Medio Ambiente

'Rugulopterix okamurae': El alga asiática que amenaza la playa más icónica de Cádiz

La playa de Caños de Meca, invadida por el alga asiática en el verano de 2022

La playa de Caños de Meca, invadida por el alga asiática en el verano de 2022 / Lourdes de Vicente

La 'Rugulopterix okamurae', comúnmente conocida como el 'alga parda asiática', ha sido avistada recientemente en la playa de La Caleta. Originaria del océano Pacífico, en el año 2015 aparece por primera vez en las costas de Ceuta, coincidiendo con el aumento de temperatura de las aguas. Un hecho meramente circunstancial sobre el que no hay una relación causal. Hace cinco años llegó al Estrecho de Gibraltar, se cree que a través de las aguas de lastre de algún carguero. Pero no fue hasta 2020 que se incluyó en el catálogo de Especies Exóticas Invasoras. 

En aquel año, el alga ya se había erigido como especie dominante en la Bahía de Algeciras, cubriendo el 80% de la superficie rocosa del Estrecho. De Barbate a Algeciras y de Málaga a Marbella, el alga asiática se había establecido en 200 kilómetros de la costa andaluza con diferentes grados de fijación, como ya informó Pilar Vera en Diario de Cádiz en un reportaje de 2020. Esta especia invasora, en el verano de 2022, se instaló en los Caños de Meca (Barbate), Varadero (Chiclana de la Frontera), Tarifa y El Puerto de Santa María.

En 2020 se incluyó en el catálogo de Especies Invasoras

Debido a sus compuestos tóxicos y a la magnitud de la invasión, el alga asiática supone un riesgo para la fauna y flora de la zona. Su carácter invasor acaba por imponerse a las especies locales. Aunque no mate peces, las algas también afectan a la pesquería, ya que se enrollan en las redes y dificultan su actividad. Algo que ya causó pérdidas en las flotas de Barbate y Conil el pasado verano. Así lo confirmó José Manuel Dávila, presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones de Pesca Artesanal (FENAPA), a Diario de Cádiz en un reportaje de Alicia Ruiz en 2022. Además, el cúmulo de algas en la orilla desprende un olor a putrefacción que, sumado a la incomodidad de pisarlas para llegar al mar, reduce el atractivo de las playas y su interés turístico. Esto obliga a los ayuntamientos a financiar la retirada masiva de las algas, lo que tiene un fuerte impacto en la economía municipal

Esta especie, la 'rugulopteryx okamurae', presenta una gran capacidad para cambiar de forma, lo que le permite adaptarse a las condiciones del medio. En Japón, por ejemplo, se han encontrado tres morfologías diferentes. 

La playa de La Caleta empieza a estar amenazada 

El Catedrático de la Universidad de Cádiz y director del Instituto de Investigación Marina (INMAR), Juan José Vergara, dio la voz de alerta al avistar por primera vez esta alga en la playa de La Caleta durante una salida de campo con sus alumnos. El alga fue encontrada en una cubeta. "Está fijada", asegura, "Si la ves en un arribazón puede venir de cualquier lado, porque ha sido arrastrada por la corriente. Si la estás viendo en el intermareal, el submareal debe estar densamente poblado." 

Aunque se desconoce la intensidad de la invasión, se puede afirmar que ya hay unos asentamientos pioneros en La Caleta. "Se espera que cada vez haya mayor abundancia", dice el doctor Vergara, quien define este asunto como "un tema de observación y gestión". El alga asiática, cuyo avance resulta muy difícil de frenar, crece masivamente. Es posible eliminarla en las primeras fases de colonización, cuando aún está en los estadios tempranos. "Pero nada lo garantiza", concluye el experto, "el foco sigue existiendo en el Estrecho".

"Se espera que cada vez haya mayor abundancia"

Vergara cree que llegó a la ciudad de Cádiz por las corrientes y mareas, con la facilidad para dispersarse que la caracteriza. Ahora, sostiene Vergara, "hay que esperar y observar". 

En 2019, se propuso una nueva tecnología con basalto (roca ígnea) y aceites naturales para frenar la colonización. Fue desarrollado por la empresa Vermiorganic, filial de la norteamericana Bright Core Quantum, con sede en Vejer de la Frontera, pero no llegó a materializarse. Los estudiosos de las algas, además, dudan de su efectividad y fundamento científico. Por otro lado, una empresa norteamericana inició el programa Quantum. Este consistía en eliminar la fuente de nutrición del alga, bajando los niveles de fósforo, nitrógeno, amoniaco, fosfato y hierro y subiendo los porcentajes de oxígeno. Se empleó en Estados Unidos y los fiordos noruegos, pero no hay registros de que se llevara a cabo en España. De cualquier modo, parece no encontrarse un método adecuado para su erradicación.

Hay quien propuso el aprovechamiento de las algas retiradas. Esta idea de obtener un beneficio económico podría suponer, según el catedrático gaditano, "ser introducida voluntariamente por el hombre", lo que empeoraría la situación. Además, "no hay empresa capaz de gestionar la biomasa generada", afirma, y sería un proceso costoso, ya que "contiene mucha arena y sal". Actualmente, las algas se trasladan al vertedero, a la planta de tratamiento de residuos. 

La Junta el pasado año concedió ayudas para su retirada a los ayuntamientos, también a los pescadores por las pérdidas de las flotas artesanales. "No dejan de ser parches necesarios" dice Vergara. "La mejor lectura de esto es estar preparado para las posibles invasiones que puedan llegar. Hay que aprender". Y es que, aunque los sistemas de alerta son costosos y suponen una inversión por parte de los organismos competentes, el experto incide en "la necesidad de sistemas de alerta temprana y detección de estas algas".

Las ayudas para la retirada "no dejan de ser parches necesarios"

La identificación a tiempo es vital. Lo complicado del asunto es que es muy parecida morfológicamente a una especie autóctona (Dictyota dichotoma). Así que puede pasar desapercibida. Frente a la local, se diferencia por su picor en la boca cuando se muerde, aunque siempre debe comprobarse su filiación bajo el microscopio.

A pesar de su impacto ambiental, pues supone un peligro para el ecosistema de la zona, y socioeconómico, Juan José Vergara recomienda no alarmarse. "Es complicado llegar a una predicción. No podemos afirmar con rotundidad que vaya a ir a más", recuerda, ante la posibilidad de que el asentamiento de 'Rugulopterix' se mantenga estable o incluso disminuya. 

Igualmente, el ficólogo hace un llamamiento a la ciudadanía para que, en caso de sospechar la presencia de esta alga en otras localidades, se ponga en contacto con el Instituto Universitario de Investigación Marina de la Universidad de Cádiz (inmar@uca.es).

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