El Supremo confirma la sentencia al ciberacosador de Chipiona
Jorge M.C. fue condenado a 11 años de prisión por acosar a menores a través de internet
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha desestimado la apelación contra la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Madrid que condenó el 4 de mayo del pasado 2012 a 11 años de cárcel a Jorge M.C., acusado de ciberacosar a 81 chicas, la mayoría de ellas menores de edad, a las que exigía mediante amenazas que le enviaran fotos y vídeos desnudas.
La Cadena Ser informó el pasado martes de esta sentencia del Supremo que obligará a Jorge M.C., a volver a la cárcel, en la que ya estuvo entre el 20 de junio y el 2 de octubre de 2009.
El Supremo considera como hechos probados que el acusado, sin antecedentes penales y que contaba con 24 años cuando se produjeron los hechos, se valió de sus conocimientos informáticos y, ocultando sus datos relativos a sexo y edad, contactaba con personas, casi todas chicas menores de edad a través de distintas páginas de internet (votamicuerpo, netlog, sexyono, messenger o tuenti) y tras mantener conversaciones les pedía que le enviases fotos o vídeos de ellas desnudas, así como les exigía que conectasen la webcam para obtener sus imágenes. Ante la negativa les profería insultos y amenazas, bloqueándoles las cuentas de correo y apoderándose de las mismas, así como de sus contactos, datos personales, fotografías y vídeos que aquellas tenían en el escritorio o en carpetas de sus ordenadores y no sólo de las que las víctimas habían colgado en sus perfiles. Tras ponerle de manifiesto a las víctimas el control que tenía sobre sus cuentas y contactos consiguió que las chicas les mandasen vídeos y fotos de sus cuerpos desnudos, adoptando actitudes de claro contenido pornográfico, no sin antes amenazarlas e insultarlas.
El Supremo considera que desde los últimos meses de 2007 y hasta los primeros meses de 2009 Jorge M.C. llevó a cabo este ciberacoso a chicas de toda España, algunas de las cuales contaron en la Audiencia de Madrid, la mayoría a través de videoconferencia, la tortura que tuvieron que padecer, ya que en algunos casos el acusado les pedía hasta tres y cuatro vídeos pornográficos por semana.
El Supremo ha fijado como máximo cumplimiento efectivo de la condena la de nueve años y 24 meses de prisión, además de condenar al acusado al pago de las costas causadas, incluidas las de la acusación particular y a que indemnice a las víctimas con cantidades que van desde los 30.000 hasta los 500 euros.
La chica que recibirá una de las mayores indemnizaciones, llamémosla J, ha sufrido trastorno adaptativo con síntomas de ansiedad, llegando a cambiar de domicilio por el miedo a ser localizada por el acusado.
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