La Comisión Europea (CE) admitió ayer que si no hay cambios en la crisis migratoria en Europa podría estar justificado prolongar los controles internos dentro del espacio Schengen, que ya aplican países como Alemania y Austria, pero recalcó que aún no ha llegado el momento de tomar esa decisión.

"Si la situación no cambia, podría estar justificado por razones de orden público y seguridad mantener los controles internos dentro de las fronteras de Schengen, si las fronteras externas no están bien controladas", reconoció la portavoz comunitaria Natasha Bertaud, quien dijo que no parece que los flujos migratorios vayan a remitir pronto.

Bertaud explicó que la CE quiere estar preparada para todas las posibilidades, también en relación a la activación del artículo 26 del código de fronteras de Schengen, que le pidieron que explore los ministros europeos del Interior este lunes. Este artículo supone ampliar de seis meses hasta un máximo de dos años, divididos en distintos tramos, los controles temporales internos en el espacio sin fronteras de Schengen. "No estamos en el punto de activación aún", recalcó la portavoz.

Hasta ahora han introducido controles temporales internos, una medida excepcional prevista en el código, Austria, Alemania, Suecia, Dinamarca, Noruega y Francia, que en el caso de los dos primeros deben concluir en mayo.

La Comisión considera que las dificultades para aplicar las políticas de repatriación de inmigrantes irregulares que no tienen derecho a asilo complican la gestión de la crisis. También explica que sólo en diciembre del año pasado se detectó un incremento de alrededor del 60% de las llegadas de estas personas a las que con toda probabilidad se les denegará la protección internacional.

Bertaud incidió en que el mensaje de Bruselas es que la política de repatriación de inmigrantes sin derecho a asilo debe funcionar porque de lo contrario se alienta la llegada de personas a Europa.