones, el Herralde o el Francisco Umbral al Libro del Año.