Provincia de Cádiz

De empresario modelo a imputado

  • El PP lo puso como ejemplo de emprendedor por Quality Food hasta que su pequeño imperio se vino abajo

La vida empresarial de Manuel García Gallardo, el consejero delegado de Brassica, es una auténtica rueda. Hace diez años fue presentado como un modelo de empresario y de emprendedor gaditano por los dirigentes del Partido Popular cuando se puso la primera piedra de la nueva fábrica de Quality Food, pero poco después pasó a frecuentar los juzgados por las querellas que le ponían desde instituciones presididas por el mismo PP.

Mientras que su primer intento de imperio de comidas precocinadas se venía abajo, el empresario isleño se retiraba de los focos mediáticos y trataba de renacer desde las cenizas con otra compañía, Brassica Group, con la que empezó a conseguir contratos con todas las administraciones, ya que trabajó para colegios públicos de la Junta y para el Ministerio de Defensa, anteriormente administrado por el PSOE y ahora por el PP. A García Gallardo se le ha juzgado como empresario, por su afinidad política e incluso por su vida privada. Después de varios años en los que sus apariciones en los medios se ciñen al todavía abierto caso Quality Food, ahora la falta de pago a sus empleados y la ausencia de servicio en muchos comedores escolares de centros andaluces le ha devuelto a la primera plana.

Licenciado en Ciencias Empresariales en la Universidad de Cádiz en 1997, a García Gallardo le atrajo la política y llegó a ser presidente de Nuevas Generaciones del Partido Popular en San Fernando. Este periodista lo vio incluso una noche de elecciones municipales en la sede del Partido Popular en Cánovas del Castillo en 2003. Eran tiempos de amor con la gaviota. Era el momento en el que aparecía como empresario modelo y donde sus empresas recibían ayudas públicas hasta que se torció el tema.

En el mismo año 2003 la Zona Franca, que estaba dirigida por Miguel Osuna bajo el mandato del PP, se hizo con el 51% de las acciones en un acuerdo sorprendente. La empresa que tenía una imagen impoluta pasa a verse como un problema, con falta de fondos, de clientes y con un caballo de batalla, el precio de las acciones.

Ya con el PSOE en la Zona Franca, José de Mier presentó hasta 11 querellas contra García Gallardo, algunas por fraude, pero una de ellas se vuelve en contra del Consorcio porque estipula que ZF tiene que pagarle 13 millones de euros porque la valoración de las acciones se hizo muy por debajo de su precio real. Esta sentencia no se ha ejecutado porque está recurrida.

García Gallardo pasó a convertirse en la diana del PP en un segundo. El argumento para el ataque era su vida personal, su matrimonio con una persona que ha ocupado varios cargos públicos con el PSOE, Silvia López. Esto y la obtención de contratos de la Junta para colegios fueron ya motivo de situarlo enla esfera del bando contrario. Algo así como pasar el 'muerto' a la acera de enfrente. Lo curioso del caso es que uno no sabe si realmente eso le favorece o le perjudica y más en un partido, el de su mujer, acostumbrado a los navajazos entre las familias y las distintas facciones.

Ahora hasta los propios padres de los niños afectados señalan a García Gallardo y todos se acuerdan de Quality Food, que no saben muy bien que es lo que pasó, pero les suena a irregularidad. Ahora la rueda de nuevo le ha puesto abajo.

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