La batalla de la cesta de la compra se libra puerta a puerta
De los huevos al turrón, pasando por el pescado y la carne, la inflación alimentaria aprieta con fuerza las economías domésticas en esta época de fiestas y reuniones familiares
Cuenta la leyenda que no hace tanto unas pocas monedas bastaban para cocinar una tortilla del grosor de una almohada. Actualmente los huevos se han convertido casi en un producto de lujo, tanto, que algún bromista asegura haber visto en un museo de San Petersburgo huevos de corral expuestos junto a los Fabergé de los Romanov. Obviamente estamos ante una exageración, pero también lo es el precio que una docena de huevos alcanza en el mercado por diferentes factores. El café, el cacao o las almendras son algunos de los productos que también están favoreciendo el encarecimiento de una cesta de la compra que provoca pesadillas antes de Navidad a los consumidores.
La tradición de llenar primero la despensa y luego la panza con turrones, polvorones, pescados y carnes para las celebraciones navideñas amenazan no solo la salud cardiovascular sino la economía doméstica. Este año la cesta de la compra se ha encarecido de forma notable. No se trata solo de la percepción de cualquier pensionista que se lanza en valiente expedición por los estantes de los supermercados. Los datos oficiales y los estudios de consumidores coinciden: en 2025 varios productos de primera necesidad presentan aumentos de precio que, en algunos casos, superan el doble dígito respecto a hace un año y acumulan subidas significativas frente a temporadas previas.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) situó la tasa anual del Índice de Precios de Consumo (IPC) en torno al 3,0 % en noviembre de 2025. Dentro de esa cifra, el capítulo de alimentos y bebidas no alcohólicas explica gran parte de la presión inflacionista. En los comunicados del INE de los últimos meses se constata que productos como la leche, el queso, los huevos y la carne han sido determinantes en la evolución reciente del IPC.
En comparativas concretas entre enero y noviembre de 2025 los huevos, el café, la carne de vacuno y el chocolate figuran entre los productos alimenticios que más se han encarecido en España. En términos acumulados, los huevos han llegado a registrar subidas del orden del 30% (periodo enero-noviembre 2025 frente al mismo periodo anterior), mientras que el chocolate y el cacao han subido en torno al 12–13% en ese mismo horizonte temporal.
El caso de los huevos, con el que empezábamos este artículo, es paradigmático: su precio al consumidor ha escalado con fuerza en este último año. Las causas combinan factores puntuales y estructurales. La propagación de la gripe aviar (y las medidas sanitarias asociadas), las restricciones a sistemas de cría al aire libre y la reconversión hacia sistemas de mayor bienestar animal —más caros para el productor— han reducido la oferta y elevado costes, presionando el precio final. Medios y análisis sectoriales señalan que la situación, lejos de ser temporalmente nimia, ha colocado a España entre los países con precios más altos de la Unión Europea en 2025.
En términos prácticos: encadenar una docena de huevos que hace dos años costaba alrededor de 2 euros puede ahora suponer pagar precios sensiblemente superiores según formatos y supermercados; los muestreos periodísticos y de asociaciones de consumidores de 2025 han mostrado docenas en el entorno de 3,30 euros o más en ciertos establecimientos y formatos. (Las variaciones dependen de la categoría —camperos, XL, ecológicos— y del canal de compra).
Chocolate y cacao: materias volátiles
El cacao, materia prima esencial para tabletas de chocolate y bombones, ha vivido periodos de fuerte volatilidad en los mercados internacionales en estos últimos años. Aunque en los meses finales de 2025 su cotización mostró episodios de corrección, el ciclo comprendido en estos dos últimos ejercicios estuvo marcado por subidas que trasladaron costes a fabricantes y distribuidores. El resultado para el consumidor ha sido un aumento sostenido del precio de los productos de chocolate, que en 2025 figura entre los alimentos con mayores alzas interanuales.
Esa subida del chocolate se traslada además a los productos navideños que emplean cacao o derivados —bombones, tabletas— y, junto con el encarecimiento de otros ingredientes y del transporte, explica parte del alza general de los dulces de Navidad. Desde Facua se insiste en que se ponga especial cuidado a la hora de comprar turrones y chocolates y que se opte por las alternativas más económicas, incluso por las conocidas como marcas blancas. De hecho, los supermercados más populares dejan esta responsabilidad en fabricantes de toda la vida. Así Mercadona (Hacendado) confía para sus turrones en Antiu Xixona (Sanchís Mira) y otras empresas de Jijona, y para sus polvorones y mazapanes en la empresa La Muralla de Estepa; Los turrones de Lidl los hace Almendra y Miel (El Lobo, 1880); Carrefour confía en algunas marcas de calidad, entre ellas Delaviuda, Torrens Vicens y en Dillepasa (empresa catalana) para sus panettones; Alcampo, en Delaviuda; Dia, en El Lobo, 1880 y Dulces Noel; los turrones de El Corte Inglés los hacen El Lobo y 1880.
