Crítica de teatro/'Señor Ruiseñor', de Els Joglars

Los ruiseñores cantan en catalán

  • Gran acogida a la obra de Els Joglars en el teatro municipal Pedro Muñoz Seca

Una imagen de la obra ‘Señor Ruieñor’, ayer en el teatro Muñoz Seca.

Una imagen de la obra ‘Señor Ruieñor’, ayer en el teatro Muñoz Seca. / J.A.

Hace muchos años, en los 60 y 70, proliferaron en España las compañías de teatro independiente, grupos teatrales al margen del negocio teatral y de las compañías tradicionales, grupos como Comediants, Dagoll Dagom, Corral de Comedias, La Cuadra o Goliardos. Una de estas compañías fue Els Joglars, fundada en 1962 por Albert Boadella, que irrumpió en el panorama teatral español con obras que fueron todo un descubrimiento para los aficionados, con el objetivo de reincidir, y recuperar, la vieja figura de los juglares, con una gran carga de crítica social buscando, incomodar y poner nervioso al poder establecido. Como consecuencia de esta situación, en 1977 Albert Boadella, fue encarcelado como responsable del espectáculo La Torna.

A lo largo de los años muchas cosas cambiaron y la visión de la sociedad del principal impulsor del proyecto, Albert Boadella, también. Ahora Els Joglars planta otra vez cara al fanatismo en Cataluña. El grupo teatral plantea en Señor Ruiseñor una mordaz crítica del procés frente al cosmopolitismo y civismo que representaba Santiago Rusiñol, humanista , pintor, poeta, escritor y dramaturgo, un verdadero hombre del renacimiento, aunque vivió a caballo de los siglos XIX y XX (1861-1931), abierto y ciudadano del mundo, que reivindicaba el arte como verdadera patria universal.

La función es puro teatro, demoledor, disparatado, desmesurado, con unos diálogos repletos de cinismo, crítica ácida, con mucho de esperpento e ironía y de inteligencia. Muy conseguidos algunos de los gags, como el del brazo que se agita cada vez que oye la palabra España o los mensajes racistas del catalán “no contaminado” o la nueva república poblada de ángeles. Teatro para conciencias libres con el humor inteligente y la maestría satírica de Els Joglars, con su acostumbrada maestría para dinamitar cualquier corriente de pensamiento que trate de asentarse en la sociedad bajo falsos planteamientos, irracionales o inmorales, en el mejor sentido de la palabra.

Señor Ruiseñor es una colosal sátira al procés, con imágenes estéticamente bellísimas de Manuel Vicente y un gran trabajo escénico y una puesta en escena que reivindica el teatro universal, desde sus orígenes, aprovechando el uso de las últimas tecnologías en forma de proyección de dioramas con el apoyo de una música clásica muy bien elegida por Francesc Vidal.

El espectáculo fue escrito por Ramón Fontseré con la colaboración de Dolors Tuneu y Alberto Castrillo-Ferrer y en él se enmarcan los acontecimientos vividos en Cataluña en los últimos años, la manipulación del lenguaje y de la historia, la imposición de una falsa realidad creada a su propia conveniencia apoyada y popularizada por TV-3 y el silencio cómplice de una parte muy importante de la sociedad catalana con la graciosa imagen del ciudadano catalán que anda desnudo por la calle sin ser consciente de ello.La dirección de Fontseré cuenta con la puesta en escena de Alberto Castrillo-Ferrer en un espacio escénico diseñado por Anna Tusell.

A destacar escenas muy conseguidas como la composición inicial que recrea el movimiento de los ruiseñores o la que recuerda toda la obra pictórica de Ruiseñol, el movimiento de los autómatas, el elegante baile de Beatriz o las sombras en verde del espíritu del artista sobre el escenario.

El elenco encabezado por Ramón Fontseré, junto con Pilar Sáenz, Dolors Tuneu, Xevi Vilà, Juan Pablo Azorra y Rubén Romero, consigue plenamente que la sátira se convierta en un espejo que nos devuelve la imagen deformada de la realidad.

El espectáculo encantó al respetable que premió con una larguísima ovación a toda la compañía. Los espectadores salían comentando la alta calidad del espectáculo y la sorpresa que supuso para muchos, descubrir a este magnífico grupo así como su admiración por la valentía de su obra.

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