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El Ejército ucraniano comienza a sitiar las ciudades rebeldes de Donetsk y Lugansk

  • Los insurgentes amenazan con una "guerra de guerrillas" y advierten que el asedio a estas zonas enterrará toda iniciativa de paz

Tras sus victorias militares del fin de semana, las autoridades de Ucrania anunciaron ayer nuevas medidas en su "guerra informativa" con los rebeldes prorrusos del este del país, que resisten en las capitales de Donetsk y Lugansk.

El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, ordenó ayer al Consejo Nacional de Radiotelevisión que desarrolle un programa de difusión informativa dirigida a los habitantes de las dos regiones en la zona del conflicto. El mandatario denunció que contra su país se ha puesto en marcha "una excelente maquinaria propagandística" que debe ser contrarrestada por "información veraz".

El domingo, el subsecretario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, Mijail Koval, aseguró que el plan de Kiev incluye el "sitio total" de las ciudades de Donetsk y Lugansk, capitales de las regiones homónimas, y otras medidas que "forzarán a los separatistas y delincuentes a deponer las armas".

Algunos miembros del Gobierno ucraniano están seguros de que la rendición de Slaviansk (en Donetsk) y de otras localidades de sus alrededores, entregadas por las milicias prorrusas el sábado tras más de dos meses de combates, supone un antes y un después en la lucha entre las tropas ucranianas y los sublevados.

En esta situación, con el grueso de los insurgentes armados atrincherados en las dos capitales del este rebelde, el jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania, Valentin Nalivaichenko, insinuó que los milicianos arrepentidos podrían ser amnistiados.

"Hay milicianos engañados por la propaganda que han entendido que no son milicianos. No sería justo tratar a estas personas como terroristas o criminales que han tomado parte en las acciones de los guerrilleros", apuntó.

Las milicias, entretanto, elevaron el tono de su discurso y prometieron una dura resistencia a las fuerzas ucranianas. "Vamos a reforzar nuestros puntos de control en los alrededores de Donetsk, a construir y a reforzar nuestras fortificaciones militares, a cavar trincheras", advirtió uno de los líderes de los insurgentes de Donetsk.

Más radical, el "gobernador popular" de la región, Pavel Gubarev, amenazó a las tropas ucranianas con "una guerra de guerrillas en todo el perímetro de la ciudad".

Centenares de milicianos ya experimentados en combates contra las fuerzas de Kiev llegaron el fin de semana a Donetsk tras dejar Slaviansk y Kramatorsk.

El anunciado sitio de Donetsk y Lugansk no afectará a la libertad de movimiento de sus habitantes pacíficos, aseguró ayer el secretario general del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Andrei Lisenko. "Estamos bloqueando los accesos a esas ciudades para que los guerrilleros no puedan recibir ni armas ni refuerzos. Para la población civil, eso significa que pueden salir tranquilamente de esas ciudades, atravesar los puestos de control para recibir todo tipo de ayuda", dijo.

En el plano político, con la iniciativa militar retomada por el Ejército, las negociaciones entre los dos bandos parecen cada vez más difíciles. El número dos de la "república popular de Donetsk", Andrei Purguin, advirtió que el sitio de las dos urbes "enterraría todas las iniciativas de paz para el arreglo de la crisis que se han adelantado hasta ahora".

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