El portaaviones Príncipe de Asturias, el que durante muchos años fuera el buque insignia de la Armada Española con base en Rota, será definitivamente desguazado en Turquía. Ayer se conocía que EEUU había dado su visto bueno definitivo a la operación una vez que recibió la confirmación de que todo el sistema de radares, antenas y comunicación serán desmantelados antes de llegar al puerto turco de Aliaga donde todo será desmenuzado.

Como se publicaba ayer en las web especializadas en Defensa, la autorización llegaba desde el Departamento de Estado norteamericano tras la retirada de estos elementos fundamentales en el barco, y que fueron instalados durante su construcción, en la antigua Empresa Nacional Bazán (hoy Navantia) en Galicia. Fue la Oficina de Coordinación de EEUU en España la que cursó la petición, que fue atendida. De esta manera, hace unas dos semanas, la Junta de enajenaciones y liquidaciones de material de la Armada pudo dar su visto bueno a la operación. Para ello se adjudicaron los trabajos a una empresa española que, posteriormente, formó una UTE con otra firma turca. El montante de esta adjudicación ronda los 2,7 millones de euros.

El buque permanecía en el Arsenal Militar de Ferrol desde que dejó Cádiz en febrero de 2013La operación ha sido adjudicada a una UTE española y turca por valor de 2,7 millones

De esta manera, según apuntaron los expertos en Defensa, ya han comenzado los trabajos previos para desmontar los elementos en el interior del portaaviones y está previsto que a lo largo de las próximas semanas (no más allá de un mes) se firme el contrato definitivo para que el buque acabe desapareciendo.

Hasta ahora, el buque había permanecido amarrado a puerto en el Arsenal Militar de Ferrol. Allí llegó en febrero de 2013. El día 7 de ese mes, este periódico publicaba la imagen del, entonces, Príncipe Felipe (hoy Rey Felipe VI), subiendo a bordo de la nave, en la que sería su última singladura después de haber sido ordenado su desguace.

En ese momento comenzó en la Bahía de Cádiz una batalla laboral y sindical porque los astilleros de la capital gaditana reclamaban que esos trabajos de desmantelamiento se hicieran aquí. Podrían suponer, se argumentaba entonces, un buen número de meses de faena para una plantilla que por aquellas fechas no contaba con el número de buques necesarios para tener trabajo asegurado y, mucho menos, la industria auxiliar.

Pese a los reiterados intentos y protestas, el Príncipe de Asturias partió rumbo a Ferrol. Allí ha permanecido casi cuatro años hasta que, como se ha conocido, parta rumbo a su último puerto, en Turquía.