El hombre que prendió fuego a un pub de Rota acepta cuatro años de cárcel
El condenado ha pagado ya 4.000 de los 6.820 euros que debía abonar al dueño del establecimiento por los daños sufridos
La Audiencia Provincial de Cádiz juzgó ayer a un hombre acusado de prender fuego a un pub de Rota en 2011 como venganza por haber sido expulsado del local por molestar a la clientela. El procesado reconoció la autoría de los hechos y aceptó la pena de cuatro años de prisión.
El ahora condenado evitó el juicio dado que la partes personadas en el procedimiento llegaron a una conformidad. Así, el fiscal, que solicitaba una pena de prisión de 12 años para el acusado por un delito de incendio, rebajó su petición hasta los cuatro años. El Ministerio Público expuso que en esta causa concurrían tanto las dilaciones indebidas (los hechos enjuiciados ocurrieron hace más de cinco años) como la reparación del daño, puesto que el procesado ya había pagado al dueño del bar 4.000 de los 6.820 euros impuestos como indemnización por los daños sufridos en el establecimiento.
Por su parte, defensa y acusación particular se adhirieron a esta propuesta. Entonces, el tribunal de la Sección Primera dictaminó la pena de cuatro años de cárcel para el autor del incendio, la prohibición de aproximarse a la discoteca a menos de 200 metros así como el pago restante de la indemnización al propietario del local.
En la propia Sala, el abogado defensor manifestó que solicitaría el indulto parcial de su cliente (contando incluso con el apoyo de la acusación particular), de manera que los cuatros años de cárcel fallados por el tribunal podrían quedarse sólo en dos, eludiendo el condenado la entrada en prisión si el juez lo estimase.
Los hechos que han dado lugar a este caso ocurrieron el día 2 de enero de 2011 en Rota, cuando un hombre se encontraba en el establecimiento Black Cat molestando a otros clientes, pues estaba bajo la influencia de bebidas alcohólicas "sin que las mismas llegaran a mermar sus capacidades volitivas o intelectuales", expone el fiscal en sus conclusiones.
El dueño del bar le llamó la atención en varias ocasiones para que cesara en su comportamiento. Finalmente, fue expulsado por los agentes de seguridad del pub.
En venganza por su expulsión, el condenado prendió fuego a la parte eléctrica del bar y al aire acondicionado situados en la parte superior de la única puerta de entrada y salida. Para causar el incendio el hombre usó una garrafa de cinco litros de combustible, provocando daños tanto en la carpa exterior como en el interior del club. El suceso -apunta el fiscal- "comportó peligro para la vida e integridad física de las personas que allí se encontraban".
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