El número de nacimientos ha descendido drásticamente en la provincia en los últimos diez años, con la gran crisis económica entre medias. De este modo, en 2015, según el Instituto Nacional de Estadística, nacieron en la provincia 11.806 niños, frente a los 14.489 que nacieron en 2005. Mientras, crecieron las defunciones, lo que se debe al paulatino envejecimiento de la población. Y así, si en 2005 hubo 9.223 defunciones, en 2015 pasaron a 10.116. Al tiempo, en este periodo, se ha pasado de una esperanza de vida para cada uno de esos niños que nacieron en estos años de los 76,9 para los hombres y 82,7 a los actuales 78,5 para los hombres y 83,9 para las mujeres.

Son baremos que están por debajo de la media española, que oscila entre los 81 y 86 años respectivamente.

De este modo se estrecha el margen del crecimiento natural, es decir, la diferencia entre nacimientos y fallecimientos, que por primera vez en España ha alcanzado el crecimiento negativo, pero la tendencia es que la provincia seguirá los mismos pasos próximamente. Estamos ya por debajo del índice dos (dos nacimientos más que fallecimientos por cada mil habitantes), cuando hace diez años nos encontrábamos en el 5,4. De momento, siendo este uno de los principales factores demográficos, ya somos menos que hace un año. En la provincia habitan 1.248.315 almas, 269 menos que hace doce meses.

Con estos indicadores se produce un ligero movimiento en la pirámide de población que se puede resumir, a datos de enero de 2016, observando el número de habitantes en la provincia en distintos segmentos de edad con respecto a la misma fecha de 2006. Hay 758 niños y niñas menos de tres años, 2.327 adolescentes menos de 18 años, 1.459 hombres y mujeres más de 40 años, 1.684 personas más que entran en la edad de jubilación, es decir, de 65 años, y también se incrementa el número de ancianos con una edad avanzada. Si en 2006 en la provincia residían 886 personas con 90 años, en la actualidad están censadas con esta edad, es decir, nacidas en 1926, un total de 1.564 de las 108.000 que viven en España. Hace diez años en España había 62.000.

Incluso nos podemos ir más allá. En Cádiz se ha alcanzado una cifra record en enero de 2016 de habitantes centenarios. En la actualidad viven en Cádiz 231 ancianos con más de cien años, cuando hace diez años sólo eran 73. Jamás se había alcanzado una cantidad tan elevada.

Y es que en 1996 un hombre que cumplia 65 años en la provincia tenía de esperanza de vida doce años más y la mujer quince. En la actualidad, el varón que alcance la edad de jubilación tendrá que vivir de media 17 años más y la mujer casi 21 años más.

Todos estos datos nos hablan de un progresivo envejecimiento de la población que ya va más allá de la consideración demográfica para instalarse definitivamente en el debate político. Es decir, ¿cómo menos personas jóvenes van a sostener a más personas mayores? Esta es una pregunta que se realiza después de haber pasado un periodo en el que las pensiones de los mayores han tenido que ayudar a sostener a cenetenares de miles de españoles jóvenes a los que la crisis económica dejó sin recursos económicos.

Un reciente estudio del Instituto de Estadística y Cartografía de la Junta demostraba cómo todos los indicadores dinámicos demográficos de la provincia nos precipitaban a esta situación de inversión de la pirámide.

La tasa bruta de natalidad, que se calcula por una operación matemática para lograr un indicador, da un índice en Cádiz de 9,5. En 1989 era 14,2. Son casi cinco puntos de caída, cuando en ese mismo periodo este indicador nacional sólo ha caído un 1,5.

El indicador coyuntural de fecundidad, es decir, el número de hijos por mujer, está en 1,3. Hasta la década de los 90 Cádiz siempre fue la provincia española peninsular que tenía el índice más alto. Ahora está por debajo de la media andaluza. Hace 30 años las gaditanas tenían, de media, a su primer hijo a los 25 años y ahora el primer bebé llega rozando los 30, a los 29 años con seis meses.

La tasa de nupcialidad se ha desplomado. En 1976 la provincia era el lugar de España donde más bodas había con un índice de 7,8; ahora estamos por debajo de la media nacional con un índice de 3,3. Al año se casan 2.500 parejas menos que hace 30 años . Si en 1989 hubo 5.700 bodas por la iglesia, en 2014 no llegaron a las 2.000, si bien suben las civiles, que en 1989 fueron 959 y en 2014 fueron 2.400 parejas. Antes las gaditanas se casaban a los 23 y los gaditanos a los 26 y ahora lo hacen a los 31 y a los 32.