Antonio Rivera fallece en Cádiz debido a una dolencia estomacal
El patriarca del clan Rivera, de 89 años de edad, murió ayer a mediodía rodeado de sus familiares. El mundo de la ganadería y del toro le dirán su último adiós hoy a las cinco de la tarde en Barbate
Antonio Rivera Alvarado, patriarca de una de las dinastías más importantes del mundo del toreo y padre del torero Paquirri, falleció ayer en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz a los 89 años.
Se acercaba el mediodía cuando el abuelo de los Rivera decía su adiós en el centro hospitalario donde permanecía ingresado en estado grave desde hace veinte días. La causa del fallecimiento fue una dolencia estomacal que se le había complicado últimamente. El torero y ganadero, no obstante, tenía demencia senil desde el año 2003, síntomas de un ligero alzheimer, y su estado de salud era delicado desde tiempo atrás.
A las cuatro de la tarde su cuerpo fue trasladado al tanatorio de la glorieta de la Zona Franca, donde fue velado por sus hijos Antonio, José Riverita y Teresa, con la que vivía desde hace seis años. De sus nietos, únicamente José Antonio Canales Rivera permaneció inamovible junto a la cama de su abuelo durante sus últimos días y, ayer también fue el único que se despidió de él. El resto de nietos al cierre de esta edición no habían acudiddo, aunque sí se les espera su presencia para el sepelio de hoy, previsto para las cinco de la tarde, en el cementerio de Barbate. También ha trascendido que Fran, el mayor de los hijos de Paquirri y Carmen Ordoñez, llamó por teléfono estos días para interesarse por el estado de su abuelo.
Ayer por la mañana, cuando aún no se había producido el fatal desenlace, su hija Teresa, ante la pregunta de la prensa de quiénes habían ido a visitarle, respondía: “Los que tienen que estar con él, están ahí dentro”. Al conocerse la triste noticia, a lo largo de toda la tarde, se sucedieron las visitas de amigos, compañeros del mundo de la ganadería y conocidos, que mostraron sus sentimientos de condolencia a la familia. Novillero en su juventud, Antonio regentaba el patriarcado de una de las familias de toreros más importantes del país. Casado con Coral Pérez, tuvieron cuatro hijos juntos: Francisco, José, Antonio y María Teresa. El cuerpo del patriarca de los Rivera recibirá sepultura en Barbate, de donde era natural, a las cinco de la tarde de hoy. Su muerte coincide pocas semanas después del 25º aniversario de la muerte de Paquirri, cuya prematura pérdida por la cogida de un toro en Pozoblanco nunca superó. A Antonio Rivera se le apreció mucho en el mundo del toro por su extraordinaria personalidad, ya que fue un hombre luchador y de carácter afable, abierto e ingenioso. Pese a no llegar a tomar la alternativa, debido a que un novillo le amputó dos dedos en el año 1942, conocía todos los secretos del toreo, tanto en la plaza como en la calle y en el campo. Vivió sus últimos años en la finca El Robledo, de Constantina (Sevilla), que fue herencia de su hijo Paquirri.
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