Morenita era Benjamín

Ingresa en prisión un ciberacosador reincidente que llevó al suicidio a un menor de Estonia · Se trata de un joven de Puerto Real, de 22 años, al que sus padres le quitaron la conexión a Internet tras su primera detención, hace un año

Un policía de la BIT, frente al ordenador en la anterior operación en Cádiz.
Un policía de la BIT, frente al ordenador en la anterior operación en Cádiz.
Rosa Romero / Cádiz

21 de octubre 2009 - 01:00

'Morenita' irrumpía en sus vidas insinuante, con un gran escote y minifalda. Una adolescente provocativa que les invitaba a entrar en el juego, a mostrarse ellos también en poses eróticas.

Pero 'Morenita' quería más y más. Y al final, aparecía él, Benjamín C.S., un joven de Puerto Real, de tan sólo 22 años, que durante por lo menos dos años les ha sometido a un cruel acoso, amenazándoles con difundir sus imágenes más íntimas. Y obligándoles a masturbarse o a mantener relaciones con otros. Primero por Internet. Y cuando lo detuvieron hace un año, y su familia le quitó la conexión a la red, a través de un móvil que conectaba a cualquier ordenador. Con tarjetas prepago.

Tan insaciable era, tan obsesivo, que un menor de edad natural de Estonia se quitó la vida. Porque el ciberacosador que vivía en Puerto Real elegía a sus víctimas en el extranjero, en países bálticos. Todos ellos son chicos menores de edad. Las iniciales cifras, a falta de analizar mejor todos los archivos que le han sido incautados, elevan la cifra de sus víctimas a 70. Pero lamentablemente pueden haber sido más.

España entera se estremecía ayer al conocer la última operación desplegada por los agentes de la Brigada de Investigación Tecnológica (BIT) de la Policía Nacional, con cuartel general en Madrid,. Una operación, llamada 'Cri Tiri', que les ha conducido hasta la provincia de Cádiz, donde el pasado día 15 , era detenido Benjamín C.S., el último ciberacosador de menores por Internet.

Los investigadores lo dicen y no salen de su asombro. Sabía que iba a terminar en prisión, y pese a ello, su cruel obsesión le llevaba a no parar, a seguir traspasando todos los límites éticos imaginables con su aterrador chantaje.

Las autoridades españolas supieron de sus espeluznantes incursiones en Internet en abril de 2008. La BIT recibió una solicitud de colaboración, mediante Comisión Rogatoria, de las autoridades estonias en relación con una serie de delitos relacionados con menores que eran cometidos desde España sobre nacionales de ese país. Según informó ayer el Ministerio de Interior, desde Estonia les comunicaron que el usuario de una cuenta de correo electrónico (en principio una mujer), después de establecer contacto con un menor de 13 años había logrado obtener diversas imágenes de contenido sexual. Después le amenazó con enviarlas a terceras personas si no le remitía nuevos archivos. Y acabó cumpliendo sus amenazas: envió un video sexual de la víctima a varios de sus contactos.

Las actuaciones realizadas en Estonia permitieron obtener datos de más víctimas. Averiguaron que el ciberacosador utilizaba distintos correos electrónicos y que sometía de manera habitual a los menores a una presión brutal al objeto de conseguir que realizaran y le enviaran más imágenes de carácter sexual.

En un caso, las amenazas y coacciones fueron de tal magnitud que un menor se suicidó en Estonia.

De forma paralela, los investigadores de la BIT lograron identificar que las conexiones utilizadas por el titular del correo electrónico desde el que partieron las amenazas provenían de un domicilio de Puerto Real. En el registro practicado en el inmueble hace un año se localizaron los correos electrónicos investigados, los vídeos de menores desnudos o en actitudes sexuales que habían sido enviados a terceros, así como muchas más víctimas de esta persona, cuyas fotos y vídeos eran almacenados en carpetas con el nombre de cada uno.

Hace ahora justo un año, en octubre de 2008, Benjamín era arrestado como presunto autor de los hechos. Los agentes le intervinieron un ordenador portátil, diversos soportes ópticos y memorias portátiles. Y descubrieron su "arma", fotografías y vídeos de una chica adolescente, que era el "señuelo" o personalidad falsa que solía adoptar para engañar y conseguir las primeras imágenes de sus víctimas: 'Morenita'.

Un examen en profundidad del material intervenido reveló el auténtico alcance del drama, las imágenes correspondientes a otros 70 jóvenes, probablemente todos menores, que por sus rasgos pudieran proceder de países del norte de Europa. Pese a ello, en aquella ocasión quedó libre.

Hace ahora justamente un mes, saltó de nuevo la alarma. La Agregaduría en los Países Bálticos de la Policía Nacional recibió una comunicación de las autoridades policiales de Estonia: Benjamín continuaba amenazando y coaccionando a menores a través de una nueva cuenta de correo electrónico. Además, proporcionaba a sus víctimas tanto su dirección postal como su número de teléfono para que contactasen con él.

Se ha sabido ahora que el susto le duró poco. Que poco después de ser arrestado por primera vez había contactado con otro menor de 15 años. 'Morenita' irrumpió de nuevo en la red. Se hizo pasar por una chica de edad similar para obtener imágenes de la víctima. Una vez conseguidas, continuó con las coacciones hasta al extremo de obligarle a quedar con otro menor. Quería que mantuvieran relaciones sexuales entre ellos, que las grabasen en vídeo y que le enviasen el archivo. Los menores no mantuvieron relaciones sexuales completas, lo que enfureció al acosador, quien les amenazó con difundir las imágenes. Los menores denunciaron.

El pasado jueves, 15, era detenido otra vez. En el nuevo registro, se ha intervenido un móvil y varias tarjetas SIM pertenecientes a los números investigados. En la agenda del teléfono se han encontrado los números de los dos menores víctimas de su último chantaje, así como mensajes de texto amenazantes. También multitud de imágenes de adolescentes desnudos y de contenido sexual explícito. Como carecía de conexión a Internet en su domicilio, debido a que sus padres la cancelaron a raíz de los hechos que motivaron su primer arresto, Benjamín se buscó la vida: accedía a Messenger utilizando su teléfono móvil con recargas prepago, conectándose a cualquier otro ordenador.

El pasado viernes, fue puesto a disposición del Juzgado de Guardia de Puerto Real, que decretó su ingreso en Puerto 2. Desde entonces, se encuentra en esa cárcel, recluido en la enfermería.

Acababa la operación 'Cri-Tiri', que la Bit ha llevado a cabo con la ayuda del Grupo III de UDYCO de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Cádiz .

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