La necesidad, motor para vender y empeñar las joyas

Hace ya casi cuatro años que España se encuentra inmersa en una crisis económica de la que según afirman algunos políticos, poco a poco se va saliendo pasito a pasito. Sin embargo, la realidad es bien distinta para los más de 10.500 parados portuenses y las muchas familias que han visto cómo cada uno de sus miembros iba perdiendo su empleo de manera escalonada. Ante la falta de ingresos por la falta de trabajo, muchas de esas personas han ido vendiendo las joyas que habían adquirido en épocas pasadas donde el dinero entraba en el hogar sin ningún tipo de inconvenientes .

A pesar de que fue al comienzo de la crisis económica cuando los negocios de compro-oro empezaron a proliferar a lo largo de la ciudad, lo cierto es que desde siempre, muchas personas han ido empeñando algunas de sus joyas en épocas de dificultad para hacer frente al pago de algunas facturas, como la de la hipoteca. Pero ahora, muchas personas han pasado de empeñar parte de sus joyas a venderlas directamente. Por empeñar una joya de oro se paga por gramo hasta unos veinte euros, unos ocho euros menos que por venderla. Además, para poder recuperarla hay que pagar la cantidad que se prestó y un 15% más de interés. Por ello, no es muy habitual que una persona empeñe sus joyas de oro. En cuanto a la plata al tener ya de por sí un precio inferior, nadie la suele empeñar.

El perfil de cliente que tienen este tipo de negocios es muy variopinto. Suelen ser en su mayoría personas que venden algunas joyas por necesidad relativa o extrema, pero también existe otro perfil de cliente que vende sus joyas porque ya no le gustan y usa el dinero para cambiarlas por otras más actuales. Aunque también hay personas que han vendido sus joyas para poder realizar un viaje de auténtico lujo.

Antes de decidir vender sus joyas, muchos clientes deciden consultar en varios establecimientos para decidirse después por el que más dinero les dé por sus gramos de oro o plata. Dado que el precio no lo pone la tienda, sino que es la Bolsa de Metales de Londres (London Metal Exchange) la que hace que el gramo de oro y plata oscile entre un precio u otro.

A pesar de que existe un férreo control para que las joyas que han sido vendidas o empeñadas no hayan sido robadas, hace falta identificarse con el DNI, el pasaporte o el carnet de conducir para poder optar a la venta. En alguna ocasión se han detectado joyas robadas. Lo que nunca se han detectado son joyas falsas, dado que existe un proceso químico para verificar si una joya es de oro o de plata auténticas.