Un día "especial" para la abogacía gaditana, para la andaluza y para la española. Así empezaba la presidenta del Consejo General, Victoria Ortega, el acto donde se distinguió con la Gran Cruz al Mérito en el servicio a Pascual Valiente Aparicio, decano del Colegio de Cádiz desde 2014 y hasta el pasado año 2022, y que la recogió "abrumado" y "muy emocionado".
"La recibo en nombre de tantos y tantos abogados que la merecen y a los que me gustaría parecerme", decía el distinguido, que convirtió sus palabras en un homenaje a todos los compañeros y compañeras que se dedican cada día a la profesión "más bonita del mundo" pese a lo momentos duros y destinada a hacer "una sociedad mejor".
"Una profesión humana e igualitaria"
Tras recibir la condecoración, Valiente recordaba en sus palabras a "todos aquellos abogados que se sienten orgullos de ello, de hombres y mujeres libres y independientes que se dedican a defender los derechos de los demás, que lo viven con pasión e ilusión durante todos los días de su vida sin flaquear, con el convencimiento de que no hay nada más importante que defender la libertad, la igualdad y la justicia".
También de los que "son un ejemplo de compañerismo, en un ejercicio de lealtad a la misma toga" y de "quienes entienden la abogacía como labor de entrega a los demás, de constancia, de juicios que se pierden y malas noticias que hay que darle a los clientes y acompañarles en el sufrimiento". Porque, añadió, es una profesión "esencialmente humana e igualitaria", de "preocupaciones que nos quitan el sueño y el amargor del desconsuelo cuando nuestros clientes resultan condenados".
No se olvidaba tampoco del turno de oficio, "que representa lo mejor de la profesión, de un servicio sacrificado e imprescindible a cambio de una compensación insuficiente, asumiendo con valentía y sin perjuicio para la defensa de personas que vienen condenados de antemano por la sociedad". "Yo -señalaba- no he hecho otra cosa que cumplir con mi obligación".
Pero antes, Baturone, decano del Colegio de Abogados de Cádiz, ya explicaba que la gran Cruz al Mérito "viene a hacer justicia a una persona que se ha entregado hasta el límite, hasta la extenuación en el desarrollo de su cargo como decano de este colegio, como presidente del Consejo Andaluz y como consejero del Consejo General, liderando la comisión de competencia. "Los que hemos compartido con él silla en la junta y trabajado a su lado podemos dar fe de cómo se ha dedicado plenamente con un enorme sacrificio personal a cuantas responsabilidades ha asumido a lo largo de estos años, y para remate, debió asumir los terribles momentos de la pandemia", manifestaba en su discurso.
En un ambiente emotivo y con anécdotas enlazadas, el presidente del Consejo andaluz, Federico Fernández, se paraba en la "huella y herencia que nos enriquece a todos", en "su capacidad de trabajo e inteligencia y una labor que ha desempañado sin publicidad" y sentenciaba que "no hay persona más adecuada para recibir esta condecoración". Mientras el decano de Huelva, Fernando Vergel, encargado de leer el laudatio, agregaba que en está época "personas como Pascual hacen más falta que nunca", "mentes lúcidas para alejarnos de esta deriva", con predisposición al diálogo, mesura y sapiencia.
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