La materia prima que encarece la tradición
El turrón es uno de los símbolos gastronómicos de estas fechas y su encarecimiento ha llamado la atención pública. Dos elementos predominan en la explicación: el precio de la almendra —ingrediente principal, especialmente en los turrones duros y blandos de calidad— y los costes del resto de ingredientes y la energía.
Los análisis agrícolas y económicos indican que la almendra se ha encarecido de forma muy acusada en las últimas campañas. Un informe que repasa la relación coste-producto muestra incrementos importantes en la cotización media de la almendra en las temporadas recientes —por tramos, subidas del orden del 40% en un año y aumentos aún mayores si se compara con años anteriores–; otras instituciones hablan de subidas acumuladas relevantes (incluso del 89 % en dos campañas en determinados subsegmentos). Esas oscilaciones se explican por menores cosechas en algunos orígenes, desajustes entre oferta y demanda, y la creciente demanda para usos alimentarios y para la industria.
El efecto práctico es claro: en los muestreos industriales y de supermercados 2025 se observa que el precio medio del turrón ha subido en torno a una cifra de dos dígitos respecto al año anterior, con algunos productos concretos que han aumentado más (según cadena y gama). Facua y otros controles de precios han registrado incrementos medios de los dulces navideños en el entorno del 15% en el último año, con picos puntuales superiores.
Los polvorones y mantecados, elaborados con harinas, grasas y frutos secos, reflejan las mismas presiones de cadena: subida de materias primas, alza de la energía y, en algunos casos, problemas logísticos o de oferta de ingredientes (mantecas, azúcar, harinas, almendra). Los estudios comparativos realizados por asociaciones de consumidores para la campaña 2025 muestran subidas generalizadas —no uniformes— entre las distintas cadenas de distribución: hay lotes y marcas que se han encarecido más y otros que se han mantenido con precios promocionales, pero la tendencia media es de incremento.
Pescado y mariscos, mucho más caros
El capítulo de pescados y mariscos también aporta una presión añadida a la cesta navideña. Las limitaciones de capturas en ciertas pesquerías, las vedas, y los costes de combustible y logística incrementan el precio en origen y en los mayoristas. Mercabarna, plataforma referencial de abastecimiento, ha previsto incrementos en la distribución de alimentos frescos para la campaña navideña —con rangos previstos entre el 2% y el 8% en 2025 según segmentos y productos—: la subida no es homogénea, pero sí lo suficiente para que, en pescado fresco y mariscos selectos, el consumidor note la diferencia en la factura. Los expertos aseguran que es recomendable no esperar para comprar alimentos tradicionales, como mariscos o pescados, a los últimos días, y advierten que pueden aguantar perfectamente en el congelador durante un par de meses.
Algunas especies tradicionales en las mesas de Navidad (lubina, besugo...) registraron subidas superiores a la media en los muestreos comparativos de cadenas y estudios de consumidores, lo que empuja la cuenta final cuando la compra es de productos frescos y de mayor calidad.
Carnes: presión en vacuno y moderación porcina
Los datos sectoriales y las estadísticas de precios muestran que la carne de vacuno ha sido una de las categorías con mayores incrementos en 2025 (subidas de dos dígitos en algunos tramos del año); en cambio, la crisis de exportación en porcino (ligada a brotes o restricciones en algunos mercados) ha resultado en una caída del precio mayorista del cerdo en determinados periodos que no se ha trasladado totalmente al consumidor final. En resumen: no todas las carnes suben igual, pero la sensación general en el mostrador de carnicería o en la sección de frescos es de subida en los cortes más demandados para celebraciones (redondo, chuletón, etc.).
¿Por qué sube todo?
Más allá de factores puntuales (gripe aviar, vedas pesqueras, malas cosechas locales), hay un conjunto de dinámicas que explican por qué los incrementos se han hecho visibles justo en la campaña navideña:
Las materias primas internacionales volátiles son claves en las subidas: el cacao y otras materias primas tienen precios internacionales que, cuando suben, presionan los costes industriales y minoristas;clima y cosechas: la almendra y otros frutos secos han sufrido variaciones productivas que retraen oferta y elevan cotizaciones.
Así pues, en esta Navidad 2025, la batalla por encontrar los mejores precios se libra puerta a puerta.
Los expertos aconsejan planificar las compras con antelación
¿Qué pueden hacer los consumidores para evitar pagar más? Los expertos aconsejan planificar la compra: elaborar una lista priorizando platos esenciales y evitar compras impulsivas. Los informes de consumidor recomiendan comparar precios entre cadenas y formatos (lotes, marcas blancas);aprovechar promociones con cautela: algunas ofertas son reales (volúmenes, formatos concretos) mientras que otras son tácticas de anclaje; comparar precios por kilo o por unidad es clave;sustituir productos caros por alternativas: elegir piezas de pescado congelado o de menor tamaño, preferir cortes de carne menos demandados y optar por preparaciones colectivas (platos para compartir) que optimicen coste/porción o comprar con antelación: para productos no perecederos (turrones, polvorones, bombones) conviene vigilar promociones y comparar lotes en distintas cadenas.
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