Dentro del buque Galicia de la Armada: las últimas horas de despliegue del grupo Dédalo y una esperada llegada a casa
Diario de Cádiz pasa la noche a bordo del buque de mando del grupo de combate Dédalo, que regresa a la Base de Rota tras su despliegue en EEUU
Las condecoraciones a los infantes de marina que participaron en la misión de la DANA, en imágenes
Canelones, asado y una naranja. Este ha sido el menú de la última cena para los más de 700 hombres y mujeres que a bordo del buque Galicia han vuelto ya esta mañana a casa. Tras dos meses de despliegue como buque de mando del grupo de combate Dédalo, cruzando el océano Atlántico hasta los EEUU y luego de vuelta, el último ocaso tampoco falta a la tradición. En megafonía se escucha eso de 'Tú que dispones de viento y mar, haces la calma, la tempestad... ' para dar las buenas noches a la dotación a la que le faltan horas para ver de nuevo a sus familiares tras una "dura" misión, pero que ha sido una "gran oportunidad". Se han entrenado con marinas de más de 20 países, entre ellos la US NAvy y sus marines con el ejercicio que ha protagonizado esta misión, el UNITAS. Y han seguido poniéndose a punto con ejercicios propios, incluso realizando la calificación operativa del barco.
"Para nosotros ha sido una oportunidad única, porque el Segundo Batallón de Desembarco no tocaba la costa de EEUU desde 2015 y diez años después pudimos desembarcar", contaba el capitán Jorge Rodríguez Moreno, jefe de operaciones de este batallón de la Brigada de Infantería de Marina Tercio de Armada, que con alrededor de 350 infantes forman la fuerza de desembarco del grupo de combate y que lideraron la operación anfibia en Camp Lejune, en Carolina del Norte.
Así es la vida dentro de un buque de la Armada
Pero hasta el último día, aunque también hay tiempo para ver el partido del Betis en Europa y despedirse entre risas con los compañeros, hay cosas que hacer y Diario de Cádiz es testigo de esas horas que quedan de trabajo antes de llegar a la Base Naval de Rota, donde siguen las guardias, las operaciones de vuelo con los SH 60 Foxtrot y los preparativos de la llegada. Esta mañana de martes temprano había que desembarcar todos los vehículos y embarcaciones del TEAR, los helicópteros de la unidad aérea embarcada y había faena en el dique desde las seis de la mañana, que antes se tenía inundar para poder dar salida y navegar de vuelta hasta San Fernando, donde tiene base el Grupo naval de Playa y el TEAR.
La primera de las LCM de esta unidad sale de hecho a ritmo de una canción del artista gaditano 'El barrio'. Y es que el acento de Cádiz se escucha en muchas de las zonas del buque, con base en Rota, y con unidades adosadas que también tiene casa en la Bahía como los propios infantes, el Grupo Naval de Playa o los helicópteros de la Unidad Aérea Embarcada, que a las ocho y cuarto abandonan el Galicia. Poco antes ha sonado por megafonía "zafarrancho de vuelo" para preparar todo para esta última operación. Las aeronaves se despiden también desde el aire y lanzan bengalas dejando una imagen espectacular poco después de amanecer.
Manuel Vázquez Gil, subteniente del Estado Mayor, nos guía en esta visita por este pueblo flotante "donde cada uno cumple su función, "tiene claros su misión y su horario". Desde el puente de mando, pasando por el preparado hospital con un completo equipo sanitario; hasta la lavandería - con decenas de lavadoras diarias- y la cocina, tan importante en la vida de un buque, que en este despliegue ha cumplido record de 'habitantes' a bordo, con más de 700 personas. "Ha sido un gran reto humano, porque tantas personas a 4.000 millas de distancia y para nosotros es muy importante la habitabilidad y poder prestar todos los servicios que necesitan, además de tener al barco completamente operativo con todas sus capacidades", comentaba el comandante del buque, el capitán de navío Juan José Belizón.
"Si en la vida hay que tener la vida organizada más en un barco de la Armada, también la del tiempo libre, porque aquí los días se pueden hacer muy largos", agregaba enseñando el gimnasio el sargento Gamero, jefe de inteligencia del batallón desplegado por infantería de Marina. "Hay que hacer deporte, ver una película, jugar a juegos de mesa con sus compañeros".
En esta última noche la mar está en calma y el cielo luces con cientos de estrellas en el Golfo de Cádiz, ya se ve la costa. No como cuando saliendo desde América, donde el grupo de combate estuvo en medio de dos huracanes, con olas de cinco y seis metros. "Hemos tenido muy mal mar a la vuelta, para la ida fue muy bien", se comenta a bordo, y algunos han estado más de diez días casi sin dormir. "Fue una experiencia terrible", explica la meteórologa Beatriz Sanz, civil que forma también parte del buque con otra misión fundamental. ".Como lo es la del otro civil, el peluquero, que "ha estado a tope y conoce todo" o el pater, que esta noche antes de atracar sigue también cumpliendo sus quehaceres. "Ayudamos a la dotación a mantener la moral alta, porque podrán realizar su trabajo mejor al servicio de España", explica.
