Ha pasado ya cerca de un mes desde que se celebrara la sesión de investidura del nuevo equipo de gobierno municipal, el pasado 15 de junio.

A pesar de ello el alcalde, Germán Beardo, está apurando al máximo los plazos para convocar el primer pleno municipal que debe abordar la Corporación, el que sentará las bases de la organización municipal y en el que se fijarán, entre otras cosas, las remuneraciones del alcalde, los concejales y los cargos de confianza.

El Reglamento de Organización Municipal (ROM) establece que esta primera sesión, posterior a la de investidura, deberá celebrarse “dentro de los treinta días siguientes al de la sesión constitutiva”, un plazo que expiraría el próximo lunes, 15 de julio.

El ROM establece que en este plazo “el alcalde elegido convocará la sesión o sesiones extraordinarias del Pleno de la Corporación que sean precisas”, a fin de resolver sobre asuntos como la periodicidad de las sesiones del Pleno; la creación y composición de las Comisiones Informativas; el nombramiento de los representantes de la Corporación en los órganos colegiados, cuando sea de la competencia del Pleno; las resoluciones del la Alcaldía en materia de nombramientos de tenientes de alcalde, miembros de la Junta de Gobierno Local y las delegaciones que la Alcaldía estime oportuno conferir a dicha Junta de Gobierno, a los tenientes de alcalde y a los restantes miembros de la Corporación”. A esta hora el pleno de organización todavía no se ha convocado, aunque podría celebrarse a finales de esta misma semana o incluso el próximo lunes.

La tardanza en la convocatoria de este pleno obedece, según fuentes municipales, a la decisión e introducir cambios en la dinámica municipal que requieren de un trabajo previo de reorganización.