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La industria agroalimentaria

La Sierra pide más protección para el olivar de montaña

  • El sector solicita una ayuda asociada a la PAC para el cultivo en pendiente por el alto coste de producción y la baja rentabilidad de las explotaciones Defiende el empleo que genera.

El olivar de montaña en la Sierra es todo un mundo en pendiente que ha sido capaz de configurar y mantener la orografía de una zona de alto valor medioambiental y paisajístico. Es fuente de empleo directo e indirecto de un buen número de municipios de la comarca. Y es la razón de ser de la primera agroindustria serrana que pone cada año en el mercado millones de litros de aceite de oliva de primerísima calidad.

Pero el olivar de montaña no puede competir con el intensivo ni en producción, ni en rentabilidad. En pendiente, sin apenas mecanización, los costes se disparan. Pese a ello, esta manera de hacer resiste. No se entienden municipios como Algodonales, Olvera, El Gastor, Torre Alháquime, Espera, Zahara de la Sierra, Alcalá del Valle o Setenil sin esta manera de hacer, fuente de empleo para miles de personas en la zona.

Juan Herrera, el presidente de la cooperativa Nuestra Señora del Rosario, en Algodonales, que acoge a 1.500 socios, 722 de ellos en la almazara, sigue calculando en pesetas. "Recoger un kilo de aceitunas en nuestros olivares cuesta 30 pesetas. En intensivo sale a siete. Uno en pendiente da su primer fruto a los veinte años mientras el que está en la llanura lo hace a los siete". Es por eso que el sector viene reclamando desde hace un tiempo una ayuda específica para el olivar de montaña asociada a la producción, dentro de la Política Agraria Común (PAC), para poder aguantar y mirar al futuro sin temor.

Andan en una cuenta atrás ya que el Gobierno de España tiene hasta este verano para revisar el sistema de ayudas acopladas previsto por la Unión Europea para su aplicación en 2017. Así que los agricultores del olivar serrano piden a las administraciones sensibilidad para que contemplen estas subvenciones que pueden asegurar su manera de vivir heredada de generación en generación. "Esto es una cadena. Si no hay olivar, ni aceitunas, tampoco habrá aceites", replica un afectado.

Hasta ahora el Ministerio de Agricultura ha apuntado que este tipo de ayudas se otorgan a producciones en regresión y no es el caso. "Nosotros reclamamos que existen grandes diferencias entre el olivar en pendiente y el intensivo. Es verdad que se está plantando más en intensivo, que tiene bajos costes de producción al estar mecanizado. Pero el de montaña necesita esta ayuda porque utiliza más mano de obra, las máquinas no sirven y no es tan rentable", sostiene Ana Morales, técnico de la PAC, de Coag Cádiz.

"El olivar de aquí no es competitivo. Pedimos esa ayuda específica porque nuestros olivos cumplen mucha de las funciones que exige la sociedad. Mantiene los ecosistemas, la población y es fuente de empleo. Defendemos que el agricultor debería ganar para tener una vida digna", añade el gerente de la Cooperativa Los Remedios en Olvera, Antonio Villalba, una de las organizaciones que integran más socios en la zona.

Así que, con estas perspectivas, el sector del oro verde serrano, con más de 17.000 hectáreas de olivar de montaña, reclama una salida y critica el recorte que están experimentando las subvenciones con el nuevo periodo de la PAC 2014-2020, donde muchas pequeñas explotaciones familiares con 3 ó 4 fanegas de tierra han perdido las ayudas por derechos de pago básico que se les concedía, hasta ahora, de 200 y 300 euros. "Casi 200 pequeños agricultores de la cooperativa de Algodonales dejarán de cobrar estas cantidades, que pueden parecer irrisorias, pero eso supone un pase de tractor o mano de obra para quitar varetas", dibuja Ana Morales.

Tampoco las llamadas ayudas agroambientales, procedentes de fondos europeos, que sí pueden solicitar los olivareros, han resultado operativas para el sector, según confiesan, ya que se está renunciando a ellas. "La exigencia de no poder arar el olivar trae como consecuencia que la tierra no absorba agua y pierdes rentabilidad", explican los afectados.

Un extremo que también lamenta Antonio Aguilera, el presidente de la cooperativa El Agro, en Setenil, que da servicios a 1.100 socios. "El que más necesita es el pequeño agricultor, que sólo tiene sus brazos para trabajar. Si se disparan los gastos, te queda vender o abandonar. Como sigan los recortes y baje el precio del aceite, van a venir los problemas gordos porque los costes se disparan. Eso se está viendo ya. Esperemos que nos equivoquemos", asume el cooperativista setenileño.

Con este panorama, Fancisco Menacho, senador socialista por la provincia de Cádiz y olvereño, explica que en las ayudas asociadas, aquellas que se dan a cultivos en riesgo, Andalucía pidió que se incluyera la uva pasa de Málaga, el trigo duro que se da en toda Andalucía y el olivar de montaña que afecta a las provincias de Jaén, Córdoba y Cádiz, "pero el Gobierno no los incluyó", lamenta.

Menacho recuerda que hay 21.516 hectáreas de olivar de montaña en la provincia gaditana y que, de éstas, 17.000 hectáreas se ubican en la Sierra de Cádiz. "Por lo tanto, la decisión es un golpe duro a este sector", apostilla el dirigente socialista. Y anuncia que la Junta de Andalucía, a propuesta del Parlamento, llevará a la Conferencia sectorial a Madrid que el cultivo del olivar de montaña tenga la ayuda que les corresponde.

En términos generales, el senador socialista denunció hace dos días que la provincia de Cádiz "perderá más de 20 millones de euros con los cambios introducidos en el reparto de ayudas lineales y asociadas" dentro de la Política Agraria Común (PAC). La reforma de la PAC, que ha planteado nuevos mecanismos de ajuste, "afecta de lleno a 4.814 pequeños agricultores en la provincia que verán recortados de manera importante el nivel de subvenciones que reciben", según adelanta.

No obstante, el portavoz del PP en la Diputación, José Loaiza, contesta que los socialistas se han convertido en "asusta-agricultores". "Lo hicieron con el Profea y ahora se dedican a la PAC con Francisco Menacho, que unos días mete miedo a los agricultores y otros a los pensionistas", dice.

Al respecto, Loaiza declaró días atrás en contestación al PSOE que Andalucía seguirá siendo la principal perceptora de fondos de la PAC en España con diferencia, recibiendo aproximadamente el 30% de los fondos. Y, en cuanto a la pérdida de ayudas directas que denuncia la Junta, Loaiza ha pedido que se espere al cierre definitivo de la campaña de pagos, que concluye el 30 de junio.

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