Pocos dudan de que la organización terrorista ETA está moribunda y de que su claudicación definitiva -el "cese de las acciones armadas ofensivas" que anunció en septiembre de 2010 y el alto el fuego "permanente, general y verificable" del pasado enero no saben a casi nada- llegará más pronto que tarde, una certeza que alimentaron los presos de la banda al anunciar el pasado 23 de septiembre su adhesión al Acuerdo de Guernica, la nueva hoja de ruta de la izquierda abertzale, que asume el final de la violencia y la apuesta por las vías políticas. Luego llegó el gesto del lehendakari, el socialista Patxi López, al proponer un acercamiento progresivo de los reclusos etarras.

Todo parece dispuesto, pocos dudan, en efecto, que ETA está escribiendo el final de sus días y lo cierto, lo mejor, es que han pasado más de dos años desde los dos últimos asesinatos en suelo español, dos guardias civiles en Mallorca, en julio de 2009. Pero nadie se atrevía, prudencia obliga, a poner fechas al acta de defunción de ETA, hasta que reapareció el ex presidente del PNV Xabier Arzalluz, que ha revelado en una entrevista que publicó ayer el Diario de Noticias de Gipuzkoa que el final de ETA tendrá lugar "probablemente en días", "desde luego, durante el Gobierno socialista".

Arzalluz mantiene que el fin de la banda terrorista se encuentra "muy a la vuelta de la esquina" y explica que esta información se la ha proporcionado "una fuente muy bien informada que está en la pomada".

Lo que no aclara el histórico líder nacionalista -a punto de cumplir 80 años y que dirigió al PNV entre 1980 y 2004- es en que se traducirá ese epílogo inminente y definitivo del terror independentista que anuncia, que no puede ser otro, según remarcan sin descanso tanto los dirigentes del PP como del PSOE, que el de la entrega de las armas y el anuncio de la disolución definitiva y sin condiciones de la banda.

El lehendakari no pone fechas al asunto aunque tiene claro que la construcción de la convivencia democrática en Euskadi se hará "sobre la verdad" y la memoria de las víctimas o "simplemente no será".

López presidió ayer, junto con el consejero de Interior, Rodolfo Ares, la segunda edición del Día de la Ertzaintza, que en esta ocasión se celebró en la academia de Arkaute (Álava) y cuyo objetivo fue trasladar a los ertzainas el respaldo institucional y de la sociedad vasca a su labor en defensa de las libertades.

Durante su discurso ante los agentes y sus familias así como representantes de otras policías, López insistió en que cuando Euskadi está "al final del ciclo terrorista", la convivencia democrática "será construida sobre la verdad de lo ocurrido, o simplemente no se construirá", y agregó que se debe "llorar el sufrimiento padecido para que nunca más vuelva a repetirse". Afirmó también que "la memoria de las víctimas deberá estar presente a lo largo del recorrido como señal de precaución, justicia y libertad".

El papel que la Ertzaintza ha desarrollado en la lucha antiterrorista hasta llegar al momento actual "en el que se está acercando el final de ETA" fue otro de los ejes del discurso del lehendakari.

En este sentido, quiso mostrar su reconocimiento a los agentes que han pasado por "tiempos duros" y a los 15 ertzainas asesinados por la banda terrorista ETA en su historia.

López reconoció que durante años la policía autonómica ha desarrollado su labor "en medio de la indiferencia de demasiada gente", pero garantizó que "nunca más se volverán a sentir solos".