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El Retín: Historia de un cobazo

Unas maniobras militares en El Retín. Unas maniobras militares en El Retín.

Unas maniobras militares en El Retín. / Julio González

Escrito por

· Pedro M. Espinosa

Redactor Jefe

El 31 de julio de 1981, apenas unos meses después de la intentona golpista del 23-F, el Consejo de Ministros presidido por Leopoldo Calvo Sotelo acordó que era urgente “para los fines de la defensa nacional” la expropiación forzosa de terrenos para la realización de maniobras militares y ejercicios anfibios con fuego real. Podrían haber elegido cualquier otro lugar del país, pero se fijaron en la Sierra del Retín, en el término municipal de Barbate. La medida, quizá acordada para que el Ejército se entretuviera pegando tiros en la playa en vez de en el Congreso de los Diputados, conllevó la apropiación de 5.400 hectáreas de un terreno que se extendía entre Barbate y Zahara de los Atunes y por el que el Estado pagó el precio de 43.000 pesetas por hectárea. Un auténtico chollo.

Antes de que El Retín fuera invadido militarmente los barbateños lo utilizaban como lugar de pastoreo para el ganado vacuno cuya sierra da nombre, la vaca retinta, y, lo que es más importante, en ese enclave se localizaban las hazas de suerte, terrenos comunales cuyos beneficiarios se designan cada año por sorteo entre los barbateños. El origen de las hazas se remonta al siglo XIII, cuando el río Barbate hacía de frontera natural entre moros y cristianos. El rey Fernando III había conquistado Vejer a los musulmanes y buscaba repoblar el territorio a cambio de tierras. Por eso troceó el territorio en parcelas de 60 aranzadas, que fueron para los caballeros con caballo, los futuros terratenientes de Vejer, y otras 30 las entregó al pueblo llano. Son estas las que se sortean. Una vez que Barbate se independizó de Vejer consiguió 124 hazas, pero cuando el Ejército tomó El Retín privó a Barbate de 70 de ellas.

Panorámica de El Retín desde el mar. Panorámica de El Retín desde el mar.

Panorámica de El Retín desde el mar. / Julio González

Aunque, cada poco, en El Retín parece rodarse una película bélica, con sus soldados, sus desembarcos y disparos con fuego real, los barbateños no terminan de acostumbrarse. En algunas de estas maniobras han llegado a participar hasta 16.000 soldados de la OTAN que han simulado la invasión de un país en el Cuerno de África.

Quizá la cuestión que subyace es que a los 23.000 barbateños la única batalla que verdaderamente les retumba en la cabeza es la manera de recuperar ese 44% de su territorio que un día alguien, en una operación descabellada, decidió arrebatarles, condenándolos a una servidumbre que lastra su prosperidad y su futuro. Tras años de reclamaciones al Gobierno central, su única, y pírrica, victoria ha sido que una ministra de Defensa, Carme Chacón, devolviera 20 de esas 5.400 hectáreas expropiadas en su día para poder instalar una piscifactoría de rodaballos.

Una de las cosas que más indigna a los barbateños, y en especial a su alcalde, Miguel Molina, es el agravio comparativo que Barbate sufre con otros lugares del país donde el Ejército lleva a cabo maniobras puntuales y que sí son compensadas económicamente. Durante la entrevista que mantiene con este diario pone el ejemplo de las Bardenas Reales, un parque natural ubicado en Navarra que cuenta con menos de la mitad de extensión que El Retín pero por cuya cesión la Comunidad Foral de Navarra percibe 14 millones de euros al año del Ministerio de Defensa. Barbate, a cambio del 44% de su término municipal, no recibe nada. Cero. Si acaso, desprecio ante las reiteradas peticiones de amparo que se realizan desde su Ayuntamiento ante una injusticia que bien merece, como mínimo, el consuelo del pataleo.

“Lo que nosotros tenemos ocupado equivale prácticamente a lo que el Ejército tiene de San Fernando y de Rota, es decir, que sufrimos una ocupación de más de 5.400 hectáreas y nos vemos discriminados totalmente por parte de los distintos ministerios. Creo que es de justicia que después del año 1982, cuando empezaron las expropiaciones, recibamos una compensación. Incluso llevamos una moción a Pleno en la cual solicitamos al Gobierno que nos perdone la deuda que históricamente nos han dejado y que está ahí también, como medida de compensación a todos estos años que llevamos con ese suelo militar en nuestro término municipal. Buscando un poco ese equilibrio”, dice Miguel Molina.

Soldados desembarcando en la playa. Soldados desembarcando en la playa.

