Cien por cien del precio de compra venta más gastos, plazo de 40 años, 0% de apertura, 0% de gastos de estudio, carencia de hasta 24 meses, compensación de desestimiento del 0,5%... Ni por ésas. Esta oferta de un banco para deshacerse de sus viviendas no acaba de calar en el mercado. El pasado mes de abril, último dato aportado por el INE, se firmaron en la provincia 583 operaciones hipotecarias por un valor de 58 millones de euros y con un importe medio de 99.286 euros. Es un índice mínimo en años. Hace doce meses se firmaron en la provincia 804 operaciones, en 2012 fueron 803 y en 2011 se superaron las 1.500. Aquel mes de abril el mercado hipotecario puso en la provincia 137 millones de euros en la calle, 79 millones más que el último abril. Y 79 millones más o menos en un mes en la calle se notan en la actividad económica de una provincia.

Estos datos dejan claro que el mercado no sólo no consigue recuperarse sino que sigue sin encontrar su suelo, pese a que el precio del metro cuadrado se ha desplomado, principalmente debido al efecto de la entrada de los bancos en el sector con todo su stock de viviendas.

Casi todos los bancos tienen a sus divisiones inmobiliarias trabajando a toda pastilla. El banco con una mayor cartera de viviendas en la provincia es el Santander, cuya inmobiliaria, Altamira, oferta un total de 250 viviendas en los distintos portales. Compiten con Aliseda, del Banco Popular; Solvia, del banco Sabadell; Servihabitat, de La Caixa; o Unicaja, que opera con el mismo nombe comercial que el banco. Entre todas ellas tienen en el mercado de la provincia otras 250 viviendas entre distintas promociones, algunas de ellas sin estrenar. Además, se suman empresas intermediarias que se hacen cargo de viviendas y promociones embargadas por los bancos. Es el caso de Magnum & Partners, que lleva la gestión comercial de uno de los grandes fracasos inmobiliarios de la Bahía, las torres de La Casería.

Esta situación está afectando a las escasas inmobiliarias que se mantienen en la provincia y que han tenido que seguir la estela del comportamiento de mercado de los bancos pero sin lograr los beneficios hipotecarios que ofertan sus divisiones inmobiliarias.