El Juzgado de lo Penal número 5 de Cádiz ha condenado a tres años de cárcel a un vecino de Barbate que golpeó en la cabeza a un sargento de la Guardia Civil con una pulsera telemática que portaba en el momentos de los hechos. La Asociación Profesional Justicia para la Guardia Civil, JUCIL, ha expresado públicamente su satisfacción por esta reciente sentencia. “Se trata, sin duda, de un fallo judicial con carácter pedagógico que tiene en cuenta el principio de autoridad, tan puesto en duda en ocasiones”, destaca el secretario provincial de JUCIL en Cádiz, Rafael Sánchez.

Así, J.J.L.D., de 28 años de edad, ha sido condenado a dos de años de cárcel como autor de un delito de atentado contra un agente de la autoridad y a un año más por resistencia a la autoridad.

La sentencia recoge como hechos probados que el agresor actuó con la intención de menoscabar tanto la integridad física de la víctima, un sargento de la Guardia Civil del acuartelamiento de la localidad de Barbate, “como el principio de autoridad encarnado por el sargento”, precisa la resolución judicial dictada por la magistrada María Esther Burgos Ruiz.

El condenado, en prisión provisional desde que sucedieron los hechos a finales de diciembre pasado, había acudido al acuartelamiento por una citación relacionada con sus condenas anteriores, una de ellas también por atentado. Iba acompañado de un hermano menor edad, quien, según el relato de los hechos, perdió los nervios y empezó a gritar, razón por la que se acercó el sargento para pedirle que cesara en su comportamiento.

Sin embargo, el menor no depuso su actitud al tiempo que amenazó a otros agentes, por lo que el sargento le volvió a requerir para que se identificase. El chico no sólo se negó, sino que incrementó su estado de excitación y violencia, acercándose cada vez más al sargento, lo que motivó que el mando intentase reducirlo.

En ese momento, J.J.L.D. aprovechó que el sargento estaba desprevenido y, con laintención de menoscabar su integridad física, utilizó una pulsera telemática que llevaba en la mano para golpearle en el cráneo sorpresivamente y por detrás, ocasionándole una herida inciso contusa de cuatro centímetros de longitud que requirió para su curación de seis grapas de sutura y diez días”, narra la sentencia como hechos probados.

"Las agresiones no pueden ser gratuitas"

JUCIL, una asociación profesional que defiende los intereses laborales y sociales de los guardias civiles y lucha por su equiparación salarial con otros cuerpos policiales, ha expresado su satisfacción por esta reciente resolución. 

“Sentencias como la de Cádiz fundamentan la razón jurídica de la autoridad y defienden al agente como su representante. La agresión a un representante de la ley no puede resultar gratuita para su autor, porque eso menoscaba el principio de autoridad y resta capacidad a los agentes de la ley”, argumenta Rafael Sánchez.