Soldados desembarcando en la playa. / Julio González

Porque el alcalde tampoco es que tenga el más mínimo interés en convertir Barbate en un enclave masificado de turistas. “A nivel urbanístico realmente tampoco aspiro a tener un Barbate masificado y enorme. La protección que tiene Barbate actualmente es mala porque no nos deja desarrollar algunos proyectos que nos afectan incluso en zonas que nos quedan en las cuales podríamos hacer cosas, por ejemplo el Cabo de Plata, pero ahí ya nos ponen problemas. Dicho esto repito que tampoco me gustaría tener 80.000 habitantes ni nada de eso. Ahora mismo somos 23.000, y confío que en un futuro lleguemos a 27.000, con el nuevo PGOU que estamos empezando a trabajar con la Junta de Andalucía y que nos va a permitir subir la población. Espero que Barbate conserve la calidad de vida que deseamos tener, y no que una masificación haga perder la identidad del pueblo”, comenta.

Una compensación económica para Barbate

Para el regidor barbateño, más allá de las limitaciones en su territorio, le molesta que no exista una contraprestación a su pueblo. “El Retín nos afecta, no tanto urbanísticamente, sino porque no recibimos ninguna compensación. Los militares sí están dispuestos, y los informes de ellos son positivos para que nos ayuden a conseguirlas, el problema lo estamos teniendo con el Ministerio de Hacienda, que es el que no abre la mano para nada y que no nos permite conseguir un dinero que por lo menos le dé a Barbate cierto equilibrio con respecto a lo que Barbate le da al Estado, a lo que aporta a la Defensa Nacional y a la Unión Europea. Pero es que no vemos contrarrestado ese esfuerzo que realizamos hacia España. Y no hablo solamente a nivel estratégico-militar, sino también al de descontaminación. Igual que el que contamina paga, el que descontamina debería recibir, y Barbate, con un 83% de acepciones que tiene, es uno de los municipios que más aporta al medio ambiente, en todos los ámbitos, pero no recibimos tampoco nada por esto”, lamenta.

El Ayuntamiento realizó una Proposición No de Ley, una propuesta no legislativa, que salió adelante por unanimidad –menos por el grupo de Podemos que se abstuvo porque quería algo más–, “y que no se nos tiene ni en cuenta. Creo que hay cierta dejadez por parte del Gobierno, que es lo que nos frustra, porque no entendemos como aportamos tanto sin recibir nada”, dice.

“Yo –sigue explicándose–, a nivel urbanístico no quiero encontrarme un municipio descontrolado. Yo soy alcalde ahora, pero no sé quién vendrá después. No me gustaría unir Zahara con Barbate urbanísticamente, como me dicen algunos. Ese no es el futuro de un pueblo que quiere vivir con cierta calidad de vida. Tenemos mucho desarrollo posible, con la parte de Zahora, la de Los Caños de Meca, en el municipio mismo también, y ahí es donde tenemos que hacer hincapié”.

"El Retín nos afecta, no tanto urbanísticamente, sino porque no recibimos ninguna compensación"

Al preguntarle si cree que puede guardar relación la expropiación de El Retín con el auge del negocio del narcotráfico en Barbate su respuesta es tajante. “El dinero fácil siempre conquista a algunas personas. Eso no pasa solo en Barbate, existe en todos los territorios. No creo que el desarrollo urbanístico hubiera acabado con este problema, porque el que ha querido trabajar de manera honrada lo ha hecho, y si no ha podido aquí se ha marchado a otro lugar. Las personas de bien siempre recurren a un canal alternativo. Creo que aunque hubiéramos llegado hasta Zahara, si se hubiera construido tan mal como se ha hecho en Barbate lo que tendríamos al final sería una primera línea de playa llena de apartamentos cerrados durante todo el invierno, que tampoco generan empleo para los vecinos”, pronostica.

Mientras, Barbate está apostando por un desarrollo turístico, “que es lo que principalmente nos hace falta, sin perjudicar al hotelero. En el Plan General nuevo queremos que prime el desarrollo turístico beneficiando a aquellas empresas que quieran promover un desarrollo en el ámbito local, necesitamos plazas hoteleras, y ahí es donde vamos a hacer mayor hincapié para poder darle esa salida importante”.

Miguel Molina recalca que ha tenido la suerte de inaugurar en esta legislatura pasada un ciclo formativo, un grado de FP de alojamiento vacacional y un grado superior de cocina “que hemos puesto en marcha junto al Gobierno autonómico y que nos está permitiendo tener una mano de obra cualificada para que el sector disponga del material humano que necesita para desarrollar su trabajo. El futuro va a estar por ahí, junto con las conserveras, que están trabajando muy bien, la construcción o el comercio artesanal. Sin olvidar la gastronomía tan buena que tenemos y que nos pone en un lugar predominante a la hora de tener turismo todo el año”, recalca.

Y todo esto, sin olvidar que algún día sería de justicia que el Gobierno reconociera que ha llegado el momento de compensar de alguna manera el cobazo que se le dio a Barbate en aquellos años donde la Democracia daba sus primeros y titubeantes pasos en España.

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