Pérez Royo alerta: reforma de la Constitución o estallido

Javier Pérez Royo, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla, dijo ayer en Cádiz que España no estará estabilizada como sociedad democrática mientras no aborde la reforma de la Constitución. "Un Estado constitucional no está normalizado hasta que no hace uso de la reforma constitucional", afirmó durante su intervención en una de las mesas del 30º congreso de Jueces para la Democracia.

"Ahora", dijo Pérez Royo, tenemos un Estado constitucional con propensión al desequilibrio y a un gran problema de desgobierno. Nos negamos a abrir el melón, pero si el melón no se abre, acaba pudriéndose. La Constitución ha funcionado muy bien pero desde hace unos años no funciona nada bien. ¿Cuánto tiempo podemos seguir así? No lo sabemos. De mala manera, mucho tiempo. Pero cuando pega el estallido...".

Junto a Pérez Royo estuvieron ayer en la mesa redonda Fernando Rey, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Valladolid, y Adoración Guamán, profesora de Derecho del Trabajo de la Universidad de Valencia. Los dos primeros abogaron por la reforma de la Constitución porque consideran que es necesario, fundamental, imprescindible. Rey cree que también hay que cambiar el sistema político. Y Guamán se aleja de la reforma. "Mi propuesta", dijo, "es de proceso constituyente". Advirtió, no obstante, que no cae en la ingenuidad izquierdista de pensar que el proceso constituyente puede solucionarlo todo.

La magistrada Ana Ferrer se encargó de moderar la primera mesa en el congreso de la asociación de jueces, que comenzó ayer y será clausurado hoy. Ferrer resumió las posiciones de los tres ponentes partiendo de un simbolismo expresado por Pérez Royo. Éste, dijo la magistrada, nos ha explicado que la reforma de la Constitución es una asignatura pendiente, Rey ha desgranado el programa de la asignatura y Guamán nos ha planteado una optativa: la del proceso constituyente.

Pérez Royo explicó que España es el país del mundo en el que más se estudia la reforma de la Constitución, que académicamente el tema está "manoseado hasta la náusea", que no hay otro asunto del que se hable tanto. "Y, sin embargo, nunca se da el paso. Esto ya pasó en la primera Restauración. Es impresionante el paralelismo. Nada más que se habla de la reforma de la Constitución pero nunca se llega a un consenso para reformarla. Y cuando llega el 14 de Abril, se hunde. Eso es lo que pasa ahora".

Fernando Rey, partidario de la claridad, lo fue al señalar que en España no hay tradición de cultura constitucional y que con las actuales condiciones de cultura política no se puede reformar nada pese a que es necesario hacerlo: "Hay que cambiar no sólo la Constitución sino el sistema político. Porque el sistema ha ido cambiando y no coincide con la Constitución. Pero para eso hace falta cambiar la cultura política. Y en este momento la cultura política está en las antípodas del cambio constitucional. Es decir, que hay que cambiar algo que no podemos cambiar".

Adoración Guamán coincidió con sus compañeros de mesa en que la Constitución necesita una reforma o un cambio y que, en cualquier caso, "el traje hecho a medida en el 78 se ha quedado pequeño". La Constitución está siendo vaciada de contenido, explicó, y ahora es "incapaz de dar satisfacción a nuevas necesidades sociales, tanto en materia de derechos como en cuestiones de participación ciudadana".