La primavera se vislumbra a la vuelta de la esquina, las temperaturas comienzan su ascenso y las aguas del Atlántico acogen la milenaria migración de los atunes rojos salvajes hacia el Mediterráneo para desovar. La almadraba de Barbate, una de las cuatro existentes en la provincia, ha iniciado ya la campaña con el calado de las anclas y los cables de acero que posteriormente soportarán el entramado de redes que componen este laberinto mortal para los atunes y que proporciona una inyección económica a toda la comarca de La Janda.
La campaña almadrabera de 2020 en Barbate se prolongará hasta finales del mes de noviembre, cuando se terminarán de sacrificar los últimos ejemplares engordados en las piscinas tras ser traspasados desde el copo.
Para este año, la ICCAT reservó para España una cuota de 6.107,60 toneladas, que se repartirán entre las diferentes pesquerías. Las cuatro almadrabas gaditanas se repartirán 1.479.408 toneladas, lo que supone apenas un 10% más de las que ya disfrutaron en 2019. A estas alturas, prácticamente han recuperado las 1.500 toneladas que podían pescar cuando comenzaron las restricciones en 2006.
La división que se ha hecho entre las cuatro almadrabas, según su tamaño y los derechos adquiridos en su concesión, son de 408.866 toneladas para Barbate, almadraba gestionada por la firma Petaca Chico; mientras que las otras tres, pertenecientes a la Organización de Productores Pesqueros de Almadraba (OPP-51), tendrán una cuota de 383.837 en el caso de Zahara; 372.078 para la de Conil y por último la de Tarifa, la más pequeña de las cuatro, podrá pescar 314.627 toneladas de atún rojo salvaje.
La abundancia de atún que se ha podido comprobar durante los últimos años hace que los almadraberos gaditanos sean optimistas de cara a la campaña que ahora se ha iniciado con el calado primero de las anclas y posteriormente de las redes y que, muy posiblemente, en la tercera semana del mes de abril dará el pistoletazo de salida con las primeras levantadas.
El pasado año la almadraba de Barbate adquirió cuota de pesca a otras pesquerías, lo que suposo que cerrara el año con casi 1.000 toneladas de atún rojo salvaje capturado, que en buena parte se repartió en territorio nacional. Petaca Chico realizó ronqueos por media España y posibilitó que en algunos de los mejores restaurantes del país pudieran comprobar la calidad de un producto aclamado por público y crítica. Si las condiciones del mar lo permiten pronto el mar se teñirá con el oro rojo.
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