La edad media de quienes se han casado en la provincia a lo largo de 2022 es de 37,5 años. La cifra tiene muchas lecturas y muchas justificaciones, por lo tardía que supone: las ganas de disfrutar de novios de las parejas antes de tomar una decisión firme sobre su relación, el coste que supone montar una vida en común, casa incluida, o la dificultad que muchos tienen a la hora de encontrar un empleo y que éste, además, esté bien remunerado.

Estos 37,5 años, que en el caso de los hombres sube a los 38,9 y en las mujeres a los 36,2 años, es tá dentro de la media nacional e incluso es un poco más baja que en 2020, cuando se superaron los 38 años.

A la vez, están muy por encima de la primera estadística que el INE tiene registrada en el conjunto del país, y que data de 1976. Entonces, en la provincia la media de edad para acudir al matrimonio era de 25,9 años (27,4 en los hombres y 24,4 entre las mujeres). Atendiendo que es el tiempo que llevamos de periodo democrático en el que el país ha evolucionado de forma considerable en su económica y en su vida social, el aumento de edad se acerca a los 12 años.

Los más viejos a la hora de casarse, en la capital

El INE aporta información de las grandes ciudades de la provincia. La capital lidera este dato con una media de edad que se dispara a los 43,9 años; El Puerto y La Línea están en 42; San Fernando, Algeciras y Chiclana llegan a los 40, mientras que Sanlúcar y Jerez aún aguantan en los 39 años de edad.

Que se espere tantos años para pasar por la vicaría o por el Ayuntamiento correspondiente, no significa que los residentes en la provincia no se casen.

Suben los matrimonios tras la pandemia

Todo lo contrario, en 2021, año del que se ofrecen datos, la cifra llegó a 4.904, frente a los 2.508 de 2019, año de la pandemia, no hay que obviarlo. Aún así, el de 2021 es un dato parejo al de 2018, cuanto se llegó a 4.871.

En 2021 los hombres más jóvenes que acudieron al matrimonio tenían 21 años (fueron 6), mientras que 223 vecinos mayores de 60 años dieron el mismo paso. Entre las jóvenes, tres de ellas apenas tenían 17 años de edad, mientras que 96 superaban los 60.

El INE maneja está estadística desde 1941, dos años después de terminada la Guerra Civil. En aquel momento se celebraron 4.535 bodas, evidentemente todas católicas pues la dictadura no admitía otra forma de matrimonio. El dato es, curiosamente, similar al que se ha alcanzado ocho décadas más tarde.

El récord se produjo en 1978, con 7.819 matrimonios y este siglo comenzó con 6.751 celebraciones.