"Nuestro sistema no estaba preparado para tener un presidente sin ningún límite"
Iván Espinosa de los Monteros | Ex diputado nacional de Vox
“Justificar a este Gobierno por el miedo a Vox demuestra lo mal que está la salud democrática de este país”
“El PSOE se ha convertido en un partido antisistema pero desde el Gobierno”
Iván Espinosa de los Monteros anima en San Fernando a quitarse "las lentillas de color rojo" para mirar al futuro
El próximo agosto se cumplirán dos años desde que Iván Espinosa de los Monteros (Madrid, 1971) dimitió como diputado nacional por Vox. La publicación de su libro España tiene solución: Hacia un futuro brillante y próspero (Editorial Almuzara, 2025) le ha permitido salir de ese ostracismo al que accedió de manera voluntaria y, de paso, confirmar que su alta capacidad de oratoria sigue intacta. La tarde del lunes este afiliado de base de Vox estuvo presentando su libro en San Fernando y un par de horas antes trasladaba su visión de España en esta entrevista.
–‘España tiene solución’. Con la que está cayendo en este país, leer un mensaje optimista en alguien de derechas ya es de por sí llamativo.
–Sí, pero es que no hay otra. Es verdad que estamos en un momento malo pero si le das la vuelta a la foto, cada cosa que ha hecho mal este Gobierno, cada error que ha cometido, cada una de las amenazas que se ciernen sobre nuestro sistema político, son oportunidades de mejora. Creo que el nuevo Gobierno, que llegará porque no hay mal que cien años dure, tendrá mucho trabajo por delante. Pero no se podrá limitar a un simple cambio de caras. Hará falta un cambio estructural en el país. Lo digo porque ya experimentamos uno en 2011, cuando se cambió un Gobierno que a mí no me gustaba, y lo que vino después fue decepcionante. No podemos volver a perder esa oportunidad porque ya llevamos 20 años estancados en términos económicos.
–¿España, a su juicio, ha tocado fondo?
–A ver, España es uno de los mejores países del mundo. Hay 196 países en el mundo y estamos en el percentil 90 en cualquier medida económica más o menos razonable que se mire. Somos, junto a Japón, el número uno en esperanza de vida, que ya es mucho decir, y somos un país lleno de fortalezas y de oportunidades. Lo que pasa es que tras muchos años de crecimiento, llevamos dos décadas estancados, como lo confirma la evolución de la renta per cápita, descontando lógicamente la inflación. Por eso parece que estamos en un momento muy malo, y lo estamos ciertamente en términos relativos. Pero en términos absolutos España sigue siendo un gran país en el que todo el mundo desea vivir.
–Mi pregunta iba más dirigida al aspecto político, con un Gobierno con tanta debilidad.
–No es sólo la debilidad. Es la maldad, la corrupción, el totalitarismo, el deterioro de la calidad democrática, el deterioro también de la independencia y el buen nombre de nuestras instituciones, el que hayamos ido perdiendo, escándalo tras escándalo, la capacidad de asombrarnos... Si esto lo hubiera hecho un Gobierno de derechas, la que estaría liada en las calles, pero como es un Gobierno de izquierdas parece que todo se le permite. Pero, insisto, esto acabará más pronto que tarde y creo que a Pedro Sánchez le aguarda un futuro muy triste, porque va a ser una persona muy poco recordada incluso en su propio partido. Pero a nosotros lo que nos compete es España, a la que hay que sacarla del hoyo en el que la ha metido este Gobierno.
–La solución para España vendrá sola o hay que buscarla?
–Nada viene solo. Habrá que poner todo el interés y todo el trabajo, y aún así va a ser muy difícil. Ahora bien, si no tenemos las ideas claras, si no empujamos para que las cosas sucedan, será misión imposible. Por eso una de las claves es movilizar a la sociedad civil para que exija un poco más de dinamismo a los partidos de la oposición a la hora de posicionarse contra el Gobierno y de proponer cosas que sean buenas para España.
–¿Y esa solución para España tiene que venir forzosamente por la derecha?
