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Medidas en la provincia de Cádiz según umbrales de sequía

Imagen del embalse de Charco Redondo.

Imagen del embalse de Charco Redondo. / Erasmo Fenoy

Desde este lunes, tanto en la capital sevillana como en otros municipios de la provincia entraban en funcionamiento una restricciones por sequía, mientras que distintos pueblos de la Sierra de Huelva permanecen también con medidas desde el verano. Las medidas que ha puesto en marcha Emasesa, la empresa de aguas sevillana, tienen como objetivo evitar posibles restricciones al consumo que afecten a casi un millón y medio de personas. La misma población a la que, desde esta semana se prohíbe el riego con agua potable de jardines, praderas, árboles, zonas verdes y deportivas, de carácter público y privado, así como el riego o baldeo de viales, calles, sendas y aceras, de carácter público y privado. También se prohíbe el uso de agua potable para el llenado de piscinas, estanques y fuentes, privadas o públicas, que no tengan en funcionamiento un sistema de recuperación o el lavado con manguera de toda clase de vehículos, salvo si la limpieza la efectúa una empresa dedicada a esta actividad. Ha quedado también prohibida la utilización de instalaciones de refrigeración y acondicionamiento que no tengan igualmente sistema cerrado.

En la provincia de Cádiz, y a la espera de novedades, la comarca del Campo de Gibraltar fue declarada en octubre de 2021 territorio en situación de alerta por sequía: en  2019-2020, la zona se había situado en un intervalo entre 25 y el 10% de la media histórica. Durante el año hidrológico que termina, el Sistema de Explotación del Campo de Gibraltar ha vivido, pues, medidas parecidas a las establecidas hace días en la provincia sevillana, junto a otras como la limitación en la presión del agua en horario nocturno para el suministro a las ciudades. 

El Sistema del Guadalete cuenta ahora mismo con 331,8 hm3. Si se mantienen los valores de la media histórica, se prevé que el Sistema termine el año hidrológico a un 33% de su capacidad. Con esa previsión, el sistema comenzaría más cerca del umbral de escasez grave, pero terminaría el año hidrológico que comienza dentro del umbral escasez severa (alerta por sequía), lo que en teoría supondría la puesta en marcha de medidas como las implementadas en Sevilla y Campo de Gibraltar. Sin embargo, las aportaciones en los últimos años no se han caracterizado por entrar dentro de la media histórica: de hecho, este año las aportaciones han sido del 45,2 % de la media. Si sigue esa tónica en los próximos meses, el sistema entraría en situación de escasez grave (suponiendo la entrada en emergencia por sequía) el próximo septiembre, colocándose a un 16,7% de su capacidad. Se calcula que las demandas no quedarían aseguradas en ese momento, por lo que se plantearía la posibilidad de adoptar medidas especiales de restricciones. Si las aportaciones fueran del 25% o menos, se pondría al sistema en una situación muy difícil. 

En sequía grave, las captaciones para el riego en la zona de Barbate se reducirían al menos al 50%

Si la Zona con Regulación Superficial del Guadalete se declara en escasez severa, se contemplan medidas como vigilar los manantiales captados por empresas municipales suministradoras que afectan a pozos de sequía (Tempul); puesta en marcha de los pozos de la Zorra, Infierno o del Madrugador (El Puerto), o la elevadora de La Barca. En caso de escasez grave , entrarían también en funcionamiento los pozos de la margen izquierda del embalse de Arcos y los de Los Sotillos y se limitarían o eliminarían los riegos invernales. 

Entre las obras previstas estarían la conexión entre los embalses de Guadalcacín y Bornos; la mejora para elevar la potencia eléctrica de la estación de bombeo de Guadalcación; obra de modificación de entrega del agua del Trasvase Guadiaro-Majaceite al arroyo Marroquí o mejoras de las condiciones de captación y regulación en la estación elevadora de La Barca.

Respecto a la Zona de Regulación del Barbate, en escasez severa se considerarían medidas como la limitación/reducción de los riegos en función de la situación, con una reducción mínima del 25% de la demanda media o vigilancia de las captaciones subterráneas en la Zona Regable. En situación de escasez grave, y a efectos de garantizar el abastecimiento humano, se limitarían las captaciones subterráneas para riegos, con una reducción mínima del 50% y se realizarían posibles derivaciones con el Sistema de Guadalete. 

Además, en situación de alerta por sequía, los municipios, por sí solos o agrupados en sistemas supramunicipales de agua, con más de diez mil habitantes, deberán obligatoriamente aprobar planes de emergencia.

Especialistas y voces como las de Mesa Social del Agua insisten en que, más allá de la sequía hidrológica, la comunidad andaluza vive una situación de escasez estructural, con un déficit seco que empezó en 2018.  

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