Despedido de la Base de Rota por sustraer tres cuchillas de afeitar

Francisco Pruaño, que llevaba casi 20 años trabajando en un economato, defiende su inocencia reclamando en vano que sea admitida la grabación de las cámaras

Francisco Pruaño, mostrando una fotografía del artículo que, según dice, alguien metió en su chaqueta. /Borja Benjumeda
F. Javier Franco / Rota

01 de abril 2009 - 05:01

Francisco Pruaño Neva, un roteño de 44 años casado con dos hijos, fue despedido en noviembre pasado del Economato Principal de la Base Naval de Rota, en el que comenzó a trabajar en 1989 como peón de almacén. El motivo oficial esgrimido es que siete meses antes, al final de una jornada laboral, le sorprendieron con "un paquete de tres cabezales de repuesto de máquinas de afeitar" en uno de los bolsillos de su chaqueta, lo que ha sido considerado una "posesión ilegítima de material propiedad del Gobierno de Estados Unidos" y, por tanto, una "falta muy grave". El artículo costaba 34,99 dólares.

El despedido ha venido sosteniendo en vano su inocencia desde entonces frente a la Comandancia de las Actividades Navales de EEUU en España y el Ministerio de Defensa español. En el ámbito judicial tampoco le han ido bien las cosas: el Juzgado de lo Social Número 1 de Jerez no le ha dado la razón a través de una sentencia contra la que cabe recurso de suplicación. De ahí que Francisco haya decidido denunciar su caso públicamente.

Argumenta que "me encontré sorprendentemente ese paquete de recambios en el bolsillo de mi chaqueta, porque alguien me lo tuvo que meter". "El sorprendido fui yo cuando sonó la alarma, volviéndome inmediatamente a la oficina de prevención de pérdidas para explicar lo que me había sucedido". En todo caso, entiende que el despido es una medida "desmesurada". Se esperaba "como mucho, un castigo", pero el 7 de noviembre recibió la carta certificada de despido.

Lo que más le indigna a Francisco es el hecho de que no sea admitida como prueba -ni siquiera en los juzgados- la grabación efectuada ese día por las cámaras de seguridad del establecimiento comercial. "La directora de la oficina de recursos humanos contestó que no existía grabación alguna de esa jornada, el 14 de abril de 2008, ya que se grababa sobre la misma cinta y no se hicieron copias de seguridad al no observarse en dichas cintas nada relevante para el expediente disciplinario", explica molesto. Al respecto asegura no comprender "cómo se puede decir que no hay nada relevante grabado: se tiene que ver a las personas que entran en el comedor, lugar donde se encontraba mi chaqueta tirada en el suelo; y también se tiene que ver cómo, cuando suena la alarma, me vuelvo inmediatamente, encontrándome con un compañero de trabajo y cómo, acompañado de éste, entro en la oficina de prevención de pérdidas". A propósito, el testimonio de dicho compañero tampoco ha sido aceptado.

Para Francisco, "nadie puede creerse que el segundo país más moderno del mundo en electrónica diga que tiene un sistema de cámara que no realiza copias de seguridad". Reitera que esas imágenes son su principal prueba.

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