Mientras escribo estas líneas, sobre el asfalto de la curva situada en el kilómetro 623 de la Nacional IV aún perduran las marcas de las tareas de limpieza que tuvo que efectuar la Guardia Civil a consecuencia del accidente mortal del pasado 23 de febrero, en el que perdió la vida una asturiana de 38 años y en el que se vieron implicados otros dos vehículos.

Lamentablemente, incidentes como éste se suceden con cierta frecuencia en esta vía, especialmente en el tramo comprendido entre el aeropuerto y la localidad sevillana de El Cuervo -de los kilómetros 628 al 616-, donde se han registrado una gran cantidad de accidentes que han provocado la muerte de 19 personas desde 2002, cuando un hombre de 38 años volcó su turismo en el kilómetro 622 de la citada carretera.

La siniestralidad ha acompañado a esta nacional desde hace ya bastantes años, y a pesar de que se ha trabajado en rebajar el número de accidentes, los siniestros se siguen produciendo. La primera actuación fue el desdoble de la N-IV a su paso por Jerez, una obra más que necesaria en vista de las enormes colas que se formaban en esta vía en las épocas de mayores desplazamientos, como los meses de verano o los puentes festivos.

El cambio de titularidad de la antigua circunvalación, ya convertida en la Ronda Oeste, concluyó a principios de 2007 tras varias paralizaciones del proyecto, que propiciaron que el presupuesto inicial de 36 millones de euros se viera ampliado hasta los 54 millones.

Más cercana en el tiempo ha sido la restauración del alto de Montegil, cuyo trazado se ha visto recientemente modificado, pues se ha rectificado el trazado de seis curvas e introducida una variante en el trazado, eliminando así tres curvas de escaso radio. Además se prolongó un kilómetro el carril de vehículos lentos ya existente.

Aunque a pesar de estas mejoras, los accidentes se siguen produciendo, muchos de ellos, por imprudencias al volante que han acabado pagándose muy caras.

Echando la vista atrás y retrotrayéndonos a 2002, el primer fallecido de la serie de diez años fue un hombre de 38 años, conductor de un Volkswagen Golf, que acabó volcado en el kilómetro 622.

Hay que trasladarse unos meses en el tiempo para presenciar el siguiente accidente, ocurrido el 14 de junio de 2003, cuando un matrimonio a bordo de un Ford Mondeo se empotró contra los bajos de un camión, suceso del que no se salvó ninguno de los dos integrantes de la pareja.

Ese mismo año, pero en el mes de octubre, el fatídico kilómetro 621 fue testigo de la muerte de un conductor que colisionó de forma frontolateral con un camión, falleciendo en el acto en el carril de vehículos lentos del antiguo trazado del alto de Montegil.

Hay que dar un salto de tres años para encontrar el próximo accidente, producido en enero de 2006, cuando un transportista de 50 años de edad perdió la vida al chocar contra un camión en el kilómetro 616,5 de esta vía, quedándose atrapado en la cabina de la furgoneta que conducía. Tan sólo dos meses después fue otro varón el que pereció en el kilómetro 620, en el antiguo alto de Montegil -recientemente remodelado- en una triple colisión que sumó la víctima número 6 de tan siniestra recopilación.

No hay que cambiar de año para encontrar el siguiente integrante de esta lista, pues en julio de 2006, en el kilómetro 622,8, falleció un hombre de 44 años al estrellarse contra un camión, también en el alto de Montegil. Para acabar este negro año, en noviembre, en el 620 de la N-IV, un hombre de 70 años murió en un nuevo accidente.

Dos meses después, ya en enero de 2007, la lluvia fue protagonista en un suceso en el que el fallecido -un hombre de 66 años- iba de acompañante en un vehículo que invadió el carril contrario y que fue arrollado por un camión. Antes de terminar el año, en septiembre, dos camioneros perdieron la vida al chocar frontalmente entre los kilómetros 622 y 621.

En 2008 hubo un sólo accidente, en abril, cuando los integrantes de un todoterreno y un trailer perecieron tras un choque sobre el puente que pasa encima de las vías del tren, en el kilómetro 618,7 de la Nacional IV. El siguiente año registró el mismo número de víctimas -una-, concretamente en septiembre, cuando un joven de 27 años a los mandos de un descapotable se dejó la vida en el kilómetro 623 al chocar con un camión que venía en sentido contrario.

En 2010 hubo dos fallecimientos, uno en septiembre, cuando un motorista impactó frontalmente contra un turismo, y el otro en noviembre, cuando un jerezano de 60 años falleció en el kilómetro 625,7 al impactar contra un trailer.

Ya el año pasado, en apenas una semana fallecieron dos personas, el 6 y el 13 de junio. El primer accidente se cobró la vida de un joven onubense en el kilómetro 623,6, y el segundo la de un motorista de 27 años que pereció en el 622,5 de la N-IV. La última víctima, la del pasado 23 de febrero, era una asturiana de 38 años que residía en Rota y que se vio involucrada en una triple colisión en el kilómetro 624,8, en la curva que precede la llegada al remodelado algo de Montegil.

Este siniestro balance, sin embargo, no basta para que el tramo que discurre entre los kilómetros 628 y 616 -desde el aeropuerto hasta El Cuervo- haya sido catalogado por la Dirección General de Tráfico como Tramo de Concentración de Accidentes antiguos puntos negros-, algo verdaderamente incomprensible en vista de las estadísticas.