Provincia de Cádiz

La trama utilizaba un club de alto standing para distribuir la droga

  • La Guardia Civil detiene a 20 personas de una red de traficantes que movía cocaína, marihuana y hachís por Jerez, San José del Valle y buena parte de la Bahía

Todo comenzó hace un año. De los hilos de la 'operación Mirlo', que deparó la detención de 19 personas en El Puerto y El Cuervo en septiembre de 2011, se ha seguido tirando hasta concluir 13 meses más tarde en la desarticulación de una trama de narcotraficantes que había extendidos sus tentáculos a Jerez, San José del Valle, San Fernando y Puerto Real. La 'operación Mirlo' contó con la colaboración del Cuerpo Nacional de Policía, si bien en esta ocasión la desarrolló en exclusiva la Guardia Civil.

En esta ocasión, la nueva operación miró mucho más arriba, hacia el núcleo desde el que se aprovisionaba la trama, ubicado en Madrid. La consecuencia directa fue la detención de 20 personas relacionadas con este presunto delito contra la salud pública y que en Jerez tenía su sede en un club de alterne de alto standing ubicado en las inmediaciones de la avenida Álvaro Domecq, concretamente en la calle Isabelo, una tranquila zona de unifamiliares que median entre Duque de Abrantes y uno de los laterales del Hotel Sherry Park.

La Guardia Civil, bajo mandamiento del Juzgado de Instrucción número 4 de la ciudad, detuvo a la veintena de integrantes de esta organización criminal que se dedicaba al tráfico de cocaína entre Madrid y la provincia. La operación, que fue bautizada con el nombre de "Aceituno", se saldó con la incautación de cuatro kilos de cocaína, dos de hachís y medio de marihuana, más de 54.000 euros, 5 vehículos, así como más de 10 kilos de distintas sustancias.

Entre los detenidos en la primera operación, la 'Mirlo', se encontraba según informó ayer la Guardia Civil el principal investigado por la nueva operación, la 'Aceituno'. Se trata de Eduardo H.B., un joven de 31 años de edad, que es natural y vecino de Jerez, "que retomó su actividad ilícita en cuanto salió de prisión" . Según informó la Benemérita en nota de prensa, las investigaciones destaparon que esta persona estaba al frente de una organización dedicada al transporte de cocaína entre Madrid y la provincia de Cádiz, contando con dos líneas principales de distribución.

De la primera de ellas, se encargaba Juan Carlos G.L. de 41 años y vecino de El Puerto, el cual se dedicaba a la distribución y venta de cocaína tanto en esa localidad como en Puerto Real y San Fernando. "Era el encargado de recoger los beneficios económicos con los que financiaban nuevas compras de cocaína en Madrid" para, de inmediato, continuar con la actividad criminal.

Al frente de la segunda línea, siempre según la Guardia Civil, estaba Francisco Javier G. G., que se encargaba de la distribución de la droga en Jerez utilizando para ello la casa en la que se ejercía la prostitución referida anteriormente y ubicada en la calle Isabelo. Desde allí se suministraba la droga tanto a clientes que requerían servicios sexuales como a otras gentes, camellos, que se dedicaban a su distribución para la posterior venta al por menor. Cabe destacar que en el club de alterne -perfectamente disimulado en un entorno de unifamiliares- también acudían personas que la frecuentaban "con la única finalidad de la adquisición y consumo de sustancias estupefacientes". Este miembro de la trama, Francisco Javier G. G., utilizaba a su vez a otros dos miembros de la organización, uno de ellos su propio padre, para que realizara la distribución en la localidad de San José del Valle y en las pedanías colindantes.

El mutismo con el que se llevó a cabo la operación fue máximo ya que una vez identificados los principales miembros de la organización en la provincia y sus colaboradores, fue el pasado 17 de julio cuando se procedió al desarrollo de la primera fase de la operación. La segunda fase fue en agosto y los investigadores procedieron a la total desarticulación de la organización delictiva.

De forma paralela, en Madrid se desmanteló un laboratorio para el tratamiento de la cocaína ubicado en un domicilio de Madrid, principal canal de distribución, donde se incautaron unos tres kilos de cocaína en roca de un altísimo nivel de pureza, así como cocaína en polvo preparada en dosis de distintos tamaños, 10 kilos de precursores para el corte, 2 kilos de hachís y más de cien comprimidos de potenciadores sexuales.

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