Se acercan las Navidades, una fecha en la que regalamos a nuestros seres queridos obsequios que pensamos que pueden hacerles la vida más feliz. Uno de estos regalos puede ser una mascota, aunque hay que tener muy en cuenta que un perro o un gato no es un objeto de usar y tirar, por lo que siempre, antes de regalar un ser vivo, hay que estar muy bien informado de si el receptor del regalo está preparado para proporcionarle todos los cuidados y atención necesarios.

Desde entidades como Uprocanes recuerdan que “tener un perro o un gato es un compromiso durante toda la vida del animal y conlleva aparejados una serie de gastos y sacrificios, así como muchas alegrías”, recordando que “después de las fiestas las protectoras se llenan de cachorritos regalados en Navidad que después estorban”.

No obstante, en el caso de que la premisa de la responsabilidad se cumpla, una buena opción puede ser adoptar alguno de los animales que se encuentran en el servicio municipal de protección animal (Cemuproan), ubicado en el polígono de Las Salinas.

Desde enero hasta octubre de este año el Cemuproan ha recogido un total de 573 animales en la vía pública portuense. De estos, 261 son perros y 312 gatos.

Como explican desde el centro, “el Ayuntamiento de El Puerto está comprometido con el Sacrificio Cero y el fomento de las acogidas y las adopciones”, y tanto es así que el centro ha logrado la adopción de 223 animales en lo que va de año.

Las protectoras llaman a la responsabilidad a la hora de regalar animales en estas fiestas

También las protectoras de la ciudad ponen su grano de arena en este trabajo constante. Hay ocasiones en las que estas organizaciones no tienen un determinado perfil de animal en sus respectivos refugios y solicitan la adopción de uno de los del servicio municipal. En concreto, este año las protectoras han adoptado un total de 62 perros y 41 gatos de los que el Cemuproan tenía en sus instalaciones.

Uno de los gatitos acogidos en el Cemuproan.

Hay que tener en cuenta que muchos de los animales retirados de las calles llegan al centro en un estado lamentable, tanto que el equipo veterinario del Cemuproan a veces no puede salvarles la vida, llegando algunos animales atropellados o con enfermedades terminales, según explican desde el centro. Es el mismo caso de los cachorros de gatos y perros que los ciudadanos incívicos abandonan en contenedores de basura o en cajas, a su suerte, en plena etapa de lactancia y lejos de sus madres, por lo que muchos acaban muriendo.

El Cemuproan hoy alberga una cifra cercana al centenar de animales, y a estos hay que sumarles los que están en casas de acogida temporal y otros que pernoctan en tiendas de animales que colaboran con el servicio municipal, exponiéndolos al público para conseguirles un hogar.

Desde el servicio municipal destacan también la importancia de que los animales tengan un chip instalado, lo que ayuda a localizarlos en caso de pérdida y es una gran ayuda para hacer un seguimiento al estado de salud del animal.