El bloqueo en la formación de Gobierno no tiene visos de romperse hasta, al menos, que las elecciones vascas y gallegas puedan remover las aguas estancadas, bien en forma de intercambio de favores entre el PP y el PNV, o bien en forma de una pérdida de fuelle de los socialistas, tal como anuncian las encuestas, que podría llevar a Pedro Sánchez a replantearse su no rotundo a la investidura de Mariano Rajoy.

El líder socialista sigue haciendo oídos sordos al coro de voces más o menos autorizadas de su partido que invocan la abstención para salir del atolladero. De ahí que el presidente de Ciudadanos (C's), Albert Rivera, le aconsejara ayer que antes de llamar a los líderes de otras fuerzas políticas, hable con los barones socialistas para ver si su partido puede adoptar una postura unificada. "La primera ronda de contactos que tendría que hacer es con sus barones territoriales. No sé si conseguiría mayoría o no, pero antes de llamar a los demás, que escuche lo que dicen sus barones", manifestó Rivera tras señalar que Sánchez no ha sido propuesto por el Rey como candidato y que tampoco él ha dicho que lo quiera ser en este momento.

En un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum, Rivera recordó que líderes territoriales socialistas como Susana Díaz, Javier Lambán o Guillermo Fernández-Vara han advertido de que un Gobierno apoyado solo por 85 escaños es "inviable", una opinión que comparte.

El líder de la formación naranja insistió en su propuesta de una negociación entre el PP, el PSOE y Ciudadanos e invitó a ambos partidos a sentarse a la mesa inmediatamente después de las elecciones autonómicas gallegas y vascas del 25 de septiembre, ya sea con C's o bilateralmente.

No obstante, la portavoz adjunta del PSOE en el Congreso Susana Sumelzo dejó ayer claro que su partido se mantendrá en el no al presidente del Gobierno en funciones pase lo que pase en las elecciones vascas y gallegas.

En Ferraz creen que a los socialistas les irá bien el domingo. Esto pasa por mantener la segunda plaza en Galicia , cuando casi todas las encuestas dan por seguro el sorpasso de En Marea, e incluso las opciones de gobernar si el PP no revalida su mayoría absoluta.

Mientras tanto, en Euskadi los pronósticos no son tan buenos, pero la dirección no cree que se vaya a producir la debacle socialista que dibujan los sondeos.