El presidente del ICO releva a Gómez Jaén al frente de Navantia

El donostiarra deja la compañía con una amplia cartera de pedidos en la Bahía pero también con la incertidumbre por el despido de contratas y la falta de nuevas obras

Fachada de las bodegas compradas por Nueva Rumasa.
Fachada de las bodegas compradas por Nueva Rumasa.
Beatriz Revilla / Cádiz

24 de julio 2009 - 05:01

Cambio de aires en Navantia. Después de cinco años duros y complejos, Juan Pedro Gómez Jaén abandonará la próxima semana la presidencia de la compañía pública naval y será sustituido por Aurelio Martínez, hasta ahora responsable del Instituto de Crédito Oficial. El relevo se produce sólo tres meses después de la llegada de Elena Salgado al Ministerio de Economía, al que pertenecen ambas sociedades estatales, y el procedimiento será el siguiente: el Consejo de Ministros aprobará mañana el cambio en el ICO; posteriormente, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) acordará el nombramiento de Martínez y Navantia lo ratificará probablemente el próximo miércoles.

La salida de Gómez Jaén llega en una fase de transición en los astilleros de la Bahía. Las factorías de Puerto Real, San Fernando y Cádiz atraviesan un momento dulce de actividad gracias a las sucesivas contrataciones que se hicieron entre 2005 y 2006 coincidiendo con el nacimiento de Navantia. Atrás quedaba un año de profunda crisis en el sector naval por la sanción de más de 1.200 millones de euros que la UE impuso al Gobierno español por el desvío ilegal de ayudas públicas desde Bazán (militar) hacia Izar (civil). El ingeniero donostiarra fue el encargado de capitanear este proceso de reconversión del que surgió Navantia, fruto de la fusión de las compañías anteriores y con una red de seis factorías (las tres gaditanas, Ferrol y Fene y Cartagena) y tras las privatizaciones de Sevilla, Gijón y Sestao.

Tras esta ardua y conflictiva gestación, Navantia volvió a operar pero la UE le impuso una condición: hasta 2014 sólo podrá tener un 20% de facturación civil. Con este lastre, la compañía emprendió una carrera internacional para recuperar la exportación de buques militares y, con ello, poder aumentar la actividad civil.

En la actualidad, el valor de la cartera de pedidos en vigor en la Bahía asciende a 1.489 millones de euros y los clientes son tres: la Armada española, la venezolana de Hugo Chávez y la empresa Acciona. Una cifra "récord" que proporciona una "ocupación plena", según reiteró Gómez Jaén en una reciente entrevista concedida a Diario de Cádiz. En ella, mostró su convicción de que los astilleros "van a conseguir nuevos contratos y seguirán estando entre los mejores del mundo". Las negociaciones en la actualidad se centran en Noruega, que podría adquirir un paquete de lanchas de desembarco y un Buque de Aprovisionamiento en Combate (BAC) como los que se han construido para la Armada española. Además, la compañía mantiene negociaciones con los gobiernos de Australia, India y Sudáfrica, y aunque las expectativas son muchas, la realidad, que ya genera inquietud, es que los astilleros gaditanos no ha cerrado ningún contrato desde 2006.

Esta falta de nuevos pedidos y la finalización de construcciones importantes, como los ferrys para Acciona Trasmediterránea o el BAC -cuya entrega podría ser el primer acto oficial del nuevo presidente- provocarán una progresiva reducción de las subcontratas y el consiguiente despido de operarios. La llegada de Aurelio Martínez, netamente economista y de perfil más mediático y abierto que Gómez Jaén, será un giro clave para el futuro de Navantia.

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