En la lavandería siguen las máquinas en marcha. "Hay mucha ropa, cada persona lava una vez por semana y se dividen por grupos -oficiales, suboficiales, marinería, infantería,...- pero es un trabajo bastante valorado por la gente. Aquí se pueden poner más de 60 lavadoras al día y se gastan cuatro saco de detergente de 15 kilos diarios", dice el marinero Isaac. En la cocina tampoco se para el último día. "La verdad es que hay un equipo fantástico, ha sido un trabajo duro pero satisfactorio", apunta la cabo primero Vania Montesinos preparando la cena. "Lo que más exito tiene son los garbanzos con langostinos, las hamburguesas y el día mejicano".
Merece la pena pasarse por el hospital a bordo, una de las zonas más valiosas, que cuenta con UCI y dos quirófanos, con laboratorio de análisis clínicos, sangre,... Y un completo equipo sanitario comisionado con especialistas como cirujano, traumatólogo, intensivista, anestesista, enfermero de análisis clínicos,... "Aquí podemos operar y salvar miembros y vidas antes de una evacuación", manifestaba el teniente coronel médico Ignacio García, que cumplía en el Galicía cumplía su novena vez cruzando un Atlántico en un barco de la Armada.
El final se acerca y los besos y abrazos se ven cada vez más en la despedida."Ha sido un placer coincidir contigo", se escucha. "Qué bien, ya estamos en casa". Son casi las nueve de la mañana y la lancha de los prácticos también da la bienvenida. En el puente de mando, con muchas mujeres, se controla hasta el último minuto al atraque, y la cola de infantes de marina con sus petates esperando para bajar al muelle es larga. Abajo, los abrazos ya son para los hijos, para las parejas y los familiares que han acudido a la Base. Uno de ellos lleva un ramo de flores. "¿Dónde está el anillo?", le jalean entre bromas desde el buque. La alegría se palpa. Toca descansar, aunque la próxima misión llegará pronto.
"La capacidad expedicionaria de la Armada española la tienen muy pocas naciones de nuestro entorno"
"Ha sido un periodo muy productivo, cumpliendo todos los objetivos marcados y con un compotamiento ejemplar", explicaba a su llegada a Rota el contraalmirante Antonio González-Tánago de la Lastra, que ha estado al frente del grupo de combate Dédalo a bordo del Galicia, pero formado y escoltado por la fragatas Canarias y Almirante Juan de Borbón, también de regreso.
"Los despliegues Dédalos nos permiten demostrar la capacidad expedicionaria de la Armada española, esa capacidad de proyectar una fuerza naval lejos del territorio nacional por un largo periodo de tiempo", con medios aéreos e infantería de marina embarcada, ha subrayado el contraalmirante. "Son capacidades que muy pocas naciones de nuestro entorno tienen y que la Armada española tiene y potencia cada día mas", ha destacado.
Las operaciones anfibias ofrecen "un amplio abanico de posibilidades", desde ayuda en desastres naturales a vigilancia del espacio aéreo y marítimo o intervenciones en caso de conflictos. Son, ha añadido, una capacidad para que la Armada española "siga defendiendo a los españoles en y desde la mar".
En este tercer despliegue de Dédalo de este año, el hito principal ha sido el ejercicio multinacional UNITAS 25, que ha reunido a 8.000 militares de más de 26 países y liderado por la Marina de los Estados Unidos (US Navy) coincidiendo con la conmemoración de su 250 aniversario.
Los buques han estado en estado en Novfolk (Virginia) y además los infantes estuvieron con los marines en Camp Lejune, en Carolina del Norte, para practicar maniobras que han incluido ejercicios de desembarco anfibio, de combate en poblaciones y en bosque y adiestramiento de tiro, entre otros. "Los marines de EEUU tiene unos recursos y unos procedimientos muy avanzados y para nosotros ,España como potencia anfibia fue una oportunidad de mayo interoperabilidad a nivel OTAN y actualizar procedimientos con ellos", contaba el teniente coronel Emérito Álvarez León, comandante del segundo batallón de desembarco.
"La armada española el siempre ha trabajado muy unidaa la marina estadounidense. Tenemos a los destructores aquí para nosotros es nuestro día a día hay una relación muy estrecha con la US Navy", constestaba el contralmirante al ser preguntado sobre las dudas del presidente de EEUU sobre la aportación de España a la OTAN.
También te puede interesar
Contenido ofrecido por Hospitales Pascual
Hablamos con Dr. Francisco Bermúdez Ordoñez, Urólogo del Hospital Virgen de las Montañas