Cultura

Andrés Duque, de la caracola a la retrospectiva en solo un año

  • El cineasta venezolano, ganador en la pasada edición con su película ‘Carelia, internacional con monumento’, ha recibido este año el homenaje del festival con un repaso a su filmografía

El cineasta venezolano Andrés Duque.

El cineasta venezolano Andrés Duque. / Carlos Montañés.

En este Alcances raro y atípico que se está celebrando en Cádiz, o mejor dicho desde Cádiz hacia toda España a través de internet, no ha faltado el homenaje a un cineasta por el conjunto de su obra. Lejos, eso sí, de aquellos homenajes que ya se perdieron en el Falla con discursos, proyecciones emotivas y presencia del protagonista, en este pandémico e histórico 2020 le ha tocado el turno a Andrés Duque, cineasta venezolano afincado en Barcelona que, en solo un año, ha pasado de ganar la caracola del certamen por su película Carelia, internacional con monumento a recibir el reconocimiento a su trabajo cinematográfico con la proyección de sus películas, que aún podrán verse hasta esta noche a las doce a través de la plataforma Festhome.

Para Andrés Duque, Alcances es, sin ninguna duda, “el festival español de cine documental más importante. Para los cineastas españoles siempre es un referente este festival porque sabemos que por ahí pasan siempre los mejores títulos”. Aunque el realizador, honrado por el homenaje, reconoce tener una deuda pendiente con este festival al que se ha presentado tres veces: “Cádiz es de las pocas ciudades de España que no conozco; ni el año pasado pude ir con el premio porque estaba rodando en Finlandia. Es terrible”. En el apartado de asuntos pendientes de su agenda, eso sí, ya tiene apuntado acudir algún año a Alcances. “Aunque sea como jurado, no sé”, dice con cierta resignación.

Del festival gaditano destaca también el realizador su apuesta por fomentar el encuentro entre cineastas, el debate y la confrontación de ideas, más allá de la simple disputa por lograr uno de los premios.

La premiada Carelia tendrá segunda parte, según el proyecto de Andrés Duque, pero de momento está parado porque su intención es trabajar con gente mayor, enferma, vulnerable al virus, y estima que es más responsable paralizar el rodaje a la espera de que se normalice de verdad la situación. Y a la espera, reconoce también, de que no haya mascarillas: “Está el asunto sanitario, que no se contagien, pero es un tema también estético. El tema de las mascarillas no acaba de resultarme para una de mis películas”.

Pero Andrés Duque no está parado: “En uno de esos recorridos que hago con la moto localizando lugares por Barcelona, he dado con un grupo de inmigrantes, extutelados, que ahora están en el foco de los medios porque ha habido muchos casos de difamación, de acusación por violación. Es un colectivo que está perjudicado, y a mí me parece que es un deber hacer algo con ellos. Y casualmente lo que ha detonado esta idea es que me he encontrado con dos que habían estudiado cine en Marruecos”.

Así que Duque se siente atraído por este proyecto que, de cuajar, supondría también una respuesta ética y solidaria, una especie de contribución cinematográfica a una situación que él mismo conoce bien: “Yo también he sido inmigrante, incluso he estado ilegal en este país, y creo que me toca ahora ayudar, porque a mí me ayudó mucha gente. Me lo he tomado como algo muy personal. Estamos trabajando, hay muy buena sintonía y vamos a ver qué surge de todo esto”.

Aunque reconoce que su obra está pensada para que sea proyectada en salas de cine, con público, también admite como válido el modelo telemático que Alcances ha elegido este año para celebrar su certamen. “Al fin y al cabo, lo que uno quiere es que las películas se vean y que la gente tenga acceso a ellas”. Andrés Duque defiende también como cine, con todos los matices posibles, “todo lo que tiene que ver con la imagen en movimiento”; incluso lo que pueda llegar a través de las redes o con las nuevas tecnologías, aunque tiene muy claro que la supervivencia de las salas de cine es necesaria y, a su juicio, está garantizada en el futuro”.

Defensor a ultranza de la libertad personal a la hora de crear su propia obra audiovisual, este cineasta venezolano confiesa su deseo, conseguido después de años en el ‘otro lado’, de “no atender a los cánones de la industria”.

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