La Sierra de Cádiz y sus pequeños pero firmes sectores de la hostelería y la artesanía están preparados para recibir a lo largo de los próximos tres días un verdadero aluvión de visitantes con motivo de la Inmaculada, puente que marca en el albor del invierno uno de los periodos festivos más importantes del año para hoteles, restaurantes y comercios de los pequeños pueblos del interior.

Rompiendo la dubitativa tendencia del año y los malos augurios del invierno, los hoteles y casas rurales de la comarca rozarán el lleno entre hoy y el martes. Encontrar una habitación disponible en localidades como Grazalema, Benamahoma, Zahara, El Bosque o Villaluenga o Setenil era ayer tarea imposible. Lo confirmaban los recepcionistas a pie de negocio y también los portavoces de los dos principales mayoristas del turismo rural en Andalucía, Rural Andalus y la Red Andaluza de Alojamientos Rurales (RAAR).

Tugasa, la red hotelera de la Diputación de Cádiz, es un ejemplo de prósperas expectativas: la ocupación media de la red superaba ayer el 85% y siete de sus diez establecimientos, los situados en la zona alta de la Sierra gaditana, están completos desde hace días, según informó Juan Carlos Vargas, gerente de Tugasa, que aprovechará el puente para presentar las nuevas cartas de sus afamada red de restaurantes.

Los alojamientos vinculados a la Vía Verde de la Sierra también están reservados para el puente: las estaciones de Olvera y Coripe, y también los nuevos apartamentos-vagón localizados en la estación olvereña. "El aforo completo también es compartido por los establecimientos hoteleros y las casas rurales comprendidas en el área de influencia de la Vía", indicó en una nota el miércoles el vicepresidente de la Diputación gaditana Francisco Menacho.

Rural Andalus, el principal mayorista-minorista del segmento en Andalucía, que comercializa 700 cortijos y casas y hoteles rurales -más de 70 en la provincia-, señaló ayer que la región alcanzará el 95% de ocupación. "La cifra se traslada perfectamente a la zona interior de Cádiz, donde para encontrar habitación hay que encomendarse a alguna anulación de última hora. Son buenos resultados en un año malísimo para todos", señaló Monsalud Bautista, directiva de Rural Andalus.

La compañía ha detectado que el sector "empieza a recuperar la normalidad": "la gente está retomando su modus operandi y las reservas han vuelto a producirse con antelación. Este año agosto se vendió en agosto, y julio, en el mismo julio. Este puente sin embargo se completó prácticamente en septiembre. Quizás octubre sea el primer mes en el que hayamos conseguido estar por encima del 2008, que tampoco fue bueno", analizó Bautista.

Desde la Red Andaluza de Alojamientos Rurales (400 asociados), Klaus Ehrlich coincide en subrayar que "lo prolongado" del puente ha animado a la gente a desplazarse a los destinos de interior. "El puente está dentro de los 20 ó 30 días al año en que la demanda de la propia región genera una ocupación altísima", apuntó el director de marketing de la RAAR, que defiende la importancia de mejorar la gestión del destino y proyectar la actividad turística del interior al resto del año.

Si hoteles, restaurantes y hoteles se han aprovisionado para el puente, la preparación es aún mayor en las fábricas y puntos de venta de productos típicos. Los pedidos en los numerosos despachos de la quesería El Bosqueño se han triplicado con respecto a un fin de semana habitual para atender la demanda de sus laureados productos, explicó uno de sus propietarios, Miguel Gago.

Fuera de la Sierra, en la localidad jandeña de Medina, el equipo de 20 trabajadores del obrador de la Sobrina de las Trejas se ha afanado durante toda la semana para preparar los miles de amarguillos o alfajores, entre otros productos, que se venderán durante el puente, incluido en las jornadas de puertas abiertas del municipio asidonense. La producción se ha multiplicado por cinco, explica Fermín Mesa, maestro pastelero y responsable del negocio.

La patronal provincial de hostelería Horeca (900 asociados) estima que el conjunto de la provincia se situará en torno al 60% de ocupación, considerando que la mayor parte de la planta hotelera provincial se concentra en un litoral que tiene ya pie y medio en la temporada baja.