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Provincia de Cádiz

La temporada de sol se abre con 2.500 plazas hoteleras menos

  • Cinco grandes establecimientos de la provincia se encuentran aún cerrados por obras de mejora, por abandono de sus propietarios o por hallarse en concurso de acreedores

El sindicato CCOO hacía público en días pasados un listado con los 44 hoteles del litoral andaluz que permanecen aún cerrados, treinta de ellos por temporada y catorce por conflictos laborales o problemas de gestión, pese a que el 2015 fue un año turístico récord y a los buenos de datos de ocupación registrada esta pasada Semana Santa.

En la costa andaluza eso supone que hay 17.600 plazas menos disponibles y una reducción de 4.600 puestos de trabajo frente a años anteriores a la crisis, en los que todos los establecimientos de las provincias costeras ya habían abierto en estas fechas sus puertas al público.

Concretamente en la provincia de Cádiz hay cinco grandes hoteles cerrados, uno de temporada que está en reforma (Iberostar Andalucía Playa de Chiclana), otros tres en concurso de acreedores en fase de liquidación (Fair Play Golf de Benalup, el Colón Costa Ballena de Rota y el Medinaceli de El Puerto) y el hotel Prestige Palmera Plaza de Jerez, que cerró sus puertas de manera inesperada hace ya unos meses. El sindicato Comisiones Obreras hizo unos cálculos que desprendieron que en la provincia de Cádiz llegó el sol (si alguna vez se ocultó) con 2.500 plazas hoteleras menos y con una pérdida aproximada de más de 400 puestos de trabajo.

A este respecto, a nivel andaluz, el secretario de Política Institucional de la Federación de Servicios de CCOO, Gonzalo Fuentes, manifiesta que "resulta increíble que Andalucía deje de ofertar 17.600 plazas hoteleras en una fecha en la que siempre se ha producido un repunte importante del número de visitantes". Así, CCOO reclama que se busquen soluciones para los catorce hoteles que están cerrados por lo que ellos consideran una mala gestión en Andalucía, cuyos propietarios están ligados mayoritariamente al sector inmobiliario, y apuesta por proyectos que reflejen la diversidad de productos existentes en Andalucía para combatir la estacionalidad.

El caso más positivo de la provincia podría ser el del Iberostar Andalucía Playa, ubicado en Chiclana, que podría abrir sus puertas al público en los próximos días, a lo largo del mes de abril. En este establecimiento se vienen acometiendo desde hace unos meses obras de adecuación para su paso de las cuatro a las cinco estrellas. Este cambio en su catalogación es, sin duda, una buena noticia para Chiclana y para la provincia en general, tal y como ya valoró en su día la delegada municipal de Urbanismo y Turismo, Ana González, que confiaba en que "esta mejora en la oferta hotelera ayude a que Chiclana siga creciendo como destino turístico, no sólo durante la temporada estival, sino también durante el resto del año".

Para acceder a esta nueva catalogación, Iberostar ha llevado a cabo la renovación de todas las habitaciones del centro hotelero, así como de sus baños, que han sido completamente reformados y ampliados en el caso de las suites. A su vez, la obtención de la quinta estrella ha traído consigo una nueva tipología de habitaciones así como la reforma de todas las zonas comunes y el rediseño del lobby bar del hotel y el nacimiento de un nuevo restaurante temático. Y no sólo eso sino que el Iberostar Andalucía Playa presentará una completa reforma de su solárium, que incorpora ahora camas balinesas, una reforma que se sumaría a la construcción de dos nuevas piscinas.

Desde Iberostar recuerdan igualmente que el Royal Andalus, también en Chiclana, ha vivido asimismo reformas enfocadas, sobre todo, en la renovación de todas las habitaciones y los baños así como la ampliación del restaurante buffet.

Un caso no tan positivo para la provincia ni para el sector turístico y hotelero es el del hotel Fair Play Golf, ubicado en Benalup, cuya liquidación y venta permanece congelada desde hace más o menos un año por culpa de la burocracia judicial y por un recurso.

El atractivo proyecto puesto en marcha en la comarca de la Janda por el empresario belga Bernard Devos calló abatido tras el estallido de la crisis económica, que lo sumió en una suspensión de pagos y en un largo y complicado concurso de acreedores y, finalmente, a su subasta. Pero las prestaciones del propio complejo hotelero hicieron que pronto le salieran varios novios, gracias también a la gestión realizada por los abogados Ramón Dávila y José Manuel Chaves, que fueron nombrados administradores concursales. Entre las ofertas recibidas destacaron la de una empresaria belga y otra procedente del Grupo Pascual, que fue finalmente la que se llevó el gato al agua y obtuvo el plácet por parte de los Juzgados. Pero parece que un recurso presentado por el banco BBVA, que es el líder del pool bancario que tenía el préstamo hipotecario del hotel, y que, por lo tanto podría tener derechos preferenciales en el tanteo. Pero todo está pendiente de una resolución que mantiene cerrado el hotel, con unas instalaciones que se deterioran día a día y con todo su personal en paro.

Otra pérdida que arrastra la costa gaditana desde 2012 fue la del hotel Duques de Medinaceli de El Puerto, de cinco estrellas, un establecimiento con encanto construido en una antigua casa de la familia Terry, con pocas habitaciones pero con un ambiente muy acogedor. El hotel perteneció al Grupo Jale y a día de hoy sigue cerrado. Parece que la esperanza de su próxima apertura está en manos de un grupo inversor que se ha interesado en volver a ponerlo en funcionamiento. Este proyecto que aún se mantiene con gran secretismo podría conllevar una ampliación e incluso la construcción en un terreno adyacente de un jardín botánico.

El listado de CCOO también recuerda que el Colón Costa Ballena de Rota prosigue también cerrado, bajo una administración concursal, para desesperación de sus 67 trabajadores que han intentando defender que el negocio siempre ha sido rentable.

En 2005 el Grupo Jale se lo compró al empresario Bartolo Denaro por 21 millones de euros teniendo que pugnar en la puja con el mismísimo Ruiz Mateos. La crisis inmobiliaria hundió al grupo portuense y en octubre de 2011 entró en una subasta que quedó desierta. Desde entonces, el Colón Costa Ballena de Rota es otro de estos hoteles fantasmas.

Por último, hablando de fantasmas, singular resulta el caso del hotel Palmera Plaza. Ratones, okupas y cacos comparten unas instalaciones que quedaron abandonas por sus propietarios en 2014.

Mientras tanto, llegó la primavera de 2016, el sol ya empieza a campar a sus anchas y los citados establecimientos hoteleros siguen en pie pero con sus puertas cerradas al público. Y, como consecuencia, un sector, el turístico, capaz de crear un gran número de puestos de trabajo, sigue a la espera de más y mejores noticias.

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