El desarrollo de la industria del golf en la provincia acumula más de tres años de paralización a causa de dos factores: primero, la burocracia urbanística y la moratoria de hecho aplicada por la Junta de Andalucía en el sector; y segundo, la irrupción de la crisis económica, el desplome del valor del ladrillo y el cierre del grifo financiero que antaño fluía como un verdadero río para los promotores inmobiliarios.

En estos momentos, sólo dos proyectos tienen expectativas de ejecución en suelo gaditano a medio plazo, y siempre condicionados a la evolución del panorama económico. El primero es el promovido por la firma hispano-irlandesa AGP en Prado del Rey, con un campo de golf de 18 hoyos, una urbanización de 400 casas y un hotel de lujo de 100 habitaciones. El proyecto cuenta ya con todos los permisos administrativos y está desde principios de año a expensas de que los promotores, que no demuestran prisa alguna, inicien las obras.

La segunda iniciativa en cartera es la liderada por la familia Ortiz Patiño en Castellar desde 1998. El nuevo Valderrama cuenta con el visto bueno de la Administración andaluza desde noviembre del año pasado. Las obras debían comenzar este año pero los promotores han decidido posponer el inicio a 2010. "Los plazos van a depender de que las cosas no empeoren más de lo que están", declaró en enero Jaime Ortiz Patiño, consejero delegado de Valderrama.

El proyecto castellarense aguarda su declaración de Interés Turístico por parte de la Junta de Andalucía. La figura, recogida en el decreto de golf, tiene como objetivo privilegiar a los planes de campos de mayor calidad medioambiental y de juego con la posibilidad de construir viviendas y con mayores facilidades en su tramitación administrativa.

Desde su puesta en marcha en febrero de 2008, la Junta de Andalucía no ha aprobado ni un solo proyecto de Interés Turístico en la región a causa de la burocracia administrativa, primero, y del frenazo en seco de los intereses en torno al ladrillo. En su última visita a Cádiz, el consejero de Turismo, Luciano Alonso, aseguró que su departamento apenas dispone de tres proyectos de golf en condiciones de ser aprobados en Andalucía. Aunque no desveló su ubicación, diversas fuentes han confirmado que uno de ellos es el presentado en Castellar.

El antaño floreciente mapa de proyectos de golf en la provincia es hoy un desierto, salvo las citadas iniciativas de Prado del Rey y Castellar. Están parados los históricos planes empresariales de Paterna, Medina, Benalup, Alcalá de los Gazules, Algodonales, Villamartín, Espera, Vejer (Montenmedio), Bornos, Tarifa (Atlanterra), Jimena (obras paradas desde 2008) y Trebujena, éste último aprobado por la Junta sin viviendas pero parado por el promotor.

Barbate inició el año pasado la tramitación de dos proyectos: uno justo en el borde La Breña (Bogaris) y otro junto al río (Mora Figueroa). Sus perspectivas de desarrollo aún están a expensas de la Junta y, en cualquier caso, se remiten a largos plazos.