remigio andújar gómezDe la luz, la Cruz Roja y la música
REMIGIO Andújar Gómez nació en Sevilla en el año 1917, hijo de padres sevillanos, Remigio Andújar de las Doblas y de Concha Gómez. Este año se cumplen 25 desde que muriera aquejado de una enfermedad, con apenas 68 años. El matrimonio se divorció y Remigio recibió la educación, interno, en un convento de Lora del Río (Sevilla), de donde saldría para hacer el servicio militar, primero cuatro años durante la Guerra Civil y luego otros tantos dada su profesión de electricista. Y es que, durante la guerra no estuvo en el frente, sino en tareas de reconstrucción por mor de su trabajo.
Remigio llegó a El Puerto con su madre y un hermano, José, rehaciendo ésta su vida familiar al formalizar su unión con un vecino de El Puerto, Castillo, con quien tuvo dos hijos más y por tanto, hermanos de madre de Remigio: Juan y Manuel. En El Puerto, Remigio entró a trabajar en 'la fábrica de la luz', en Electra Peral Portuense, que con el tiempo sería absorbida por la compañía Sevillana de Electricidad, hoy Endesa, permaneciendo en diversos cometidos por espacio de cerca de 40 años.
Y es que Remigio, persona instruida, lo mismo leía contadores, que hacía instalaciones, era cobrador o redactaba cartas en la oficina, lo que le supuso su promoción a administrativo dada su formación. Atrás quedaron los tiempos en que leía los contadores de la luz de los campos del término municipal portuense sin más medio de transporte que una bicicleta.
Y es que nuestro protagonista, casado con la también sevillana Gracia de la Rosa Valverde tuvo una larga descendencia: 11 hijos: Manuel, Pepe (que trabaja en Endesa y llegó a acompañar a su padre tocando también 'la caja'), Remigio trabajador jubilado de Apemsa, Antonio (trabajador en la clínica Santa María del Puerto), Miguel, Fernando, Juan (que toca el saxofón alto en la banda de música), Concha, Pedro, Pilar, Jesús y Andrés. Vivirían, primero en la calle Lechería -actual Cervantes- y luego en una casa de la Barriada de la Playa. Las patatas había que comprarlas por sacos, para alimentar a la prole. Su mujer, a la que conoció en Sevilla, era trabajadora de la Pirotécnica Militar, una fábrica de munición en la que, un desgraciado accidente hizo que perdiera un ojo.
Remigio era voluntario en la Cruz Roja, en la que pasaría por diferentes empleos como cabo, sargento o brigada, jubilándose como teniente. Eran los tiempos que había que recaudar fondos con las almohadillas en la Plaza de Toros o el campo de fútbol, pero también en los que había que actuar ante situaciones difíciles. Durante la Explosión de Cádiz en 1947 permaneció por espacio de más de una semana colaborando en las tareas de auxilio en la capital gaditana. Sus compañeros de siempre: Ramón Clavijo, Revuelta, Balbuena, Julián Hernando, 'Sanani' cuñado de Revuelta… Además, en los puestos de socorro de las playas de La Puntilla, Valdelagrana y Fuenterrabía donde, además, contaban con la colaboración de aquellos recordados practicantes (ATS), Bernal, Chamorro y Lamadrid.
Remigio actuaba en la banda municipal de música, primero con el maestro Rocafull entrando en la academia de aprendizaje en 1942, en la que fue Casa del Pósito y la Alhondiga -luego conocida por la Casa de los Millones-. De la banda se hará cargo a partir de 1952 por espacio de 30 años, el maestro Dueñas hasta 1982, con quien continuó y, tras la desaparición de éste, con Miguel Leveque a la batuta. Procesiones, conciertos al aire libre, actos oficiales, desplazamientos a otras poblaciones, lo que sin duda ayudó a la economía de una casa con tantas bocas que alimentar, junto a su afición por la música. Tocaba un instrumento de percusión: la caja.
Además, Remigio, colaboraba junto a otros amigos en otros grupos musicales, orquestinas más informales, que actuaban en la Feria y salas de fiestas de El Puerto, tales como Jalisco y el Picnic, y otras de la zona, junto a Miguel Pacheco Felices, conocido como 'El Gitano' o 'Gaona', Enrique Galán González -que luego sería director de la banda municipal de música de Rota-, Joaquín Morro Romero 'El Tajaíta', Calixto García Rodríguez y otros.
Era un comentario generalizado que Remigio gastaba poco en ropa de calle y tenía su explicación: y es que siempre iba de uniforme. Entre semana usaba el de la compañía Sevillana de Electricidad y los fines de semana alternaba entre el de sargento o brigada de la Cruz Roja y el uniforme de la Agrupación Musical Portuense, luego banda de música Maestro Dueñas. En el anecdotario extenso que se cuenta sobre nuestro protagonista están las bromas que le gastaban los compañeros ya que, entre semana iba a cobrar o a leer el contador 'varias veces' a algunas bodegas y, por supuesto a libar de sus caldos. "Niño, que voy a leer el contador en la Bodega de Terry". Y se escuchaba una voz: "¿Otra vez, Remigio?".
Remigio, con aquellas gafas de miopía acusada, con su sempiterno cigarrillo alojado en la comisura de los labios (más tarde se aficionaría a los puros), era un coleccionista de miniaturas (soldados clásicos, marinos, legionarios y músicos) que el mismo fabricaba. Tuvo una importante colección de figuras de nacimiento de Ángel Martínez. Con aquellas figuras montaba impresionantes nacimientos en algunas casas adineradas de El Puerto en la época. Y también llegó a poseer una considerable colección de figuritas de Antonia 'la de los muñequitos'. También hacía pasos de Semana Santa en miniatura y penitentes de plomo. Vivió una infancia dura, que le marcaría a lo largo de toda su existencia. Murió con 68 años, el 29 de agosto de 1985. Se sintió indispuesto durante el acompañamiento musical que la banda de música porteña hacía a la hermandad chiclanera del Cristo de la Piedra. Tras un periodo en hospitales y en su casa, Remigio tocaría pronto la caja en el más allá con esa sonrisa socarrona y esa bondad que eran características de su bonhomía.
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