–Yo espero que sí. Creo que el PSOE va a quedar muy dañado después del paso de Pedro Sánchez por su liderazgo, creo que la izquierda extrema está completamente desacreditada y creo que sí, que es el momento de la derecha, pero tiene que ser una derecha reformista, regeneradora, sensata, sin complejos y que ponga en práctica esas ideas que, se ha demostrado empíricamente, son las que han traído los mayores avances, desarrollo, bienestar y riqueza para la Humanidad en los últimos siglos.
“El PP es el hermano mayor y por eso su esfuerzo de entendimiento con Vox debe ser también mayor”
–¿Confía en que el próximo congreso nacional del PP relance a la derecha? Feijóo ya ha dicho que no descarta gobernar con Vox.
–Esa es la senda correcta. Creo que ese congreso es una oportunidad para que el PP se reposicione y se sacuda algunos complejos. Debe sacudirse su seguidismo de la izquierda y debe empezar a pensar en ocupar un espacio de centro derecha que ha dejado de lado durante años. En cuanto a su relación con Vox, el PP es el hermano mayor, porque tiene más experiencia, más años y más prestancia, y por tanto su esfuerzo de entendimiento tiene que ser también mayor.
–En cierto modo el PSOE también estuvo acomplejado con Podemos, hasta que decidió gobernar con ellos.
–El problema del PSOE no es que se haya acostumbrado a Podemos, es que se ha podemizado. Se ha convertido en un partido antisistema pero desde el Gobierno. Es un partido que no cree en los mecanismos democráticos, que no se detiene ante nada, que no tiene ningún límite y que está dispuesto a cualquier cosa con tal de retener el poder. Es que nos hemos acostumbrado a cosas increíbles, como aliarse con total normalidad con el partido que representa a los asesinos de sus propios compañeros. Eso es brutal. Y tampoco entiendo que haya votantes del PSOE en toda España a los que esto no les escandalice lo suficiente para dejar de votarles. Entonces, ¿qué es lo que aprende Pedro Sánchez? Que la podemización le funciona, que no hay límites, que puede mentir y aliarse con los golpistas, con los asesinos, con los separatistas, con quien sea, que le vuelven a votar.
–Esos votantes del PSOE le dirán que prefieren este Gobierno antes que uno en el que esté Vox.
–Pero es que esa respuesta automatizada, robótica y carente de reflexión no se puede tolerar. No es propia de gente madura y demuestra lo mal que está la salud democrática de este país. A la persona que dice eso hay que hacerla reflexionar un poco. ¿De verdad a esa persona le parece que pactar con Bildu es de recibo pero con Vox no porque es la ultraderecha? ¿En serio? ¿Después de casi 50 años de democracia en España? ¿Alguien ha visto que en los sitios donde haya gobernado el PP con Vox hayan pasado cosas tan graves como, por ejemplo, asesinar a un rival político? Te gustarán más o menos las políticas, te parecerán más o menos acertadas pero no creo que sea remotamente comparable.
–¿Se imagina un referéndum de independencia en Cataluña?
–No hace falta imaginárselo mucho porque este Gobierno ya ha dicho que lo puede hacer. Todo sería anticonstitucional, todo al margen de la ley, pero como también van acaparando organismos como el propio Tribunal Constitucional, que lo van llenando de gente del partido, pues eso. Yo creo que nuestro sistema no estaba preparado para tener un presidente sin ningún límite como es Sánchez al que además su partido tampoco le pone límites. Por eso me imagino cualquier barbaridad.
“Creo que Sánchez hará coincidir las generales con las municipales. Precisa movilización en el partido”
–Yo siempre he pensado que no habrá elecciones anticipadas, que tanto al PSOE como a sus socios les interesa apurar esta legislatura hasta el último día.
