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En burro a Santiago para concienciar sobre la desaparición de la raza asnal andaluza

  • Una propuesta surgida en Alcalá de los Gazules pone hoy rumbo a Galicia con seis rucios de toda Andalucía

  • El objetivo es comunicar las peculiaridades de unos animales en peligro de extinción

Antonio Coca y Juan Pedro Romero, junto a varios de sus animales.

Antonio Coca y Juan Pedro Romero, junto a varios de sus animales. / Manuel Aragón Pina

Aguileña, Cuquillo, Mora, Chabela, Ventero y Bella. Son los nombres de los seis burros andaluces que inician mañana en Ponferrada diez etapas del Camino de Santiago para concienciar de la problemática y peculiaridades del burro andaluz. Una raza, comenta Antonio Coca, profesor de Primaria y secretario de la asociación Asnopra, que se caracteriza por “la nobleza y el tamaño, el carácter, el pelo, la resistencia “. Nacido en Alcalá de los Gazules, no puede disimular que se trata de uno de sus “animales favoritos desde la infancia”. Siendo, además, un animal que ha estado siempre relacionado con el trabajo del corcho. Ocurre que, “aunque aún hay animales que siguen trabajando (nuestro semental, por ejemplo, se lo compramos a un arriero en Cazalla), cada vez son menos los que se emplean, a favor del mulo”. En la misma Alcalá, puede haber apenas una decena de burros tradicionales:“No sólo por moda –prosigue Antonio–, sino porque no quedan. Así que, al ver que estaban quedando desplazados, siempre he tenido claro que había que equilibrar la balanza y, sobre todo, visualizar al mundo entero que sigue siendo un animal súper funcional y está olvidado, cuando puedes utilizarlo para desplazarte en rutas, en ferias, en romerías... Además, tiene un temperamento buenísimo:para conseguir montar un caballo te hacen falta varios meses, y con los burros lo consigues en días”.

El burro andaluz es una de las razas de equinos más antiguas de la Península:“La selección lo ha convertido en un animal de trabajo y carga excepcional, ha sido el animal del pobre y sobrevivían los más resistentes, siendo capaz de asumir trabajos que otros no resistían”. En los últimos tiempos, la mecanización y el uso del mulo han jugado fuertemente en su contra. La década que marcó el declive para la especie fue la de los 90-2000, un periodo en el que los mataderos también hicieron, eufemísticamente, “mucho uso”.

Se calcula que el burro andaluz contará ahora mismo con unos 645 ejemplares –indica Juan Pedro Romero, también alcalaíno, profesor e historiador–. Presenta un grado de consanguinidad muy alto, por lo que como no se tomen cartas en el asunto, pronto podríamos estar en un cuello de botella genético”.

Así, concienciar sobre la posible desaparición del animal y luchar por la recuperación de la raza asnal andaluza es el principal objetivo de la partida que, saliendo de Andalucía, se encontrará mañana en Ponferrada, en un recorrido que contempla dar unas charlas en Sarria y en distintos albergues sobre el burro andaluz y sobre el Parque Natural de Los Alcornocales y el oficio de corchero.

Sólo existen unos 645 ejemplares, por lo que pronto podríamos estar ante un cuello de botella genético

La inspiración para unir los burros y el Camino de Santiago le llegó a Antonio Coca en un viaje al norte, a través de la imagen de un hombre mayor con su montura. Además de ser un recorrido que sus padres han hecho en varias ocasiones: “Empezamos a movernos para organizarlo este año y muchos amigos se lanzaron a acompañarnos”.

Al final, consiguieron sumar seis animales procedentes de Almería, Sevilla y Cádiz y 33 personas, incluyendo una pareja de veterinarios almerienses, que llevan también a su burro. Hoy, desde Alcalá de los Gazules, salen también con el remolque Pedro Romero y Antonio Coca junto a su burra, Aguileña. Todos se reúnen mañana, sábado, en Ponferrada, y el domingo comienzan a andar. El último día del trayecto será el 16 de agosto, que es cuando les han dado permiso para entrar en la Plaza del Obradoiro, a primera hora de la mañana –por el protocolo que existe respecto a la presencia de animales–.

Ir con burros al Camino de Santiago no supone una infraestructura dada, aunque ir sobre montura no es algo excepcional: “Hace poco salieron a caballo de Algeciras, por ejemplo –apunta Antonio Coca–. Nosotros hemos ido preguntando a vecinos de los pueblos, buscando granjas... porque además queríamos hacer un camino que no nos resultara muy costoso”.

En general, la reacción hacia la iniciativa ha sido, afirman, muy positiva:“En el momento en que se presentó la ruta en el Camino de Santiago hubo opciones de estancia, pienso, los responsables del Camino de Santiago y del Caballo Gallego ya nos han pedido credenciales y son muchas las empresas, en fin, que han colaborado para facilitar el viaje, porque son conscientes de la problemática que estamos viviendo con esta raza”.

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