El paro del transporte empieza a pasar factura a las bodegas del Marco de Jerez, que se han convertido en las últimas horas en víctimas indirectas de las movilizaciones por la escalada del precio del gasóleo. Las salidas de vinos, vinagres y brandies de las bodegas jerezanas están prácticamente paralizadas, situación que afecta en mayor medida a las expediciones al extranjero en uno de los meses de más actividad para el sector tras la campaña de las ferias andaluzas, la de mayor movimiento para los caldos jerezanos.
Desde la patronal bodeguera Fedejerez admitieron ayer que la situación empieza a ser insostenible para muchas firmas jerezanas, que no pueden dar salida a las existencias, en unos casos por la dificultad para el transporte de envases, cápsulas, etiquetas y cartones. A diferencia de otros tiempos en los que se almacenaban en las propias instalaciones bodegueras, todos los elementos del packaging se encargan en la actualidad a empresas externas que no pueden atender la demanda por el temor a la acción de los piquetes. Además, no se puede garantizar la llegada a su destino de los pedidos. "Si el conflicto no se solventa en las próximas horas, las consecuencias para las bodegas pueden ser muy graves", aseguró el director general de Fedejerez, Bosco Torremocha, quien explicó que la actividad de embotellado, en la que se emplea a muchos trabajadores eventuales, es la más afectada.
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