–No sé si hasta el último día, que sería en julio de 2027, pero sí creo que apurará para hacerlas coincidir con las municipales y con algunas autonómicas en mayo de ese año. ¿Por qué? Porque creo que el PSOE tiene la estructura tocada, porque, aunque no lo parezca, el goteo diario de escándalos, con lo de Ábalos, lo del hermano, lo de la mujer, ahora lo de la UCO, todo eso va debilitando el ánimo. Y la estructura sí se moviliza cuando hay municipales, porque le va la vida en ello a mucha gente. Otra cosa es que Sánchez vaya a presentarse.
–¿Y esas dudas?
–Bueno, el año que viene toca elegir secretario general en la ONU, aunque no es algo que esté escrito en teoría le debe tocar a algún iberoamericano, y Sánchez es capaz de presentarse diciendo que se sacrifica por el mundo. Todo es posible.
–Ha hablado antes de la necesidad de movilizar a la sociedad. ¿Se refiere a más protestas en la calle? ¿Cree que dan resultado?
–Salir a la calle es una de las vías y es necesario, lo que pasa es que lamentablemente la derecha no se moviliza como la izquierda porque la derecha es gente de orden, no va con la cara tapada lanzando cócteles molotov y piedras a la Policía, no quema contenedores y cajeros, no cruza autobuses en la vía pública… Ojo, no estoy animando a que se haga sino que digo que es mucho menos noticioso y la foto es mucho menos llamativa. Pero la derecha se tiene que movilizar, claro que sí, sea en la calle, sea en las redes sociales, sea en las conversaciones diarias o sea sobre todo exigiendo a sus políticos una mayor capacidad de generar entusiasmo para barrer este desastre que tenemos en la Moncloa.
–Su libro tendrá un título muy optimista pero a usted le estoy viendo bastante pesimista.
–Hombre, es que usted me está preguntando por cosas del pasado y del presente y en el libro sólo hablo de futuro. Yo no hablo ni de Vox, ni de lo que me ha pasado a mí, sino del potencial que yo veo que tiene este país. Podemos hablar media hora de lo mal que están las instituciones o podemos hablar media hora de cómo arreglar las instituciones. Podemos hablar de que llevamos 20 años sin crecimiento económico per cápita pero podemos hablar también de cómo generar crecimiento económico. Podemos hablar de cómo este Gobierno ha convertido a España en un país dependiente y de cómo ya hay más adultos que son dependientes del Estado que contribuyentes, o podemos hablar de cómo reconvertir la situación y hacer de España un país productivo de gente independiente que es capaz de salir adelante por sus propios medios, sean autónomos, trabajadores, pequeños comerciantes, agricultores, ganaderos o pequeños y medianos empresarios. Podemos hablar de todo lo que hemos hecho mal o de todo lo que tenemos por hacer bien porque, insisto, el potencial que tenemos es tremendo. También propongo en el libro un plan de infraestructuras, especialmente un plan del agua para ayudar al sector primario, hablo de un plan energético, porque llevamos años destruyendo nuestra infraestructura y cerrando por simples motivos ideológicos centrales que daban energía y también estabilidad al sistema. En definitiva, que si dejamos de echarnos piedras en nuestra propia mochila podemos andar mucho más ligeros y avanzar más. Soy superoptimista con el futuro de España. Con dejar de hacernos daños a propósito, empezaríamos a crecer a partir del día siguiente y España entraría en una senda de crecimiento como no conocemos desde los años 90.
–Me imagino que cuando usted dimitió en 2023 vendrían muchas palmaditas en la espalda, hasta de algún adversario político. ¿Siente que ahora que ha reaparecido con este libro hay mucha gente que se ha puesto nerviosa pensando en un posible regreso suyo a la política?
–Claro, llevo meses escuchando todo tipo de bobadas, que si yo lo que quería era un puesto en las europeas con un partido, que ahora estoy buscando un puesto en el siguiente partido, en fin, las cosas propias de la naturaleza humana de gente que tiene más miedo que visión o más capacidad de destrucción que de proposición.
–Pero sigue siendo usted afiliado de Vox, ¿no?
–Sí, sigo siendo un afiliado de base.
–¿Y un afiliado convencido de serlo?
