El público que acudió a la Plaza de Toros de El Puerto en la noche del martes para asistir a la vuelta a los escenarios de 'Ella baila sola' tuvo la ocasión de viajar en el tiempo, veinte años atrás, de la mano de Marta Botilia y Marilia Andrés, que con sus hermosas voces trasladaron al respetable a otros tiempos en los vivíamos más despreocupados y en los que el Covid no estaba ni en la imaginación de los más agoreros.
Ciertamente no fue un concierto de masas, fue más bien un concierto íntimo en el que los seguidores del dúo que se ha vuelto a reunir con motivo del 25 aniversario de su primer disco disfrutaron como enanos de un repertorio delicioso, arrullados por las dulces voces de ambas cantantes.
Beso eterno fue el tema con el que abrieron el repertorio, acompañadas por cinco músicos que las arroparon en el escenario. "Tenéis mucho mérito, venir a cantar con la mascarilla. Tenéis todo nuestro respeto y admiración", les dijo Marta a los asistentes, antes de encarar junto a su compañera el tema Supervivientes, muy acorde en su letra con el momento que estamos viviendo.
Las canciones de los tres discos de Ella baila sola, más algunos temas de las carreras de ambas en solitario, fueron sucediéndose a lo largo de la noche con sones country como los de Besos de hielo, o la conocida Cuando los sapos bailen flamenco. Sonaron también otros temas célebres del dúo, como la irónica Mujer florero -con la que EBS ya avanzaba hace dos décadas en las demandas feministas-.
Lo echamos a suertes, Cómo repartimos los amigos, Despídete o Mejor sin tí fueron coreadas por el público, como prácticamente todo el repertorio, demostrando así que a pesar del tiempo transcurrido sus seguidores no se han olvidado ni de ellas ni de sus canciones.
Como no podía ser de otra manera, el broche final lo puso Amores de barra, su canción más conocida, que dejó al público con la sensación de haber vivido una preciosa noche en la que nos trasladamos al pasado.
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