Hay ansiedad. Los encuentros sociales no son lo que eran. En cuanto se rasca un poco en la cáscara del qué tal y cómo te va, rápidamente surge una preocupación. Si los más frívolos salen con aquello  de ‘hay que ver con lo del paro’, los más metidos en la realidad van más allá de la frase más manida y se adentran en asuntos concretos, en la situación inesperada de tal o cual empresa.  

La presencia de Manuel Chaves levantó expectativas porque existe una necesidad de saber qué se cuenta en otros sitios, más buscando indicios del curso de los acontecimientos que certezas, ya que a estas alturas sabemos que las certezas son más volátiles, incluso, que los mercados.

La asistencia empresarial fue notable, con el máximo dirigente de los empresarios de la provincia a la cabeza, Miguel González Saucedo, presidente de la CECA. Con él, un listado extensísimo  de representantes de empresas de la provincia y de Andalucía se encontraban en el acto. Navantia, EADS Casa, Polanco, Zona Franca, Mercadona, Verinsur, Osborne, Real Tesoro, Cadigrafía, Montenmedio, Ediciones Mayi, entre otras muchas, además de colegios oficiales de abogados, procuradores, enfermería, veterinarios, ingenieros técnicos, la asociación de joyeros... A todos ellos les interesa lo mismo, que las cosas empiecen a funcionar, que el crédito empiece a fluir. Y esto lleva a las entidades financieras, sumergidas en sus propias inquietudes y que también se hallaban en el encuentro: Bankia, Unicaja, Cajasol, entre otras.

 El candidato Chaves, número uno al Congreso por el PSOE por la provincia de Cádiz y vicepresidente del Gobierno de Política Territorial, además de presidente de la Comisión Nacional para la Conmemoración del Bicentenario, tenía que desgranar líneas maestras sobre cuál es la tarea de futuro que había que realizar en la zona, una de las más deprimidas de Andalucía y, en el fondo, impregnar al auditorio de algo de optimismo, que es lo que tienen que dar los políticos. Un político no puede llevar el mensaje que corre en los mentideros de que de ésta no vamos a salir. Chaves cumplió y dijo que de ésta vamos a salir. Sus palabras tendrían un efecto balsámico para unos, placebo para otros o inocuo. Pero su objetivo era modificar estados de ánimo.

En eso estaban numerosos dirigentes socialistas, que escucharon la ponencia de Chaves con atención. Fue el caso de todos los delegados provinciales de todas las áreas y alcaldes y ex alcaldes de la provincia, todavía conmocionados por la derrota del pasado mes de mayo, como Arsenio Cordero, exalcalde de Alcalá de los Gazules, el pequeño pueblo donde nació parte del socialismo andaluz, que perdió la alcaldía por once votos tras un pacto entre el PP e Izquierda Unida.

Entre esa parte ya oscurecida del partido también se encontraban viejos amigos de Chaves, de sus tiempos de juventud, como el ex consejero Luis Pizarro o el ex concejal de Cádiz y ex diputado Rafael Román, del mismo modo que no faltaron a la cita sus compañeros en la lista al Congreso: la dos, Mamen Sánchez; el tres, Francisco González Cabaña; y el cuatro, Salvador de la Encina.

Francisco Menacho, que ejercía de anfitrión, como consejero de Gobernación y presidente del   Consorcio del Bicentenario, patrocinador del encuentro, y su director gerente, Emilio Aragón, se fundían con otros elementos estratégicos en ese futuro que quiso diseñar Manuel Chaves, como es  la Universidad de Cádiz, cuyo rector, Eduardo González Mazo, no  podía faltar a la cita.