–Bueno, soy un afiliado y ahora una persona independiente con criterio propio que no tiene que estar completamente de acuerdo con todo lo que hace el partido. Pero estoy procurando ser muy, muy, muy prudente.
–¿Y con interés por algún cargo?
–No, no, cero.
–Se lo he preguntado porque he leído que si una refundación de Vox, que si un proyecto de un nuevo partido de derechas, que si una plataforma, etc.
–Lo único que sí hay es un proyecto de montar un centro de pensamiento, que voy a lanzar a la vuelta del verano y cuyo objetivo es desarrollar algunas de las ideas que propongo en el libro. Vamos a contar con gente experta, bien en energía, o en relaciones exteriores, o en defensa, seguridad o lo que sea y que nos pueda proponer con una mayor profundidad ideas para solucionar España. Será gente independiente, que no tiene forzosamente que pertenecer a un partido.
–¿Mantiene algún contacto con la actual dirección de Vox?
–Bueno, estoy a su disposición por si me necesitan para algo.
–¿Y entiende el seguidismo de la dirección de Vox con las políticas de Trump? ¿Cree que eso le da al partido algún rédito electoral?
–Yo he aprendido a no hacer seguidismo de nadie, porque incluso las figuras que más admiración te puedan suscitar tienen partes que no te van a gustar, porque todos somos falibles. Eso me pasa con Trump. Mire, a mí me parece que Trump tiene cosas interesantes, cosas que me gustaría ver en España, como por ejemplo el Departamento de Eficiencia Gubernativa. Eso de que ese organismo tenga fecha de caducidad, porque en julio de 2026 dejará de existir y lo que no dé tiempo a hacerlo ya no se hará, me parece una idea brillante. También me parece muy interesante toda su lucha contra el mundo woke, que además ha hecho mucho daño especialmente a los más débiles. O me parece que tiene mucho sentido su política energética. Pero detrás de todo eso hay cosas que efectivamemnte son muy difíciles de explicar. Por ejemplo, ahí están los aranceles a Europa. A lo mejor son medidas que a medio plazo se demuestran que son acertadas porque igual en 2028 todo se ha negociado, al final todos bajamos nuestros aranceles y se fomenta el libre comercio generando riquezas en ambos lados, algo de lo que soy partidario. Pero a corto plazo es muy difícil de explicarlo, porque estas posiciones de ahora tan confusas, con porcentajes que suben y bajan, generan una tremenda incertidumbre y turbulencias en el mercado. Y eso lo que hace es destruir puestos de trabajo y riqueza de verdad porque se deja de invertir, de ampliar, de emplear, de producir, de exportar, por ejemplo en el campo español. Con Trumpo hay que subrayar lo que hace bien y hay que alejarse de lo que hace mal.
“Andalucía está algo mejor pero no es un ejemplo de revolución para el resto de España”
–Ese seguidismo de Vox con Trumpo, sobre todo en lo referente a la invasión de Ucrania, forzó hace tres meses a la baja como afiliado de Agustín Rosety, general de brigada de Infantería de Marina y ex diputado nacional por Cádiz. ¿Cómo lo valora?
–Agustín Rosety ha sido un activo importantísimo para Vox, ha supuesto para el partido una figura de muchísimo prestigio. La suya ha sido una baja sensible muy triste que yo lamento, como ha habido otras también en muchas provincias.
–¿Cómo ve la situación actual de Andalucía?
–Mi sensación es que Andalucía está un poco mejor pero no ha sido un cambio estructural muy llamativo. Después de 40 años de gobiernos socialistas, no creo que Andalucía sea hoy un ejemplo de revolución para el resto de España. No se ha dado ni una de las muchas batallas culturales que se podrían haber dado y se recurre al aburrido argumento de la gestión. Puede que haya mejorado la gestión, no digo que no, pero no he visto un cambio en el modelo educativo, no he visto un lanzamiento en el modelo sanitario, no he visto una apuesta por lo recursos hídricos... Me parece un Gobierno que no es capaz de aguantar la más mínima presión por parte de la izquierda.
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